El ciego fue, se lavó y volvió ya viendo.
Año A - 4o Domingo de Cuaresma - Juan 9:1-41
1 Vio, al pasar, a un hombre ciego de nacimiento.
2 Y le preguntaron sus discípulos: Rabbí, ¿quién pecó, él o sus padres, para que haya nacido ciego?
3 Respondió Jesús: Ni él pecó ni sus padres; es para que se manifiesten en él las obras de Dios.
4 Tenemos que trabajar en las obras del que me ha enviado mientras es de día; llega la noche, cuando nadie puede trabajar.
5 Mientras estoy en el mundo, soy luz del mundo.
6 Dicho esto, escupió en tierra, hizo barro con la saliva, y untó con el barro los ojos del ciego
7 y le dijo: Vete, lávate en la piscina de Siloé (que quiere decir Enviado). El fue, se lavó y volvió ya viendo.
8 Los vecinos y los que solían verle antes, pues era mendigo, decían: ¿No es éste el que se sentaba para mendigar?
9 Unos decían: Es él. No, decían otros, sino que es uno que se le parece. Pero él decía: Soy yo.
10 Le dijeron entonces: ¿Cómo, pues, se te han abierto los ojos?
11 El respondió: Ese hombre que se llama Jesús, hizo barro, me untó los ojos y me dijo: "Vete a Siloé y lávate." Yo fui, me lavé y vi.
12 Ellos le dijeron: ¿Dónde está ése? El respondió: No lo sé.
13 Lo llevan donde los fariseos al que antes era ciego.
14 Pero era sábado el día en que Jesús hizo barro y le abrió los ojos.
15 Los fariseos a su vez le preguntaron cómo había recobrado la vista. El les dijo: Me puso barro sobre los ojos, me lavé y veo.
16 Algunos fariseos decían: Este hombre no viene de Dios, porque no guarda el sábado. Otros decían: Pero, ¿cómo puede un pecador realizar semejantes señales? Y había disensión entre ellos.
17 Entonces le dicen otra vez al ciego: ¿Y tú qué dices de él, ya que te ha abierto los ojos? El respondió: Que es un profeta.
18 No creyeron los judíos que aquel hombre hubiera sido ciego, hasta que llamaron a los padres del que había recobrado la vista
19 y les preguntaron: ¿Es éste vuestro hijo, el que decís que nació ciego? ¿Cómo, pues, ve ahora?
20 Sus padres respondieron: Nosotros sabemos que este es nuestro hijo y que nació ciego.
21 Pero, cómo ve ahora, no lo sabemos; ni quién le ha abierto los ojos, eso nosotros no lo sabemos. Preguntadle; edad tiene; puede hablar de sí mismo.
22 Sus padres decían esto por miedo por los judíos, pues los judíos se habían puesto ya de acuerdo en que, si alguno le reconocía como Cristo, quedara excluido de la sinagoga.
23 Por eso dijeron sus padres: Edad tiene; preguntádselo a él.
24 Le llamaron por segunda vez al hombre que había sido ciego y le dijeron: Da gloria a Dios. Nosotros sabemos que ese hombre es un pecador.
25 Les respondió: Si es un pecador, no lo sé. Sólo sé una cosa: que era ciego y ahora veo.
26 Le dijeron entonces: ¿Qué hizo contigo? ¿Cómo te abrió los ojos?
27 El replicó: Os lo he dicho ya, y no me habéis escuchado. ¿Por qué queréis oírlo otra vez? ¿Es qué queréis también vosotros haceros discípulos suyos?
