Espíritu Santo -
Milagros - Poder de lo AltoCastidadLa unión entre un hombre y una mujer es sagrada, está amarrada en el Sacramento del Matrimonio. Dos se vuelven una carne, por eso lo que Dios ha unido, que ningún hombre lo separe (Mateo 19:6). Dios odia el divorcio (Malaquías 2:16).De la misma manera una pareja viviendo juntos, que no está casada no está consagrada a Dios, están cometiendo adulterio, están haciendo desfile de su maldad, están viviendo una relación ilegal. La relación sexual entre marido y mujer es un regalo de Dios, es la expresión enlazadora del gran valor unitivo del amor. Es dado como un regalo de Dios, primordialmente para la trasmisión de la vida y secundariamente para el gozo de la pareja. El hombre y la mujer deberían tratar sus cuerpos con debido respeto, recordando que son templos del Espíritu Santo (1 Corintios 6:19). La lujuria es una pasión desordenada que puede meterse en la relación de una pareja, por eso es recomendable que practiquen Castidad durante ciertos períodos del mes, también debería de ponerse de acuerdo para no hacerlo en días santos, talvez los Viernes en honor de la pasión de Nuestro Señor, o para practicar cualquier método para controlar las pasiones dentro del matrimonio. El propósito puro del Matrimonio debería ser amarse el uno al otro, procrear hijos para Dios y mantener una relación pura de fidelidad y amor. La pareja no se debería de casar solo por el propósito de satisfacer la atracción física, se deben entender y estar decididos genuinamente a amarse de por vida. El sexo antes del matrimonio o fuera del matrimonio es adulterio, la masturbación también es un pecado porque incita el cuerpo a cometer adulterio o le niega a la compañera o compañero lo que les pertenece a su gozo común. La Castidad de los jóvenes es igual a la pureza de los niños y es muy preciosa a los ojos de Dios. La virginidad es el más excelente regalo que se puede ofrecer entre la pareja en la luna de miel, prueba que verdaderamente estaban hechos el uno para el otro. Desafortunadamente estos valores se han perdido en estos últimos tiempos, hay tantas falsa enseñanzas y tanto mal ejemplo en la televisión y los medios; ¿que le podemos decir a nuestros hijos? Nosotros somos responsables ante Dios por su conducta, por eso si no estamos alerta a esos peligros en contra de la Castidad y la impureza, seremos culpables por nuestra negligencia. La homosexualidad es una expresión totalmente pervertida de la sexualidad. Es una terrible abominación en los ojos de Dios, el hombre o la mujer envueltos en esta conducta están luchando en contra de la Voluntad de Dios quien ha hecho la mujer para el hombre y el hombre para la mujer (Génesis 2:24) Este pecado causó el castigo de Sodoma y Gomorra, porque el Señor le prohíbe a un hombre que se acueste con otro hombre a una mujer con otra mujer (Levíticos 18:22-28) Autor: José de Jesús y María ©
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