El Trabajo de Dios

Encuentro con Jesus 4 - El Silencio Interior

Encuentro con Jesus 4 - El Silencio Interior

Autor: José de Jesús y María
Encuentro con Jesus 4 - El Silencio Interior

Encuentro con Jesús 4

Hermanos y hermanas, que bueno estar de nuevo con ustedes en este encuentro con Jesús.

Jesús nos ama y es por su Gracia que nos reunimos en su Santo Nombre para conocerle, amarle, adorarle y glorificarle, más y más.

Gracias Jesús que te complaces en acompañarnos en este encuentro, donde nos encontramos tantos reunidos en tu nombre.

Empezamos entonces abriendo el corazón. Con humildad decimos:

En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Acompáñanos Señor.

Reflexión

Antes de ascender a los cielos, Jesús le dijo a sus apóstoles, a sus discípulos y a todos nosotros en Marcos 16:15-16.
Y les dijo: Vayan por todo el mundo y prediquen el evangelio a toda criatura.
El que crea y sea bautizado será salvo; pero el que no crea será condenado.
Estas palabras de Jesús no son solamente para los Sacerdotes, de ahí que todos los bautizados tenemos el deber de proclamar el evangelio, esa buena noticia que nos da la vida en Cristo, nuestro Salvador.
Con este regalo que el Señor nos da, proclamemos su Palabra.

Alabemos al Señor

Bendito y alabado seas Señor por tu grandeza, bendito sea tu Santo nombre Oh Padre amado porque nos has dado todo, bendito y alabado seas tu Señor Jesús porque nos has perdonado nuestros pecados y nos has dado la salvación. Bendito seas Dios Espíritu Santo que nos llenas de tus dones, de Sabiduría, Entendimiento, Conocimiento, Consejo, Ciencia, Piedad y Santo Temor de Dios.

Bendito y alabado seas Señor Jesús porque nos ha dado a la Santísima Virgen María, tu Santa Madre, Hija predilecta de Dios Padre y esposa del Espíritu Santo.

Alabado seas Señor por la grandeza de la creación, por todas tus obras que reflejan tu Majestad y tu Gloria.

Demos gracias al Señor

Padre Santo, te agradecemos infinitamente por el regalo de vida. Gracias por todas las bendiciones que recibimos diariamente, por el amor que hemos recibido de nuestros padres y de todos nuestros seres queridos.

Gracias Señor por cada latido de mi corazón, por el aire que respiro y por todos los regalos que experimento diariamente en mi vida.

Gracias Señor.

Encuentro con Jesús - Adoremos al Señor

La mente humana puede cuestionar ¿porqué debemos adorar a Dios?

Esta respuesta se encuentra en la humildad de la criatura que reconoce ese ser inmutable de Dios, sus infinitas perfecciones y porque nos ha creado de la nada.

Nadie ha creado nada, todo lo que existe y vive ha sido creado por Él. Las criaturas más avanzadas de su creación son los espíritus puros, los ángeles, los cuales adoran a Dios sin cesar porque reconocen su grandeza y su existencia que viene de Él.

Por esta razón, el alma que se acerca a Dios, empieza a sentir parte de esa luz del Espíritu que lo llama y lo acerca, y en respuesta surge la adoración desde lo más profundo del corazón.

La adoración empieza en la reverencia, respeto y dignidad que le damos a nuestro Dios. Él es digno de toda alabanza, agradecimiento y adoración.

Señor: Te adoramos, te adoramos, te adoramos. Danos la gracia de adorarte más y más y más, como la Virgen María, los ángeles y los santos.

Y así como serafines ardientes, vivir en el gozo de tu Presencia. Amén.

Protección y Liberación

"Arcángel San Miguel, defiéndenos en la lucha, se nuestro amparo contra la maldad y las asechanzas del demonio. Pedimos suplicantes que Dios lo mantenga bajo su imperio; y tú, Príncipe de la milicia celestial, arroja al infierno con el poder divino, a Satanás y a los otros espíritus malvados, que andan por el mundo tratando de perder a las almas. Amén."

