No más cruz en la frente – Miércoles de ceniza 2021 – No te arrepientas ni creas en el evangelio
No más cruz en la frente – Miércoles de ceniza 2021 – No te arrepientas ni creas en el evangelio
La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos de la Iglesia Católica publicó en Febrero 12 2020 una nota que modifica la forma de aplicar las cenizas el Miércoles de ceniza dizque por motivo de la pandemia, que este año se celebrará en 17 de Febrero.
Según las nuevas instrucciones, la nota dice textualmente: "pronunciada la oración de bendición de las cenizas y después de asperjarlas, sin decir nada, con el agua bendita, el sacerdote se dirigirá a los presentes, diciendo una sola vez y para todos los fieles, la fórmula del Misal Romano: «Convertíos y creed en el Evangelio», o bien: «Acuérdate de que eres polvo y al polvo volverás».
Después, el sacerdote se limpiará las manos y se pondrá la mascarilla para proteger la nariz y la boca. Posteriormente, impondrá la ceniza a cuantos se acercan a él o, si es oportuno, se acercará a los fieles que estén de pie, permaneciendo en su lugar. Asimismo, el sacerdote tomará la ceniza y la dejará caer sobre la cabeza de cada uno, sin decir nada".
La nota fue firmada en la sede de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, el 12 de enero de 2021 por el cardenal Robert Sarah, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos desde 2014 y Monseñor Arthur Roche, Arzobispo Secretario.
¿Que ha sucedido con el rito de arrepentimiento y conversión del Miércoles de ceniza?
A partir de esta modificación ya se pierde la importancia sacramental. Primero de ese mensaje personal que da el sacerdote al fiel que recibe las cenizas: “Arrepiéntete y cree en el evangelio” o “Polvo eres y en polvo te haz de convertir”
Recordemos que las primeras palabras de Jesús en el evangelio cuando empezó su predicación fueron en Marcos 1 versículo 15 “Arrepiéntanse y crean en el evangelio”, igualmente Juan Bautista durante su predicación anunciaba “Arrepiéntanse y crean en el evangelio”, pero ahora esas palabras solo van a ser dichas una vez a todo un grupo de personas y no van a tener el efecto acusador que dan cuando se recibía el sacramental de la forma anterior.
Aquí vemos de nuevo como el modernismo de la nueva Iglesia derrumba los pilares de la cristiandad que empiezan en el arrepentimiento y la conversión.
La fuerza de un sacramento o de un sacramental ejerce su gran poder cuando un Sacerdote unge la frente como se hace durante el bautismo, durante la confirmación, durante la unción en el sacramento que consagra los Sacerdotes en su nuevo ministerio y también durante la unción de los enfermos.
Es una unción que va de persona a persona, tal como dice San Pablo en 1a Timoteo 4 versículo 14 No descuides el carisma que hay en ti, que se te comunicó por intervención profética mediante la imposición de las manos del colegio de presbíteros. Obviamente la Iglesia ha descuidado los dones carismáticos asociados con la imposición de las manos. Como vemos en un don que también se transmite en el sacramental o unción con la cruz de ceniza, cuando la persona con recta intención asiste a esta ceremonia el Miércoles de ceniza, día que marca el comienzo de la cuaresma, cuarenta días recordando el ayuno del Señor en el desierto, cuarenta días de preparación para el Viernes Santo, el día de la muerte de Jesús, el día de nuestra salvación. Las cenizas en la frente con el signo de la cruz son un recuerdo de que somos polvo, de que regresamos al polvo a la morir y la cruz que se impone en nuestra frente es un recuerdo de la cruz que llevó Jesús por nosotros y que tenemos que llevar cada un en nuestro camino de conversión. La ceniza es un símbolo de humildad que acogemos en señal de arrepentimiento.
El profeta Joel nos prepara en el camino del arrepentimiento y la conversión con estas palabras:
Joel capítulo 2 versículos del 12 al 17 Ahora bien afirma el SEÑOR, vuélvanse a mí de todo corazón, con ayuno, llantos y lamentos.
13 Rásguense el corazón y no las vestiduras. Vuélvanse al SEÑOR su Dios, porque él es bondadoso y compasivo, lento para la ira y lleno de amor, cambia de parecer y no castiga.
14 Tal vez Dios reconsidere y cambie de parecer, y deje tras de sí una bendición. Las ofrendas de cereales y las libaciones son del SEÑOR su Dios.
15 Toquen la trompeta en Sión, proclamen el ayuno, convoquen a una asamblea solemne.
16 Congreguen al pueblo, purifiquen la asamblea; junten a los ancianos del pueblo, reúnan a los pequeños y a los niños de pecho. Que salga de su alcoba el recién casado, y la recién casada de su cámara nupcial.
17 Lloren, sacerdotes, ministros del SEÑOR, entre el pórtico y el altar; y digan: Compadécete, SEÑOR, de tu pueblo. No entregues tu propiedad al oprobio, para que las naciones no se burlen de ella.¿Por qué habrán de decir entre los pueblos: “Dónde está su Dios?”
Pero que ha pasado con este sacramental? De ahora en adelante va a ser un rito vacío, no va a ser algo personal donde se transmite la palabra del arrepentimiento y conversión, no va a tener la cruz, va a ser como cualquier rito pagano que aísla la palabra de Dios y los sacramentales por el miedo de la pandemia como excusa.
Una iglesia sin cruz no es la Iglesia de Jesús, un sacramental sin el signo de la cruz no tiene fuerza, es igual que cualquier gesto humano.
Ezequiel 9 versículos del 1 al 7 Después oí que Dios clamaba con fuerte voz: ¡Acérquense, verdugos de la ciudad, cada uno con su arma destructora en la mano!
En el versículo 2 Ezequiel nos dice como seis ángeles iban a castigar la ciudad, pero entre ellos había un hombre vestido de lino, que traía a la cintura un tintero de escriba (un Señor de la Palabra o sea Jesús). La gloria de Dios se alzó sobre los querubines donde se posaba y llamó al hombre vestido de lino que llevaba el tintero de escriba y le dijo:
4 Pasa por en medio de la ciudad, por en medio de Jerusalén, y pon por señal una cruz, (tau en el alfabeto fenicio) en la frente de los que se duelen de todas las abominaciones que en medio de la ciudad se cometen.
A los ángeles les dijo herid, no perdone vuestro ojo ni tengáis compasión, matad hasta exterminarlos, pero no os lleguéis a ninguno de los que llevan la “tau” o sea el signo de la cruz.
Después les dijo: Salgan y profanen el templo; llenen de cadáveres los atrios. Ellos salieron y comenzaron a matar gente en toda la ciudad.
Pobre pueblo de Dios que ahora no va a recibir la marca del arrepentimiento y la conversión.
Vamos por mal camino, pero bendito sea Dios. Benditos sean todos los que entienden el valor santo de los sacramentos, y que se ven forzados a mirar tristemente una Iglesia nueva que con sus modernismos está ofendiendo a Dios y desamparando el pueblo que Dios le ha encomendado.
Arrepiéntete y cree en el evangelio, vívelo, vive la palabra de Dios antes que todo. Dios está con nosotros.
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¿Cuál es tu entendimiento sobre el rito del Miércoles de ceniza, sobre la cruz en la frente y que opinas del cambio moderno que nos ha llegado? Déjanos saber, Dios te bendiga.
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