La Santísima Virgen María:
Háblame hijo mío; ven con confianza a tu madre celestial. Tal como tú tienes este anhelo de estar con Dios y conmigo, así también me siento Yo para estar contigo, porque tú eres mi pequeño hijo, y Yo soy tu verdadera madre.
Yo soy la Inmaculada Concepción, la creación más perfecta de Dios. Yo fui creada para hacer reparación por aquellos que le fallaron a Dios, para establecer el reino de la gracia y el amor en todos los corazones con mi hijo Jesús.
Yo amo a todos los que me aman, y no rechazo a ninguno que venga a mí, porque mi gozo es llevar a cada uno a Jesús.
Yo quiero concebir mi pureza, humildad y todas mis virtudes en tu corazón, por esta razón tú tienes que entregarte totalmente al Señor. Reza lo que mas puedas y no vayas a dejar tu trabajo para el Señor, por el contrario trata de hacer más si puedes.
Reza el Rosario el cual es mi oración favorita porque ésta es el arma que Yo uso para obtener mi victoria sobre el enemigo, la victoria de mi Inmaculado Corazón en el mundo.
Enséñale a los demás a rezar el Rosario, se mi apóstol, mi diligente soldado, peleando esta batalla en contra de las fuerzas enemigas con humildad y oración.
Yo te amo hijo mío, ven frecuentemente y háblame. Cuando tu vienes a mí, tu vienes a Dios porque El vive en mí, tal como Yo vivo en El.
Te bendigo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Mensajes de Jesús, María
y Dios el Padre. |