Espíritu Santo -
Milagros - Poder de lo AltoSalmo 321 De David. Un maskilFelices aquellos cuya transgresión es perdonada, cuyo pecado es cubierto. 2 Felices aquellos a quienes el Señor no imputa iniquidad, y en cuyo espíritu no hay engaño. 3 Mientras yo estaba en silencio, mi cuerpo de agotaba a través de mi lamento durante todo el día. 4 Porque día y noche tu mano era dura sobre mí; mi fortaleza se secaba como por el calor del verano. Pausa 5 Entonces reconocí mi pecado ante Ti, y no escondí mi iniquidad; Dije, “confesaré mi pecado y mis transgresiones al Señor,” y tu me perdonaste la culpa de mi pecado. Pausa 6 Por eso deja que todos tus fieles te ofrezcan oraciones; en el tiempo de problema, el empuje de aguas poderosas no los alcanzará 7 Tu eres un escondite para mí; me preservas de problemas; me rodeas con gritos alegres de liberación. Pausa 8 Voy a instruirte y a enseñarte el camino que deberías tomar, te aconsejaré poniéndote cuidado. 9 No seas como un caballo o mula, sin entendimiento, cuyo brío tiene que ser controlado con rienda y freno, de lo contrario no estaría cerca de ti. 10 Muchos son los tormentos de los malvados, pero gran amor rodea a aquellos que confían en el Señor. 11 Alégrense en el Señor y regocíjense, Oh justos y griten de alegría, todos los rectos de corazón. Autor: José de Jesús y María ©
Espíritu Santo - Milagros - Poder de lo Alto - Salmo 32
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