28 Ellos le llenaron de injurias y le dijeron: Tú eres discípulo de ese hombre; nosotros somos discípulos de Moisés.
29 Nosotros sabemos que a Moisés le habló Dios; pero ése no sabemos de dónde es.
30 El hombre les respondió: Eso es lo extraño: que vosotros no sepáis de dónde es y que me haya abierto a mí los ojos.
31 Sabemos que Dios no escucha a los pecadores; mas, si uno es religioso y cumple su voluntad, a ése le escucha.
32 Jamás se ha oído decir que alguien haya abierto los ojos de un ciego de nacimiento.
33 Si éste no viniera de Dios, no podría hacer nada.
34 Ellos le respondieron: Has nacido todo entero en pecado ¿y nos da lecciones a nosotros? Y le echaron fuera.
35 Jesús se enteró de que le habían echado fuera y, encontrándose con él, le dijo: ¿Tú crees en el Hijo del hombre?
36 El respondió: ¿Y quién es, Señor, para que crea en él?
37 Jesús le dijo: Le has visto; el que está hablando contigo, ése es.
38 El entonces dijo: Creo, Señor. Y se postró ante él.
39 Y dijo Jesús: Para un juicio he venido a este mundo: para que los que no ven, vean; y los que ven, se vuelvan ciegos.
40 Algunos fariseos que estaban con él oyeron esto y le dijeron: Es que también nosotros somos ciegos?
41 Jesús les respondió: Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; pero, como decís: "Vemos" vuestro pecado permanece.
El ciego fue, se lavó y volvió ya viendo.
Yo soy la luz del mundo. He venido para dar luz a los que se encuentran en la oscuridad; he venido para compartir mi sabiduría con aquellos que me aceptan como su Señor y Dios.
Yo soy la Sabiduría de Dios encarnada, la Palabra que viene de la mente de Dios, la luz que ha venido a brillar en este mundo oscurecido por la ignorancia y el orgullo.
Yo estoy acostumbrado al rechazo, primero fueron los ángeles y después los hombres. He sido rechazado desde el mismo comienzo, pero siempre he enseñado la humildad para erradicar la raíz de toda la maldad, el vicio del orgullo.
Lucifer, el mas regalado de todos los ángeles, el lleno de luz, creció tanto en su arrogancia que se lleno completamente de orgullo. Desecró una larga parte de mi creación angélica incitándola a la rebelión en contra de Dios. Por causa de su terrible pecado, el y sus seguidores fueron arrojados del Cielo. Fue convertido en el príncipe de la oscuridad y ha venido a reinar en el mundo, a hacer presa de mi nueva creación. Ha contaminado todos los seres humanos con la tentación de ofender a Dios con la desobediencia. El es el padre de la mentira, el padre de los reprobados de Dios. Toma ventaja de la mente racional del hombre que rechaza mis enseñanzas tan fácilmente y me desafía con el pecado. Yo estoy aquí para destruir su trabajo y para reclamar lo que es mío.
Todos los seres humanos tienen que ser puestos a la prueba, todos tienen que tomar una decisión entre el bien y el mal. Satanás se para orgulloso seduciendo almas con su arrogancia, mientras yo trabajo en silencio llamándoles a que se arrepientan y vengan a Mí. Mi luz prevalecerá aun cuando el mundo este cubierto en tinieblas; mi gracia triunfará aunque el pecado esté erosionando el mundo, el bien triunfará sobre el mal en el final y aquellos que aceptan mi luz compartirán mi reino eterno de gozo, mientras que aquellos que prefieren la oscuridad del pecado se hundirán en un abismo eterno de continuo sufrimiento.
Todo lo que esta en la oscuridad será traído a la luz, y tal como en el caso de este hombre humilde del evangelio, a todos se les mostrará la luz, aquellos que son humildes verán y aceptarán a Dios, mientras que los orgullosos serán enceguecidos en su arrogancia.
Abran sus ojos al espíritu, miren con la claridad de la sabiduría, no desprecien las enseñanzas de mi Palabra que les llevan a la vida eterna, arreglen sus caminos mientras todavía hay tiempo, y por encima de todo, reconozcan a Dios, la fuente de todo bien.
Recibido by: José de Jesús y María
Los santos evangelios explicados por Jesús
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