No sientas temor de aquellos que te critican o persiguen por causa de tu fe

26 No les tengáis miedo. Pues no hay nada encubierto que no haya de ser descubierto, ni oculto que no haya de saberse.
27 Lo que yo os digo en la oscuridad, decidlo vosotros a la luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde los terrados.
28 Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed más bien a Aquel que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la gehenna.
29 ¿No se venden dos pajarillos por un as? Pues bien, ni uno de ellos caerá en tierra sin el consentimiento de vuestro Padre.
30 En cuanto a vosotros, hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados.
31 No temáis, pues; vosotros valéis más que muchos pajarillos.
32 Por todo aquel que se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos;
33 pero a quien me niegue ante los hombres, le negaré yo también ante mi Padre que está en los cielos.

Inspiración del Espíritu Santo - Desde el Sagrado Corazón de Jesús.

No sientas temor de aquellos que te critican o persiguen por causa de tu fe. A mí me persiguieron y me mataron porque hice buenas obras y porque vine a enseñar la verdad. También han matado a muchos de mis buenos seguidores quienes estaban firmes en su fe en mi. Esos son los mártires, quienes serán recompensados por no haberme negado nunca hasta el final.

La hora vendrá para que todo venga a la luz del juicio y todos aquellos que hicieron el bien serán recompensados mientras que los que obraron mal serán castigados por sus malas obras.

No hay nada que temer en este mundo, excepto caer en el pecado. Para vivir una vida en Dios se requiere sacrificio y coraje. El mundo aprueba la maldad muy fácilmente, y lo que es bueno es objeto de burla puesto que viene de la humildad. El orgulloso se puede regocijar ahora mientras el humilde sufre y lucha, pero los necios siguen los pasos de Esau, quien vendió su herencia por un plato de sopa, mientras que los humildes imitan mis caminos y persiguen las metas que Yo les asigno.

Cuando tu me aceptas, le das gran gozo a mi corazón, cuando me deshonras, te distancias de mí porque rechazas mi amor. Cuando das testimonio de mi palabra y vives tu vida según mi ejemplo, glorificas a mi Padre en los Cielos y te haces digno de ser un hijo de Dios.

El Cielo se regocija.por aquellos que me aman, pues ellos son los futuros habitantes del reino eterno; ellos son altamente apreciados por sus buenas obras.

Todo lo que el hombre hace está siendo observado en el Cielo, nada ocurre sin el consentimiento de mi Padre Celestial. Lo bueno y lo malo permanecerá en este mundo hasta la hora cuando la maldad vendrá al juicio y la maldición, y lo bueno será recompensado.

Así que haz el bien mientras todavía puedes, dale alabanza y honra a Dios diariamente, sigue mis mandamientos de amor hasta el final. No tienes nada que temer cuando pones tu confianza en mí, tu Señor y Salvador.

Autor: José de Jesus y María