Éxodo 34:5-7
5 Descendió Yahveh en forma de nube y se puso
allí junto a él. Moisés invocó el nombre de Yahveh.
6 Yahveh pasó por delante de él y exclamó:
«Yahveh, Yahveh, Dios misericordioso y clemente, tardo a la
cólera y rico en amor y fidelidad,
7 que mantiene su amor por millares, que perdona la
iniquidad, la rebeldía y el pecado, pero no los deja impunes; que castiga la iniquidad de
los padres en los hijos y en los hijos de los hijos hasta la tercera y cuarta generación.
Isaías 1: 17-20
17 aprended a hacer el bien, buscad lo justo, dad
sus derechos al oprimido, haced justicia al huérfano, abogad por la viuda.
18 Venid, pues, y disputemos - dice Yahveh -: Así fueren vuestros pecados como la grana, cual la nieve blanquearán. Y
así fueren rojos como el carmesí, cual la lana quedarán.
19 Si aceptáis obedecer, lo bueno de la tierra
comeréis.
20 Pero si rehusando os oponéis, por la espada
seréis devorados, que ha hablado la boca de Yahveh.
Nehemiás 9:31
Mas en tu inmensa ternura [Misericordia] no los
acabaste, no los abandonaste, porque eres tú Dios clemente y
lleno de ternura.
Salmo 103:8-18
8 Clemente y compasivo es Yahveh, tardo a la
cólera y lleno de amor;
9 no se querella eternamente ni para siempre guarda
su rencor;
10 no nos trata según
nuestros pecados ni nos paga conforme a nuestras culpas.
11 Como se alzan los cielos por encima de la tierra, así de grande es su amor para quienes le temen;
12 tan lejos como está el oriente del ocaso aleja
él de nosotros nuestras rebeldías. 13 Cual
la ternura de un padre para con sus hijos, así de tierno es
Yahveh para quienes le temen;
14 que él sabe de qué estamos plasmados, se acuerda
de que somos polvo.
15 ¡El hombre! Como la hierba son sus días, como la
flor del campo, así florece;
16 pasa por él un soplo, y ya no existe, ni el lugar
donde estuvo vuelve a conocerle.
17 Mas el amor de Yahveh
desde siempre hasta siempre para los que le temen, y su justicia para los hijos
de sus hijos,
18 para aquellos que guardan su alianza, y se
acuerdan de cumplir sus mandatos.
Salmo 130:3-4
3 Si en cuenta tomas las culpas, oh Yahveh,
¿quién, Señor, resistirá?
4 Mas el perdón se halla
junto a ti, para que seas temido.
Isaías 44:21-22
21 Recuerda esto, Jacob, y que eres mi siervo,
Israel. ¡Yo te he formado, tú eres mi siervo, Israel, yo no te olvido!
22 He disipado como una nube
tus rebeldías, como un nublado tus pecados. ¡Vuélvete a mí, pues te he rescatado!
Lamentaciones 3:22-24
22 = Jet. = Que el amor de Yahveh no se ha
acabado, ni se ha agotado su ternura;
23 cada mañana se renuevan: ¡grande es tu lealtad!
24 «¡Mi porción es Yahveh, dice mi alma, por eso
en él espero!»
Mateo 6:12
y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros hemos perdonado a nuestros deudores;
Mateo 6:14-15
14 «Que si
vosotros perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a
vosotros vuestro Padre celestial;
15 pero si no perdonáis a los hombres, tampoco
vuestro Padre perdonará vuestras ofensas.
Lucas 15:11-32 - El hijo pródigo
11 Dijo: «Un hombre tenía dos hijos;
12 y el menor de ellos dijo al padre: "Padre,
dame la parte de la hacienda que me corresponde." Y él les repartió la hacienda.
13 Pocos días después el hijo menor lo reunió todo
y se marchó a un país lejano donde malgastó su hacienda viviendo como un libertino.
14 «Cuando hubo gastado todo, sobrevino un hambre
extrema en aquel país, y comenzó a pasar necesidad.
15 Entonces, fue y se ajustó con uno de los
ciudadanos de aquel país, que le envió a sus fincas a apacentar puercos.
16 Y deseaba llenar su vientre con las algarrobas que
comían los puercos, pero nadie se las daba.
17 Y entrando en sí mismo, dijo: "¡Cuántos
jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, mientras que yo aquí me muero de hambre!
18 Me levantaré, iré a mi padre y le diré: Padre,
pequé contra el cielo y ante ti.
19 Ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como
a uno de tus jornaleros."
20 Y, levantándose, partió hacia su padre.
«Estando él todavía lejos, le vió su padre y, conmovido, corrió, se echó a su cuello
y le besó efusivamente.
21 El hijo le dijo: "Padre, pequé contra el
cielo y ante ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo."
22 Pero el padre dijo a sus siervos: "Traed
aprisa el mejor vestido y vestidle, ponedle un anillo en su mano y unas sandalias en los
pies.
23 Traed el novillo cebado, matadlo, y comamos y
celebremos una fiesta,
24 porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a
la vida; estaba perdido y ha sido hallado." Y comenzaron la fiesta.
25 «Su hijo mayor estaba en el campo y, al volver,
cuando se acercó a la casa, oyó la música y las danzas;
26 y llamando a uno de los criados, le preguntó qué
era aquello.
27 El le dijo: "Ha vuelto tu hermano y tu padre
ha matado el novillo cebado, porque le ha recobrado sano."
28 El se irritó y no quería entrar. Salió su
padre, y le suplicaba.
29 Pero él replicó a su padre: "Hace tantos
años que te sirvo, y jamás dejé de cumplir una orden tuya, pero nunca me has dado un
cabrito para tener una fiesta con mis amigos;
30 y ¡ahora que ha venido ese hijo tuyo, que ha
devorado tu hacienda con prostitutas, has matado para él el novillo cebado!"
31 «Pero él le dijo: "Hijo, tú siempre estás
conmigo, y todo lo mío es tuyo;
32 pero convenía celebrar una fiesta y alegrarse,
porque este hermano tuyo estaba muerto, y ha vuelto a la vida; estaba perdido, y ha sido
hallado."»
Juan 8:3-7 - María Magdalena
3 Los escribas y fariseos le llevan una mujer
sorprendida en adulterio, la ponen en medio
4 y le dicen: «Maestro, esta mujer ha sido
sorprendida en flagrante adulterio.
5 Moisés nos mandó en la Ley apedrear a estas
mujeres. ¿Tú qué dices?»
6 Esto lo decían para tentarle, para tener de qué
acusarle. Pero Jesús, inclinándose, se puso a escribir con el dedo en la tierra.
7 Pero, como ellos insistían en preguntarle, se
incorporó y les dijo: «Aquel de vosotros que esté sin pecado,
que le arroje la primera piedra.»
8 E inclinándose de nuevo, escribía en la tierra.
9 Ellos, al oír estas palabras, se iban retirando
uno tras otro, comenzando por los más viejos; y se quedó solo Jesús con la mujer, que
seguía en medio.
10 Incorporándose Jesús le dijo: «Mujer, ¿dónde
están? ¿Nadie te ha condenado?»
11 Ella respondió: «Nadie, Señor.» Jesús le
dijo: «Tampoco yo te condeno. Vete, y en adelante no peques más.»
Lucas 23: 34
Y Jesús dijo:
Padre perdónales,
porque
no saben lo que hacen.
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Biblia / Sagradas Escrituras sobre La Misericordia Divina