Señor Jesús. Perdona nuestros pecados.

Cúbrenos con tu Preciosísima Sangre Señor Jesús, cubre este apostolado, cubre este lugar, cubre toda mi familia, las personas que conozco, todos los que están a mi alrededor, cubre todo el mundo.
Séllanos con tu Protección Divina y guárdanos como tu tesoro, no nos desampares Señor, pues sin ti no somos nada.

Séllanos Señor, como propiedad tuya y únenos al poder y a la Gracia que hay en la Virgen María, en San Miguel
Arcángel, en el Santo de este día y en todos los santos.

Con la Virgen María decimos "¿Quien como Dios que vive y reina en las alturas?"

Con Moisés decimos, "Señor, lucha todas nuestras luchas y gana todas nuestras batallas. "
Con Josué decimos, "Nosotros y nuestra casa, serviremos al Señor."
Nos entregamos totalmente a ti, Señor. Encárgate de todo.
Todo esto lo pedimos en tu Santo Nombre, Jesús, Divino Salvador.

Invocación del Espíritu Santo


Ven Espíritu Santo, ven por medio de la poderosa intercesión del Inmaculado Corazón de María, tu buena amada esposa.

Ven Espíritu Santo, ven, poderosa luz del corazón, ilumina mi alma con tu resplandor.

Ven Espíritu Santo, ven, dulzura celestial, calma la amargura de mi alma, endulza mi vida con tu amor Celestial.

Ven Espíritu Santo, ven, fuente eterna del agua de la gracia, calma mi sed de amor, refresca mi alma con el rocío de tu Amor.

Ven Espíritu Santo, ven, Espíritu de la Santidad, enséñame a ser santo y perfecto.

Ven Espíritu Santo, ven, reza por nosotros en todo momento, incluso si no te entendemos, alaba a Dios sin cesar, enséñanos a adorar en espíritu y en verdad.

Ven Espíritu Santo, ven, enséñanos a amarnos los unos a los otros como Jesús nos ha amado.

Ven Espíritu Santo, ven, Espíritu de nuestro templo, reposa en tu morada y quédate con nosotros.

Palabra de Dios - Lectura del santo evangelio según san Marcos (13,24-32)


Evangelio explicado por Jesús

Amor a María

Oh Virgen María, toda bella, toda pura, toda santa.

Dios te ha hecho madre suya y madre nuestra, Reina Soberana de toda la Creación, Reina de los ángeles.

Eres tabernáculo de la Santísima Trinidad, el verdadero Cielo de Dios, donde Él encuentra todo su deleite.

Madre Santísima tu también eres nuestro refugio y esperanza, eres la luz que ilumina al pecador para que regrese al Señor, eres nuestra abogada ante Dios y ruegas por todos nosotros tus hijos.

Jesús fue concebido en tu vientre virginal, nosotros fuimos concebidos hijos de Dios en tu vientre espiritual, tu Inmaculado Corazón, y por eso somos tus hijos a quienes tú proteges y bendices con tu amor maternal. No nos desampares madrecita santa.

Bendito y alabado sea Dios que te hizo madre nuestra, Oh Santísima Señora ruega por nosotros desde ahora hasta la hora de nuestra muerte y también después en nuestro Juicio Particular. Amén.

El Silencio interior

¿Pero cuál es este silencio interior, que nos dice Jesús?
Es hacer callar las propias pasiones teniéndolas en su lugar, es imponer silencio a los deseos, a las inclinaciones, a los afectos, en suma, a todo lo que no llama a Dios.

Ahora, ¿cuál es el medio para llegar a esto? El único medio y de absoluta necesidad es deshacer el propio ser y reducirse a la nada, como era antes de que fuera creada, y cuando haya reducido a la nada su ser, retomarlo en Dios.

