Meditaciones Eucarísticas - Domingo 21/09/2014 lista |
Así, los últimos serán primeros y los primeros, últimos
El Reino de los Cielos se asemeja a un contratista que en su poder tiene la forma de dar trabajo a muchos obreros, luego al llegar la hora del pago nos enseña sobre la justicia. Dios es Justicia, la Justicia es esa virtud que nos enseña a darle a cada uno lo que es justo. A Dios debemos darle en Justicia todo el honor, el poder y la Gloria. Al prójimo debemos darle el respeto, el honor y el trato debido. Debemos tratar a los demás como queremos que nos traten a nosotros en cumplimento de la regla dorada. En esta parábola Dios nos muestra que tan grande es su Justicia, no como la de los hombres, pues si bien paga lo justo a quienes han hecho su labor, también paga más de lo justo a los que solo trabajaron una parte del día. Su derroche en la justicia, en la bondad y en la misericordia va más allá de nuestro entendimiento. Esto lo hace para que seamos justos como Él es justo, buenos como el es bueno y misericordiosos como Él es misericordioso. Esto nos llama a ser santos como Él es santo. Nosotros medimos con la vara de nuestra humanidad la cual está limitada por nuestro amor propio y nuestro egoismo. Dios mide con su amor que es infinito y perfecto, y así como piensa y actúa, tambien quiere que nosotros pensemos y actuemos. En esta parábola el Señor nos enseña que nunca es tarde para venir a Él. Claro que es mejor no esperar hasta el momento de la muerte para venir a su misericordia, pues debemos escuchar su llamado a tiempo y no abusar de su bondad. Y en esta enseñanza vemos también el egoismo de aquellos que trabajaron desde la mañana y se sintieron robados cuando el Señor pagó igual a los que habían llegado en la tarde. Pues el Señor no mide el tiempo sino la intención del corazón, Él no está interesado en la cantidad sino en la calidad, y como es misericordioso se ve más atraido por el pecador que por el justo; pues el pecador está más necesitado y Él viene a darle abundantemente su divina misericordia. El hombre justo puede caer fácilmente así que debemos de vivir nuestra vida con santo temor de Dios, por esto no debemos pensar que estamos muy bien ante el Señor, San Pablo nos dice que debemos trabajar para nuestra salvación con miedo y temblor, pues ante la Justicia Divina los últimos serán los primeros y los primeros serán los últimos.
Así, los últimos serán primeros y los primeros, últimosHabla el Señor:La Santísima Virgen María Hijo mío, Cuando tu aprendes de mi, te das cuenta de que Yo no era nada, de que Yo dependía absolutamente de la Divina Providencia, y esto me hizo diferente, pues esto era lo que marcaba mi humildad. Esto es lo que el Señor quiere de ti. Por eso hijo mío, abandónate totalmente a la Divina Providencia con suprema confianza, no tengas miedo, no esperes nada, no quieras nada. Deja que el Señor quiera por ti, deja que el Señor decida por ti, deja que el Señor te guíe y te lleve por su camino. Te bendigo hijo mío.
Notas: Así, los últimos serán primeros y los primeros, últimosAutor: José de Jesús y María Por favor comparte en las redes sociales, tu voto es una gran forma de evangelizar: |