Este es un grupo de oraciones y meditaciones
seleccionadas,
con gran valor espiritual.
Las oraciones son inspiraciones del Espíritu Santo, producen resultados;
pueden ser una gran fuente de luz para los que estén en la disposición correcta.
La oración es la mejor manera de comunicarse con
Dios. Si no rezamos, no podemos esperar tener una buena relación con El. Por otro lado,
si rezamos, meditamos y vivimos nuestras oraciones, descubriremos un gran tesoro escondido
en nuestras almas. La oración es su llave. Entre mas rezamos, mas ricos nos volvemos.
Jesús es nuestro tesoro, y en él encontramos nuestra riqueza
espiritual.
Cuando uno está inspirado a
rezar, uno está recibiendo una llamada del Espíritu Santo a experimentar el Amor de Dios
en una manera muy íntima.
Si meditamos nuestras
oraciones, seremos recompensados con gran deseo de vivir en la Presencia de Dios.
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La oración es la gran
comida para nuestras almas, el combustible que mantiene el fuego de la fe ardiendo.
Si no hay oración, no hay contacto con Dios, y el resultado es un alma árida.
El Señor le explicó a
los Apóstoles que algunos malos espíritus solo se podían arrojar fuera a través de la
oración y el ayuno.
Cuando combinamos
nuestras oraciones con el hecho de dar limosnas, tenemos un gran potencial de tener un
encuentro con un ángel de Dios, una experiencia supernatural como le ocurrió a Tobías y
a Cornelio.
La oración y el ayuno
son buenos, pero mejor es dar limosnas y tener rectitud. (Tobías 12:8 Cuando el Arcángel
Rafael le explicó a Tobías sobre su venida.)
En Actos 10:3 vemos como
Cornelio era un hombre devoto que le temía a Dios junto con su familia, el daba limosna
generosamente a los pobres y le rezaba constantemente a Dios. Un Ángel del Señor se le
apareció.
La oración consiste en
hablarle a Dios, la oración combinada con meditación intensa, penitencia, ayuno y dar
limosnas, son buenos signos de santidad, los ingredientes típicos para un encuentro
supernatural con Dios Todo Poderoso. Le ha sucedido a muchos santos,
también te puede
ocurrir a ti. Créeme.
Cuando reces, vive tu
oración, disfrútala, reza despacio, reza con tu corazón, creé que le estás hablando a
Dios o a la Virgen María o a los ángeles o a los santos y espera lo inesperado, pues el
Señor te tomará seriamente, de verdad!
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Apostolado de Oración:
Puedes unirte a nuestras
oraciones al ofrecer tus santas misas o tus oraciones personales por las intenciones de
nuestra lista de oraciones o por otras intenciones que hayan sido enviadas al Apostolado
del Trabajo de Dios.