Y como callar las pasiones? ¿como silenciar los deseos de los sentidos? Debemos cerrar las ventanas del alma que están siempre abierta a través de los sentidos. Debemos morir a las inclinaciones de la carne para poder nacer de nuevo en el Espíritu como dice Juan en el capítulo 3 versículo 3. El ayuno espiritual consiste en vencer todas pasiones que son producidas por los pecados capitales a través del uso de virtudes opuestas a los vicios.
Vencemos el orgullo con la humildad, la mentira y el engaño con la verdad, el odio con el amor y la justicia, la ira con la mansedumbre y la paciencia, la envidia y la codicia con la caridad y el abandono a la Divina Providencia, la lujuria con la pureza y la fortaleza, la pereza espiritual y la acedia con el don de la piedad, la fe y la esperanza, la gula, la glotonería y otros vicios de la carne con la templanza y la prudencia.

Cuando callamos las pasiones y silenciamos los deseos de los sentidos verdaderamente morimos espiritualmente y nos conocemos más a si mismos, de esta manera podemos empezar a conocer a Dios mas profundamente.
El conocimiento de Dios es como una línea vertical que sube de la superficie de la tierra hasta el infinito. Hacia arriba para Dios y hacia el centro de la tierra que somos, hacia nosotros mismos. Mientras más nos conocemos a nosotros mismos mas conocemos a Dios. Como Juan Bautista debemos decir, que tu crezcas Señor y yo pueda disminuir, esto es verdadera humildad.

Oración de Sanación

Querido hermano, querida hermana. Abramos nuestro corazón al Señor.

Cerremos los ojos del cuerpo para abrir los ojos del espíritu. Pausemos por un momento, dejemos el mundo atrás.

Estamos con el Señor, en este momento lo tenemos todo. Vamos a poner toda la confianza en el Señor.

Abre el corazón y conmigo dile al Señor:

Señor Yo soy pecador, te he ofendido durante toda mi vida y hoy vengo con humildad a recibir tu perdón y a sentir el regalo de tu Paz.

Señor sana toda mi vida desde mi concepción en el vientre de mi madre, sana la relación de mis padres desde ese momento y también sana toda mi familia, mis abuelos, mis tatarabuelos, todos mis ancestros.

Señor Jesús, borra toda huella de pecado, rompe toda cadena que me amarre al demonio, rompe todo lazo, todo compromiso, toda hechicería y cualquier cosa que me haya enredado a su maldad.

Cúbreme Señor Jesús con tu Preciosa Sangre, séllame y tómame como posesión tuya.

Señor Jesús, me arrepiento totalmente de todos los pecados de mi vida, te pido la Gracia de no volver a ofenderte.

Te presento mi vida Señor, todos mis problemas económicos, enfermedades, incomodidades, pobreza, desánimo, desilusiones, fracasos, tristezas y ataduras al demonio. Te presento también todas las personas alrededor de mi vida con toda su necesidad. Junto con mis pecados te pido que me guardes en tus santas llagas, sangre, agua, dolores, lágrimas y angustias y las de tu Madre Santísima.

Aquí en la cruz, mi Jesús crucificado te entrego todo lo que tengo y lo que soy, someto mi voluntad a la tuya y te entrego mi existencia. Señor ten compasión de mí, ayúdame. Encárgate de todo.

Señor, yo te amo, te necesito, te deseo, te adoro y te pido que me sanes, que resuelvas mi vida, no tengo más que ofrecerte que mi corazón humillado, te lo pido todo por los méritos de tu Pasión, Agonía y Muerte y por las penas del Inmaculado Corazón de María.

Que no sea mi voluntad sino la tuya, Gracias Señor. Encárgate de todo.

Despedida

Así llegamos al final de este Encuentro con Jesús. Gracias por su amable compañía.
Para terminar recibimos la bendición del Padre Fray Ramiro de la Parroquia de San Francisco.

Encuentro con Jesús 04 - Podcast

Transmitido originalmente por la Emisora La Voz de la Esperanza.fm de
Armenia Quindío Colombia

Encuentro con Jesús 4


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