Estas palabras del cielo te tocarán el corazón y el alma, te despertarán
el espíritu para que aprendas a escucharle a Dios y a vivir en su
presencia. * Jesús: (mensaje 190) Yo estoy ungiendo estas palabras que
te doy con mi gracia y mis bendiciones para todos aquellos que las
escuchen (o las lean)
Estos mensajes son
testimonio del Trabajo de Dios en nuestras almas, en ellos nos habla el
Señor o la Virgen María para que preparemos nuestras almas para la vida
eterna. Poco se habla de la eternidad, poco se habla del espíritu, sin
embargo, esta es nuestra verdadera realidad, somos hijos de Dios y
estamos en esta vida solo de paso. Es importante vivir de acuerdo a la
Palabra de Dios.
Cuando el Señor o la Santísima Virgen María le hablan a la persona que
ha recibido estos mensajes, la intención celestial es que sirvan de
instrucción espiritual para todas aquellas personas que los lean, pues
en ellos hay una instrucción espiritual y una expansión de las
revelaciones que ya hemos recibido en la Palabra de Dios. Todo ha sido
revelado, estos mensajes no contienen algo que no encontremos en las
Sagradas Escrituras, palabras extraordinarias o fechas de desastres o
predicciones proféticas como muchos pueden esperar al buscar la voz de
Dios. En ellos Dios nos muestra que tan cerca está de cada uno de
nosotros y como nos ama. El Señor y la Virgen María nos afirman que tan
seguras son las enseñanzas de la Iglesia Católica, nos muestran la
dignidad del Sacerdocio y la Santidad de todos los siete sacramentos que
la Iglesia nos facilita a través de los Sacerdotes, pues estos son
verdaderos encuentros con el Señor.
Los mensajes de Jesús, María y Dios el Padre contienen enseñanzas
basadas en la humildad, la entrega total a la Divina Voluntad y la
apertura del alma al Espíritu Santo. Dios es Espíritu, sus enseñanzas
nos llaman a volvernos más espirituales, a dejar los caminos mundanos
para poder así caminar con Jesús nuestro Camino, Verdad y Vida. También
nos enseñan a rezar con fervor y recogimiento para poder mantener
nuestras almas en un estado de Paz donde el alma se regocija en el Señor y
nuestro Espíritu se alegra de estar en su Presencia.
Estos mensajes celestiales son Católicos, Eucarísticos y Marianos; nos
hablan de la Presencia de Dios con nosotros, Emanuel, Jesús
sacramentado, nos enseñan a vivir en continua oración, alabanza,
adoración, intercesión y reparación. Nos hablan de la realidad del
Cielo, el Purgatorio y el Infierno, nos demuestran la existencia del
demonio y nos ponen alerta dándonos armas para luchar contra el enemigo,
el Señor nos habla del poder de su Santo Nombre y de la Cruz.
Dios nos dice como desea hacer su morada en cada corazón, su amor tan
grande lo hizo descender de las alturas, desde su trono eterno de Luz,
Majestad y Gloria para redimir esta humanidad perdida en el pecado, El
Señor nos muestra su amor infinito y su Divina Misericordia que no
quiere que ningún alma se condene. En estos mensajes de Dios el Padre,
de Jesús y de la Virgen María, la voz del Espíritu viene a penetrar la
dureza de nuestros corazones, a transformar estas rocas en verdaderos
diamantes.
Benditos son todos aquellos que ponen la confianza en el Señor y abren
el corazón para recibir sus enseñanzas. En un mundo donde escuchamos
tantas voces y donde el demonio con su mentira ha convencido la mayoría
de los seres humanos, es bueno poder entrar en este oasis de paz y
santidad donde Dios el Padre, Jesús y la Santísima Virgen María nos
llaman con estos mensajes de la Verdad a morir al hombre carnal para
poder vivir en el hombre espiritual modelado en Cristo Jesús. En estas
palabras divinas, Dios quiere nuestra santidad y nos hace eco a sus
Palabras: Sed santos como Yo soy Santo.
Mensajes de
Jesús, María y Dios el Padre