Cuando llega el Espíritu Santo, llegan con el sus preciosos dones para la santificación del alma.
Hemos sido creados en la imagen de Dios, somos sus hijos. Todavía somos infantes en nuestra fe, porque amamos a Dios solo por fe; no podemos disfrutar nuestra relación con Él a plenitud porque somos pecadores aún en la carne. Para ayudarnos en nuestra Salvación, Dios ha enviado a su Hijo Nuestro Señor Jesucristo para que muriera por nuestros pecados en la cruz. Para santificarnos Él ha enviado Su Espíritu Santo para que more en nosotros y nos enseñe a conocerle, amarle y servirle.
La existencia es el primer regalo que conocemos, es de Dios y es eterno. La creación alrededor de nosotros está llena de belleza y armonía, todo lo que Dios ha creado refleja su perfección y gloria.
Tenemos el regalo del amor primero de nuestros padres, quienes nos aman y nos hacen responder con amor a ellos. A medida que vamos creciendo nos volvemos inteligentes y por la razón y la fe aceptamos a Dios como nuestro creador.
Hemos sido adornados con regalos, tanto físicos como espirituales. Tenemos una mente para pensar y razonar, un cuerpo que contiene todos los diferentes órganos internos.
El corazón es un órgano maravilloso que late continuamente hasta que morimos, late cada vez como si Dios nos estuviera diciendo, te amo, te amo, te amo, te amo, te amo…
Los siete dones del Espíritu Santo son Sabiduría, Entendimiento, Consejo, Fortaleza, Conocimiento, Piedad, Temor de Dios
1 El don de la Sabiduría (les recomiendo leer Proverbios Capítulo 8)
Jesús es la Sabiduría Encarnada de Dios, es la Palabra de Dios hecha hombre, Él es el camino, la Verdad y la Vida. Conferida sobre Él está la Sabiduría en su plenitud, la cual desea vivir en todo corazón.
Aquel que está lleno de Dios está lleno de Sabiduría; por esto Jesús pudo reclamar la profecía de Isaías que se cumplió mientras la leía en el templo (Lucas 4:18-21)
Se encuentra una definición de la Sabiduría en el libro de (Job 28:28)
”Miren el temor de Dios, esa es la Sabiduría: y alejarse de la maldad es entendimiento.”
(Romanos 11:33) ¡Oh, la profundidad de las riquezas de la Sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Que tan incompresibles son Sus juicios, y que tan insondables son sus caminos!
(Corintios 3:19) Porque la Sabiduría de este mundo es necedad ante Dios. Porque está escrito: Yo agarraré a los sabios en sus propias malicias.
2 El don del Entendimiento Y Dios le dio a Salomón Sabiduría y Entendimiento en gran medida, y grandeza de corazón como las arenas de las playas (1 reyes 4:29-30).
El entendimiento es la habilidad de discernir lo que es de Dios y lo que no es. También es un don de entendimiento el conocer la interpretación de las Sagradas Escrituras.
Con el don del entendimiento, los discípulos en el Camino a Emaus recibieron la luz para entender las Sagradas Escrituras y sus corazones ardieron interiormente cuando el Señor les hablaba (Lucas 24:30). Los Apóstoles entendieron acerca de la levadura de los Fariseos, que era una mala doctrina (Mateo 16:12). El entendimiento es también el don de poder percibir el significado espiritual escondido en las Sagradas Escrituras, ya sea leyendo o meditándolas o escuchándole a alguien que tiene el don de predicar.
3 El don del Consejo Aquellos que desean adquirir la Sabiduría tienen que aceptar que no saben todo, que deberían buscar consejo de los ancianos y aprender de la experiencia y la Sabiduría.
En los días de antes, los reyes solían consultar a los profetas y a los hombres de Sabiduría antes de tomar decisiones importantes. Dios da Consejo a todos los que vienen a Él, por eso deberíamos de consultar al Señor antes de tomar cualquier decisión importante, Él responderá dándonos una mente clara llena de Sabiduría.
Con este don aprendemos a ayudar a los que están confusos, le extendemos la mano a aquellos que sufren depresión, aconsejamos a aquellos que están a punto de hacer algo incorrecto y hacemos ministerio de la gran Sabiduría de Dios.
Normalmente recibimos consejo de Dios cuando estamos durmiendo (Salmo 16:7)
4 El don de la Fortaleza Nuestro Señor Jesucristo tenía este gran don de Dios el Padre, por eso el pudo resistir las durezas de la pasión.
