Mateo 28:19-20
19 Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,
20 y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del m
Hacer discípulos para Cristo se vuelve la meta de todo discípulo y apóstol. El Señor envió sus discípulos y apóstoles a predicar las buenas noticias del Reino de los Cielos, les dio poderes para sanar y para arrojar fuera espíritus malignos. Aquellos que escucharon sus palabras escucharon las mismas palabras de Cristo, renunciaron a su maldad, se arrepintieron y se convirtieron.
Para poder conquistar corazones tenemos primero que ser conquistados por Cristo al someternos a su yugo. Porque mi yugo es fácil y mi carga es ligera dice el Señor. (Mateo 11:30)
Cuando la gente escucha a Cristo, nace la esperanza en sus corazones y cuando plantamos semillas de la Palabra de Dios en ellos, la palabra germina silenciosamente bajo el poder del Espíritu Santo.
Somos la luz del mundo nos dice el Señor, nuestra luz tiene que brillar así como el Papa Juan Pablo segundo nos demostró durante su vida. |