Jesús:
Mi querido hijo, contempla este pequeño bebecito, nacido en un pesebre frío, rechazado por el mundo, ignorado por su gente, pero aceptado por los humildes y los pobres.
Contempla la palabra de Dios que se encarnó y que tiene el poder de redimirte, contempla mi humanidad cuando Yo me veo frágil, débil y vulnerable, cuando Yo vengo a una pobre cueva en vez de un palacio, cuando Yo vengo sosteniendo el poder de Dios en el instrumento débil de mi humanidad, cuando me humillo para servirte.
Contémplame como este pequeño bebe nacido de la Virgen Maria, cuando Yo le doy gloria a Dios con mi encarnación y cuando le doy paz en la tierra a todos los que hacen la voluntad de Dios.
Imítame por tu propia debilidad y fragilidad, imítame por tu desapego de las riquezas de este mundo y por tu simplicidad. Imítame por tu amor a mi Madre; imítame por tu entrega a la voluntad de Dios.
A los creyentes, a los humildes Yo les doy el poder de volverse hijos de Dios.
Mensajes de Jesús, María y Dios el Padre. |