Dios nos da la cruz, pero también nos da la fortaleza para llevarla (1 Corintios 10:13)
No es por fortaleza humana que nosotros vencemos nuestras batallas espirituales, por esto tenemos que ser reforzados poniéndonos fuertes en Él y en la fortaleza de Su Poder, poniéndonos la armadura de Dios y peleando la buena pelea (Efesios 6:10-17)
Busca al Señor y fortalécete: busca su rostro para siempre (Salmo 105:4)
En la Fortaleza aprendemos a soportar y perseverar a través de las dificultades, “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece (Filipenses 4:13)”
5 El don de Ciencia o de Conocimiento El don Ciencia o de conocimiento es la habilidad de conocer eventos futuros y leer la mente de otras personas, principalmente para leer el alma de alguien; como Nuestro Señor lo demostró conociendo que la mujer Samaritana había tenido varios hombres (Juan 4:18-19), Él leyó la mente de aquellos que se estaban preguntando a si mismos como podía ese hombre perdonar los pecados cuando solo Dios perdona los pecados (Lucas 5:21-23), Él sabía que Lázaro estaba muerto cuando los apóstoles vinieron a decirle, también sabía que Judas le iba a traicionar y muchas otras cosas mas.
Este don del Espíritu Santo ha estado presente en las vidas de los profetas y los santos, es dado para que otros puedan ser advertidos o para que fortalezcan su fe.
En una forma débil, este don es el mismo de la intuición. Para aquellos que practican la vida espiritual, este don se manifiesta a veces en visiones que representan un mensaje de algo que está ocurriendo o que va a ocurrir, también sirve para recordar por cierta causa o persona.
6 El don de la Piedad Este gran don de fe le da a la persona la habilidad de dedicar tiempo a la oración y a las devociones, es como un fuego que siempre quiere crecer y recibe su combustible en la oración.
En el camino al Calvario Jesús se encontró con las mujeres piadosas de Jerusalén, ellas seguían el ejemplo de María nuestra madre santísima. La gente piadosa se puede encontrar atendiendo diariamente la santa misa y rezando por otras personas. Alimentan su Piedad rezando el Santo Rosario todos los días, buscando conocimiento en libros religiosos y practicando devociones religiosas.
La mayoría de los sacerdotes y los religiosos han tenido esta fuerte vocación de servirle a Dios, han sido motivados por la Piedad. Han aceptado las durezas y las persecuciones, de cierto modo se han convertido en locos por Cristo como San Pablo (2 Corintios 12:10-11) porque en nuestras debilidades descubrimos la fortaleza del Señor.
7 El don del Santo Temor de Dios El Santo temor de Dios consiste en sentir temor de ofender a Dios por nuestra indiferencia y pecado.
En efecto, el temor de Dios es el principio de la Sabiduría (Proverbios 1:7), El temor de Dios odia la maldad: Yo odio la arrogancia, el orgullo, y todo camino malvado, y una boca con doble lengua dice el Señor (Proverbios 8:13)
Ya no se enseña mucho acerca de temerle a Dios, se vive en el concepto de que Dios es tan bueno que no deberíamos de temerle, pero si miramos las Sagradas Escrituras veremos que aún el Santo Nombre de Dios inspiraba tanto temor y respeto a los Israelitas que no pronunciaban su nombre completo por miedo de ofenderle.
No debemos de temerle a Dios porque nos va a castigar, esto sería pensar que Dios es un Dios punitivo que está esperando una oportunidad para enseñarnos una lección. Debemos de temerle a Dios porque nuestras vidas dependen de Él y si nosotros pecamos nos separamos de Él y corremos el riesgo de estar solos.
Una rama cortada de la viña se seca y muere (Juan 15:1-6), de manera que si nos alejamos de Dios Quien es Luz, nos entregamos al príncipe de la oscuridad, el demonio, y este se vuelve nuestro padre (Juan 8:44). Esta sería suficiente razón para sentir temor de ofender a Dios.
Romanos 3:10-18
10 Tal como está escrito: no hay ningún hombre justo
No hay ninguno que entienda, no hay nadie que busque a Dios.
Todos se han alejado del camino; todos se han vuelto poco productivos: no hay ninguno que haga el bien, ni siquiera hay uno.
Sus gargantas son como un sepulcro abierto; con sus lenguas se han portado engañosamente. El veneno de las víboras esta debajo de sus labios,
cuya boca está llena de maldición y amargura:
sus pies son rápidos para derramar sangre:
la destrucción y la miseria son sus caminos:
y el camino de la paz no han conocido:
No hay temor de Dios ante sus ojos.
La voz del Espíritu Santo - Voz del espíritu - Habla Dios - Voz de Dios
Dones del Espíritu Santo 
