Año A- 25o Domingo en tiempo ordinario
1 En efecto, el Reino de los Cielos es semejante a un propietario que salió a primera hora de la mañana a contratar obreros para su viña.
Inspiración del Espíritu Santo - Desde el Sagrado Corazón de Jesús.En la parábola de los trabajadores de la viña y también en la parábola del hijo pródigo, Yo quiero enfatizar la gran Misericordia Divina, para la tomes como modelo para tu generosidad y misericordia.Es tan fácil recibir, y de verdad tu recibes tanto diariamente, en efecto has estado recibiendo diariamente toda tu vida. Pero cuando se llega el momento de dar, cada cual se vuelve amarrado y posesivo, entonces la generosidad viene con limitaciones. Eso no es lo que Yo enseño, puesto que Yo enseño por mis acciones. Yo soy el dador de todos los regalos. He dicho “dad y te será dado, sé misericordioso y se te mostrará misericordia”, así que cualquier cosa que tu hagas por el más pequeño de mis hermanos recibirá una recompensa. Yo te aseguro, siempre serás recompensado por tu generosidad. Cualquier trabajo que hagas en mi reino será repagado de acuerdo a mi misericordia, no de acuerdo a tu medida. Yo perdoné al ladrón en la cruz cuando me aceptó como su salvador y me pidió que le recordara cuando Yo entrara en mi reino. Él recibió el gran regalo que muchos hombres virtuosos buscan tan ansiosamente y a un costo tal alto, con un simple acto de fe y humildad. Tu deberías de regocijarte y ser feliz por causa de mi gran misericordia. Yo morí en la cruz para perdonar a todos los que vienen a mí con sinceridad, pidiendo perdón por sus pecados, y con deseo de arreglar sus vidas. Yo no discrimino a los pecadores, por el contrario, Yo he muerto por ellos y moriría de nuevo si fuera necesario para traerlos a mí. Yo soy el salvador del mundo, mi trabajo es perdonar y salvar, quiero que todo el mundo se beneficie de mi misericordia, quiero que todo el mundo se salve. La única condición para mi salvación es el arrepentimiento humilde. Yo estoy dispuesto a perdonar aún aquellos a quien el mundo condena; Yo soy el Dios de los rechazados, de los pobres, y de los pecadores que están desesperadamente en necesidad de conversión. Por esta razón llamo a todo el mundo, a que sean generosos como Yo soy generoso, a que se ayuden los unos a los otros como Yo le ayudo a cada uno. Compartan con otros en la medida que puedan, recen por los pecadores para que ellos también puedan obtener las recompensas que ustedes mismos esperan, no discriminen. No subestimen a ninguno. En el último momento habrá gran confusión, porque algunos que esperaban ser primeros serán los últimos y los últimos serán los primeros. Mientras tanto, trabaja diligentemente para el reino de los cielos. Sé bueno sin medida, cuando tengas que hacer algo por alguien recuerda que lo estás haciendo para mí, cuando veas a alguien en necesidad no titubees para ayudar. Ahora ya sabes que lo que hagas por los demás lo estás haciendo por mí. Así que ama a los demás como Yo te he amado. Autor: José de Jesus y María Lista de
Homilias - Evangelios Catolicos
www.theworkofgod.org/Spanish
|