Año C- 25o Domingo en tiempo ordinario
1 Decía también a sus discípulos: Era un hombre rico que tenía un administrador a quien acusaron ante él de malbaratar su hacienda;
Inspiración del Espíritu Santo - Desde el Sagrado Corazón de Jesús.![]() Esta es la sabiduría de los hijos del mundo, que es tan repugnante en mi vista. Todas las riquezas que Yo he creado son para el beneficio común de la humanidad, no para el crecimiento egoísta de individuos que se aprovechan de otros. En la parábola anterior se muestra como el hombre está desesperado por la alta opinión de los demás y no le interesa la opinión de su amo. Esto ilustra como un hombre es tan inepto para administrar las riquezas que son dadas desde el cielo. Es así como el dinero ha sido la razón para la corrupción a través de las épocas porque da poder y compra amigos, pero también es la debilidad del hombre que siendo tan rico no puede entrar al Reino de Dios, pues consigue su fortuna al precio de la injusticia y se pone a sí mismo en un alto lugar al costo de la caridad. Las riquezas de este mundo no son realmente nada comparadas con las riquezas de la vida eterna, por eso si un hombre no puede dar buena cuenta de la poca fortuna que recibe aquí, es muy difícil para que él pueda recibir mas, ya que esto es la causa de su infortunio espiritual. El problema con el hombre rico es que se vuelve obsesionado con el dinero, hasta tal punto que se olvida acerca del Reino de los Cielos. Se vuelve un esclavo de su propia destrucción. Yo he venido a dar un ejemplo del desapego, de la abnegación y de la aceptación de la voluntad de Dios. Aquel que insiste en volverse rico puede obtener su meta pero al costo de su propia salvación, a menos que practique la caridad y la justicia. Es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja que para un rico entrar al Reino de los Cielos. Autor: José de Jesus y María Lista de
Homilias - Evangelios Catolicos
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