Mensaje recibido en el trabajo, alrededor de las 9.30 a.m. El Padre Celestial:
Así que tú estás interesado en saber como complacerme. Muy bien, vamos al calvario y pasa tu tiempo conmigo allá.
Mira a mi Hijo Jesús crucificado por tus pecados, sáciale su sed de amor con tu amor y al estar presente en esas horas cuando todos sus discípulos le abandonaron con la excepción de Juan el amado.
Mira a mi Hijo Jesús crucificado, en esos momentos cuando Yo expresé mi gran amor por la humanidad con el sacrificio de mi Hijo.
Mira a mi Hijo Jesús crucificado, derramando la sangre pura que lava todas las iniquidades, ven al calvario de la Santa Misa donde tú puedes comer de su carne y beber de su sangre, donde tú proclamas su muerte.
Mira a mi Hijo Jesús crucificado, en el momento que esta haciendo mi voluntad, crucificando su propia voluntad, crucificando su carne, sufriendo y muriendo para redimirte y al resucitar tres días después para asegurarte tu resurrección.
Mira a mi Hijo Jesús crucificado, donde El me está pidiendo que perdone todos tus pecados, porque tú no sabes lo que haces cuando pecas.
Mira a mi Hijo Jesús crucificado, compartiendo su madre contigo, haciéndote mi hijo.
Mira a mi Hijo Jesús crucificado, diciéndote que hoy estarás con El en el paraíso, cuando tú vienes a vivir en mi presencia lejos del mundo y aun en el mundo.
Mira a mi Hijo Jesús crucificado, donde como San Pablo tú puedes reponer lo que falta en los sufrimientos de Cristo, porque la cabeza de la Iglesia sufrió y ahora los miembros tienen que compartir en su sufrimiento. Haciendo esto el sacrificio por todos los pecados es completo, y tú te vuelves mártir al sufrir por su causa.
Mira a mi Hijo Jesús crucificado, donde tú felizmente aceptas tu propia cruz como la voluntad de Dios, donde tú eres un verdadero amigo de la cruz.
Mira a mi Hijo Jesús crucificado, donde tu puedes ver con los ojos de mi Hijo, donde tu puedes ver que tan lejos están algunos Cristianos que rechazan la cruz, aquellos que rechazan la continuación del Calvario en la Eucaristía.
Mira a mi Hijo Jesús crucificado, únete a los sufrimientos de María, mi amada Hija, vuélvete su consolación en este importante momento.
Mira a mi Hijo Jesús crucificado, cuando contemplas a la Madre de la Fe, no como Abrahán ofreciendo a Isaac, Ella ofrece a su Hijo Jesús como el verdadero sacrificio, y Ella por eso se vuelve una gran mártir y coredentriz.
Mira a mi Hijo Jesús crucificado, cada momento de tu vida, porque el gran misterio de Cristo te es revelado en el calvario.
Mensajes de Jesús, María
y Dios el Padre. |