Año B- 26° Domingo en tiempo ordinario
38 Juan le dijo: Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y no viene con nosotros y tratamos de impedírselo porque no venía con nosotros.
Inspiración del Espíritu Santo - Desde el Sagrado Corazón de Jesús.![]() Para toda actividad que ustedes tengan, invoquen mi nombre y permítanme compartir mi presencia con ustedes, nada me glorifica mas que el ser deseado en sus vidas. Algo que me desagrada es el celo espiritual, ya que muchos que están cerca de mi se creen llenos de derechos para juzgar e impedir que otros se acerquen también. Mi casa es la casa de todos, Yo no juzgo por apariencias, yo miro el corazón de todo ser humano y veo el potencial del arrepentimiento en cada uno. Mi deseo para todos es que se alejen del mal y vengan a mí, yo me encargo de darles la transformación a la santidad. Aquellos que trabajan para mi Reino serán recompensados eternamente, pues mi moneda no es de este mundo, y mi fortuna enriquece a todos los que me desean y se esfuerzan por vivir santamente llevando mi luz al reino de la oscuridad. Aquellos que por orgullo caen en el error se convierten en cizaña que trata de destruir los esfuerzos de mis elegidos; pobres de ellos si no entran en razón y escuchan mi llamado. Mi misericordia va mas allá del entendimiento de la mente humana, mi benevolencia llega aun a los enemigos de mi Reino, la oportunidad de estar conmigo permanece abierta para todos y la única petición que Yo les hago es la de dejar atrás los malos caminos, arrepentirse y empezar a caminar en mi camino. Yo he dicho, si tu mano, tu ojo o tu pie son ocasión de pecado, córtatelos, pues es mejor entrar al cielo sin un ojo, o sin una mano, o sin un pie que estar completo pero ser arrojado al infierno para sufrir por el gusano que nunca muere y el fuego que nunca se apaga. Aquí estoy poniendo énfasis en la realidad del infierno, el lugar del castigo eterno para todos los rebeldes que hacen el mal y desprecian mi oferta celestial. Yo no quiero decir que alguien debería de mutilarse en auto castigo, estoy exagerando la mortificación que se debería tomar para evitar el infierno. Cualquier cosa buena de este mundo requiere muchos sacrificios para su consecución. Por esto les quiero decir que vale la pena negarse a sí mismo, tomar la cruz y mortificarse como sea necesario para conseguir la riqueza de la vida eterna. Autor: José de Jesus y María Lista de
Homilias - Evangelios Catolicos
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