Meditaciones Eucarísticas - Santos Evangelios
explicados por Jesús
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Curó muchos que sufrían de enfermedades
Año B - 5o Domingo en tiempo ordinario - Marcos 1:29-39
29 Cuando salió de la sinagoga se fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés.
30 La suegra de Simón estaba en cama con fiebre; y le hablan de ella.
31 Se acercó y, tomándola de la mano, la levantó. La fiebre la dejó y ella se puso a servirles.
32 Al atardecer, a la puesta del sol, le trajeron todos los enfermos y endemoniados;
33 la ciudad entera estaba agolpada a la puerta.
34 Jesús curó a muchos que se encontraban mal de diversas enfermedades y expulsó muchos demonios. Y no dejaba hablar a los demonios, pues le conocían.
35 De madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, se levantó, salió y fue a un lugar solitario y allí se puso a hacer oración.
36 Simón y sus compañeros fueron en su busca;
37 al encontrarle, le dicen: Todos te buscan.
38 El les dice: Vayamos a otra parte, a los pueblos vecinos, para que también allí predique; pues para eso he salido.
39 Y recorrió toda Galilea, predicando en sus sinagogas y expulsando los demonios.
Curó muchos que sufrían de enfermedades
Aquí pueden ustedes ver como viví uno de los días mas ocupados de mi peregrinación en esta tierra. Yo vine a enseñar en las sinagogas, en las cales, en los campos, en las casa y en todas partes donde pude. Mis palabras siempre preparaban el escenario para mis milagros.
La mayoría de las sanaciones que la gente recibió en esos días fueron debidas a su fe en mí, el Hijo de Dios enviado por el Padre Celestial a proclamar Su mensaje. Ellos creyeron en mi Palabra, la Palabra Eterna con poder divino, reconocieron mis regalos supernaturales y fueron muy afortunados de beneficiarse de mi misericordia.
Mi interés principal no era tanto en curar el cuerpo, sino sanar la mente y el alma de las perversiones que frenan al espíritu. Ustedes están todos llamados a conocer, amar y servir a Dios, a adorarle en espíritu y en verdad.
Mis enseñanzas señalaban hacía el amor que ustedes deben tener hacia los demás, porque es siendo humildes, misericordiosos, amables y amorosos que ustedes conquistan mi corazón.
Durante los tres años de mi ministerio Yo pude visitar muchos pueblos, sanar muchas enfermedades y echar fuera muchos demonios. Yo revelé la voluntad de mi Padre a todo el mundo, para que pudieran aprender de mí y ser salvados. Yo enseñé con humildad a través de mi humildad, enseñé el amor amándoles tanto hasta el punto de volverse el sacrificio para expiar sus pecados.
Mi sabiduría permanece entre ustedes, mi espíritu está siempre presente llamando a cada uno e instruyéndole para que deje la maldad y se acerque a Dios.
Yo fui un hombre de oración. Yo quiero pedirte pequeña almita que pases el tiempo que mas puedas en oración. Trata de distanciarte de tantas distracciones que te rodean, no busques el entretenimiento que disturba el alma y la conduce al pecado. Es en el silencio de tu alma que experimentas mi presencia, es cuando rezas y deseas estar conmigo que Yo me manifiesto mas a ti.
Entre mas reces y desees estar conmigo, mas te alejarás del mundo y vendrás cerca de mí. Mi deleite es verte asimilando mis enseñanzas y volviéndote como Yo.
Recibido by: José de Jesús y María
Los santos evangelios explicados por Jesús
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