"Adorámoste Cristo y
bendecímoste, que por tu santa cruz redimiste al mundo."
Marcos 15:46
José de Arimatéa compró una sábana, lo descolgó de la cruz, lo envolvió en ella
y lo puso en un sepulcro que estaba excavado en roca; luego, hizo rodar una piedra sobre
la entrada del sepulcro.
Señor, déjame morir en Ti, y permanece enterrado dentro de mi. Yo
ansío el momento de la resurrección de los muertos cuando tu me revelarás tu Gloria.
Por ahora déjame adorarte en el Santísimo Sacramento y concédeme la gracia de vivir una
vida santa.
El Trabajo
de Dios
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