Mateo 11:29
29 Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.
Mateo 5: 4 Bienaventurados los mansos, porque ellos posseerán en herencia la tierra.
La humildad es la plataforma de todas las virtudes, Dios vive en los altísimos cielos rodeado de Majestad y Gloria, pero hace su morada en un corazón humilde y contrito.
El Santo Padre Juan Pablo II fue un hombre humilde. Durante el comienzo de su pontificado era fuerte y podía doblarse para besar la tierra en cada país que visitaba, de esta manera no solo alababa a Dios por haberle dado la dignidad de ser Papa, sino que también mostraba que era un hombre sencillo.
Él disfrutaba poder hablar con cualquier tipo de persona con quien entraba en contacto. Le gustaba mucho visitar a los pobres. Fue para el una experiencia recompensante el visitar a la Madre Teresa en la India, porque allí pudo tocar y abrazar a los enfermos, los leprosos y los indigentes que ella había recogido de la calle para cuidar.
Ella encontró a Cristo en ellos, y también así lo hizo el Santo Padre. Si meditamos sobre la humildad del Santo Padre, aprenderemos de él una lección muy importante.
El Santo Padre tenía alta estimación por la dignidad de cada ser humano desde su concepción en el vientre hasta el día de su muerte. Era un gran abogado de los derechos humanos y de la justicia social.
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Extracto
MENSAJE DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II
AL CONGRESO INTERNACIONAL SOBRE LA VIDA CONSAGRADA
5. Todos vosotros, consagrados y consagradas, estáis llamados a seguir más de cerca a Cristo, a tener en el corazón sus mismos sentimientos (cf. Flp 2, 5), a aprender de él, manso y humilde de corazón (cf. Mt 11, 29), a cumplir como él la voluntad del Padre (cf. Jn 6, 38), a seguirlo por el camino de la cruz.
Este es el único camino del discípulo. No existen otras sendas. Cada día es preciso emprender, con corazón alegre y agradecido, el camino estrecho siguiendo al Maestro, para sacar la energía necesaria del manantial de donde brota el agua de la vida que no muere. |