Jesús:
Abran las puertas de sus corazones y de sus almas a su Rey. Yo soy el Rey de la Gloria, vestido en majestad y esplendor. Yo soy la luz radiante del cielo que destruye la oscuridad del pecado y el orgullo. Humildemente quiten todos los obstáculos que cierran sus templos y déjenme entrar triunfantemente como cuando Yo entré en Jerusalén.
Preparen el camino para el Señor de sus vidas con arrepentimiento y humildad, puesto que no hay otra manera. Yo me tengo que repetir muchas veces cada que toco a la puerta de cada corazón, como un mendigo que espera humildemente sabiendo que la mayoría de las veces es rechazado.
Mis profetas fueron rechazados, Yo fui rechazado, mis apóstoles fueron rechazados y todos mis seguidores también serán rechazados. Pero Yo soy el rico y generoso rey que les trae los tesoros de su salvación. Aquellos que me rechazan están rechazando su propio bien, ellos han entronado a Satanás el rey del mundo en sus corazones; no pueden soportar mi luz porque prefieren la oscuridad de su pecado. El orgullo ha concebido el pecado en ellos y están caminando ciegamente hacia el abismo eterno del infierno.
Para ellos me dirijo humildemente y con ojos misericordiosos con la esperanza de que siquiera me van a mirar y que van a decidir regresar.
Reza hijo mío por los que no tienen esperanza, reza para que la gracia generosa de mi Espíritu Santo transforme los perdidos en encontrados, los feos en bonitos y los pecadores en santos.
Mensajes de Jesús, María y Dios el Padre. |