Espíritu Santo -
Milagros - Poder de lo AltoFrutos del Espíritu SantoJesús es el fruto del vientre de la Santísima Virgen María. De esa maravillosa relación entre Dios y María, el Espíritu Santo produjo su fruto en la Encarnación de la Palabra de Dios, quien se hizo carne en la persona de Jesucristo. Así que de este matrimonio espiritual del Espíritu Santo con María, Ella se volvió el árbol de la vida, cuyo fruto es la comida para nuestras almas. Estamos llamados a imitar a María para poder dar buenos frutos, consistentes con nuestro arrepentimiento.Somos comparados a los árboles en muchas ocasiones, para poder entender el propósito de nuestra existencia que debe de ser fructuosa. Juan el Bautista vino predicando el arrepentimiento y con Él la amenaza de que el hacha está lista: todo árbol que no de fruto será cortado y arrojado al fuego [Mateo 3:10]. El Señor lo confirma en [Mateo 7:19]. Nuestro Bendito Señor manifestó su ira con el árbol de higo sin fruto, el cual se secó y murió después de su maldición [Matthew 21:19], Jesús es la viña y nosotros somos las ramas, aquellos que se cortan a si mismos por no permanecer en Él, son cortados, mueren y son arrojados al fuego [Juan 15:6] El Señor dice que el Reino de los Cielos será entregado a aquellos que produzcan los buenos frutos del Reino [Matthew 21:43], también dice que los profetas serán conocidos por sus frutos [Matthew 7:16]. Así que los frutos espirituales que nosotros producimos son causados por la influencia del Espíritu Santo en nuestras vidas, son los frutos de la salvación a través del poder del Espíritu Santo y nuestra fe en Él [2 Tesalonicenses 2:13] Entonces de acuerdo a la tradición de la Iglesia, los frutos del Espíritu Santo son: “Caridad, Gozo, Paz, Paciencia, Amabilidad, Bondad, Generosidad, Gentileza, Fidelidad, Modestia, Control propio y Castidad“[Gálatas 5:22-23] Estos frutos son producidos en nuestras almas por nuestra entrega a las sutiles persuasiones del Espíritu Santo. Para poder producir los Frutos del Espíritu Santo, nosotros debemos de estar plantados en la tierra firme de nuestra fe, fertilizados con la nutrición de los Sacramentos y las devociones, rociados con el Agua Viva del Espíritu Santo y podados con nuestros sufrimientos y luchas. Se llama el fruto del Espíritu, no tanto nuestro fruto, porque es producido directamente por el Espíritu Santo, así para que no estemos orgullosos. Debemos permitir que el Espíritu de Dios nos guíe a la santidad. El Maestro Constructor edificará una casa espiritual en nosotros para su placer y gloria. [Salmo 127] Es para la Gloria de Dios el Padre que nos volvamos fructuosos discípulos de Nuestro Señor Jesucristo [Mateo 13:23] * * * Proverbios 8:19 Porque mi fruto es mejor que el oro y piedras preciosa, y mis capullos mejor que plata escogida. Proverbios 11:30 El fruto del hombre justo es un árbol de vida: y aquel que gana almas es sabio Jeremiah 17:7-8 7 Bendito es el hombre que confía en el Señor, y el Señor será su confianza. 8 Y el será como un árbol plantado cerca de las aguas; que esparce sus raíces hacia la humedad: y no temerá cuando venga el calor. Y su hoja será siempre verde, y cuando venga la sequía no tendrá problemas, ni por eso dejará de dar fruto oportunamente. Ezequiel 47:12 Y por el torrente sobre las riveras en ambos lados crecerán árboles que dan fruto: sus hojas no caerán y su fruto no fallará. Cada mes producirán sus primeros frutos, porque sus aguas vendrán del santuario y los frutos serán para comida y las hojas para medicina. Autor: José de Jesús y María ©
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