Meditaciones Eucarísticas - Santos Evangelios
explicados por Jesús
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Si me amáis, guardaréis mis mandamientos
Año A - Sexto Domingo de Pascua - Juan 14:15-21
15 Si me amáis, guardaréis mis mandamientos;
16 y yo pediré al Padre y os dará otro Paráclito, para que esté con vosotros para siempre,
17 el Espíritu de la verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no le ve ni le conoce. Pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros.
18 No os dejaré huérfanos: volveré a vosotros.
19 Dentro de poco el mundo ya no me verá, pero vosotros si me veréis, porque yo vivo y también vosotros viviréis.
20 Aquel día comprenderéis que yo estoy en mi Padre y vosotros en mí y yo en vosotros.
21 El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ame, será amado de mi Padre; y yo le amaré y me manifestaré a él
Si me amáis, guardaréis mis mandamientos
Mi querido hijo, estoy preparando un lugar para ti en el Cielo. Antes de que puedas estar conmigo, tienes que seguir mis instrucciones:
Amame con todo tu corazón, con toda tu mente, con toda tu alma y con toda tu fortaleza.
Abre tu corazón y dejame llenarte con mi espiritu de amor, de paz, de gozo y de verdad.
Permíteme ser el Rey de tu vida.
Haz de la humildad la fundacion de tu templo, decora tus paredes con virtudes.
Alábame y agradéceme por todo lo que Yo hago por ti. Reconóceme en todo momento.
Mírame en mi creación, mírame en cada uno y regocíjate. Acéptame en los demás, recuerda mi presencia en ellos.
Ven a mi Presencia con reverencia, trae un ofrecimiento de agradecimiento, entra mis patios con alabanza.
Recuerda tu nadaismo, reconoce tus pecados y acéptame como tu salvador.
Deléitate en mi presencia, haz mi voluntad gozozamente.
Abre tus oidos a mi palabra, abre tus ojos a mi grandeza. Mira a través de mi espiritu.
Abre tu boca para alabarme. Usa tu lengua para bendecir: bendíceme y bendice a tu prójimo.
Permite que tus manos sean mis manos, tus pies mis pies, que tu mente sea mi mente. Deja que tu corazón sea mi corazón, mi lugar de descanso, mi cielo.
Invítame con frecuencia a estar contigo, dame la bienvenida sin miedo.
Abre tus heridas físicas y espirituales a mi sanación.
Reza por la conversión de los pecadores, reza por los demás.
Unete a mí y vuélvete un instrumento de reparación por tus pecados, y los pecados de los demás.
Unete fuértemente a mi cuerpo místico: la iglesia, a mi corazón: la sagrada eucaristia la sangre y vida de tu alma, a mi alma: el Espíritu Santo.
Sé generoso como yo soy generoso, imíta mi santidad y mi perfección.
Reza desde el corazón, rézale a mi madre y ella brillará la luz de nuestra Gracia sobre tí.
Haz tu vida un acto de alabanza y de agradecimiento. Déjame ser tu alabanza, tu amor y tu adoración.
Vuélvete mi docil instrumento de paz, amor, gozo, misericordia y sanación.
Yo soy todo tuyo... Vuélvete todo mío...
Recibido by: José de Jesús y María
Los santos evangelios explicados por Jesús
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