Avisos, profecías, milagros, castigos, fin del mundo. Iluminación de las conciencias
Avisos, profecías, milagros, castigos, fin del mundo. Iluminación de las conciencias ¿Que podemos hacer?
Definitivamente estamos viviendo en el tiempo de la gran tribulación profetizado por nuestro Señor Jesucristo en Mateo capítulo veinticuatro, versículo veintiuno. Porque habrá entonces una gran tribulación, cual no la hubo desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. (Mateo 24:21)
Esa tribulación es una serie eventos que afectan la naturaleza, traen catástrofes ambientales, hambres, terremotos, incendios forestales, y a la vez son causa de guerras entre naciones e individuos, también decadencia espiritual.
Arde el Amazonas, se derrite el polo norte, hay erupción de volcanes, terremotos, tsunamis, inundaciones, epidemias, tornados, ventarrones, sequías, hambrunas, tormentas de granizo y cuanto más.
¿Qué es lo que nos está tratando de decir la madre naturaleza?
¿No será más bien la voz de Dios que trata de llegar a nuestros corazones, pidiéndonos la conversión para poder salvarnos?
La tribulación o decadencia espiritual causada por las ideologías de estos últimos tiempos también influye en el hombre alejándolo de Dios a través del comunismo, la masonería, el ateísmo, el modernismo, las ideologías de género, la desintegración de la moral y la decadencia de la familia.
Todas estas cosas han sido profetizadas como signos de los últimos tiempos, en preparación para la venida gloriosa de Nuestro Señor Jesucristo.
Pero tengamos cuidado de no confundirnos, pues los falsos Mesías y profetas tratarán de llevar al error aun a los elegidos, dice el Señor en Mateo veinticuatro, versículo veinticuatro (Mateo 24:24)
Dios en su misericordia infinita no desea nuestra caída, por el contrario nos previene tal como lo hizo con la gente de Nínive, envió el profeta Joná quien profetizó la destrucción de esa ciudad y la gente se arrepintió, Dios vio el cambio de su pueblo y no llevó a cabo la destrucción que tenía prevista.
En los últimos tiempos cercanos al final de los tiempos, que son los que estamos viviendo, y recordando siempre que para Dios un día es como mil años o mil años pueden ser como un día. Es decir, en su omnipotencia, Dios es Eterno y no está sujeto a las leyes del tiempo o las condiciones de la naturaleza, pues siendo Dios es el amo de todas las cosas. Dios ha dado mensajes a los santos, ha enviado a su Madre Santísima a llamarnos al arrepentimiento a través de muchas apariciones y mensajes, ha dado profecías que conciernen el fin de los tiempos y la gloriosa venida de Cristo, ha mostrado signos nunca antes vistos y mostrará aun más antes de su llegada, así que el pueblo que escucha la voz de Dios ha recibido mucha información para estos tiempos de tribulación.
Se nos habla de avisos a la humanidad, los cuales ya estamos teniendo, pero que solo se pueden discernir si los miramos con la debida fe y respeto.
Nos dice el Profeta Isaías en el capítulo cinco, versículo veinte. Ay de los que al mal llaman bien, y al bien mal; que de la luz hacen tinieblas, y de las tinieblas luz; y dan lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo (Isa 5:20)
Estamos en los tiempos de la maldad cuando todo lo que era malo ahora se ha convertido en bueno. Por ejemplo el pecado ya ni se nombra, es aceptado por la sociedad y es glamorizado por los medios de comunicación.
Al ateo se le considera como una persona intelectual inteligente, que ha razonado su conocimiento y por esto es aceptado por su forma de pensar.
Al impuro, al hombre o mujer carnal, se le acepta su forma de ser pues esto es respetado por ser parte de los derechos humanos, cada cual está obrando con plena autoridad y libertad, parece como si esto no afectara la moral de los demás.
La ideología de género está pervirtiendo los niños, está desboronando las familias, está ofendiendo gravemente a Dios, pero todo esto es legal y aceptable por la mayoría de las personas, no hay leyes en contra de esto, pues lo malo está permitido.
El hombre avaro, es considerado como un hombre emprendedor, realizado, progresista, y aunque aplaste el resto de la humanidad, es respetado y honrado por su fortuna.
Ser ladrón y corrupto lleva al hombre a posiciones sociales de respeto, donde nadie se atreve a criticar, así lo malo lo llamamos bueno cuando nos hacemos cómplices y no decimos nada.
Ser abogado implica muchas veces distorsionar la verdad para que aparezca como mentira y la mentira para que sea aceptada como la verdad.
Ser médico, aquel que está supuesto a velar con el máximo respeto por la vida humana, lleva a muchos a destruir la vida en el vientre, rompiendo así su juramento hipocrático.
Ser político, policía o administrador de la ley lleva a muchos a buscar intereses personales que cubiertos de corrupción destruyen el patrimonio del pueblo y promueven la maldad.
El homosexualismo, el lesbianismo, la inmoralidad, el adulterio, la unión libre y tantos otros pecados de la carne han convertido todas las ciudades del mundo en Sodomas y Gomorras, listas para ser destruidas en el fuego de la ira de Dios.
Los anteriores son algunos ejemplos de la maldad que ha entrado en el hombre y la mujer, pero que la sociedad acepta sin ningún temor, pues nadie protesta. Es triste ver que no se hace nada a favor del bien, y el que trata de hacerlo se convierte en criminal.
¿Creerá el hombre que vive en el pecado, que Dios ignora su situación? ¿Será que Dios no se siente ofendido por tanta maldad? ¿Acaso no vemos que la Palabra de Dios en las Sagradas Escrituras había profetizado estos momentos?
Y apenas estamos empezando, Dios está presente con todos los que tienen fe y confían en Él. Dios continúa haciendo milagros diariamente y aunque poco se sabe de esto, Dios esta siendo fiel a su Santa Palabra, Dios vive en la fe de su pueblo.
Hay quienes están pendientes en todo momento de las profecías o mensajes que han sido dados a visionarios, tal como los de Garabandal, Medjugorge y otros.
Muchos están pendientes de un gran aviso, ¿pero de que sirve esto si quizá podemos morirnos antes de que llegue ese aviso? Muchos están preparándose para los tres días de oscuridad profetizados por muchos santos, ¿pero de que sirve toda esa preparación física, con velas para la oscuridad, con alimentos para el estómago, con cobijas para el frío, sino preparamos mejor nuestras almas para no sufrir el castigo eterno? ¿Cuánta gente ha estado pendiente en los dos últimos siglos del fin del mundo y nunca llegó? Pero el fin si lo tenemos cada uno de nosotros el día de la muerte, y ese día puede ser hoy.
¿Estamos listos?
También sabemos que va a venir un momento de iluminación de las conciencias, un Juicio particular que va a afectar a toda la humanidad. Los que están en pecado sino se arrepienten, sufrirán horriblemente, y se predice que pueden morir dos terceras partes de la humanidad como consecuencia de este evento y el castigo que le sigue.
¿No será más sensato que paremos en este momento a reflexionar sobre nuestra vida y con lágrimas de arrepentimiento vengamos al Señor a implorar misericordia para nosotros y para toda la humanidad?
Vivamos de acuerdo a los deseos de Dios como nos dice el profeta Mica en el libro seis, capítulo ocho ¡Oh hombre! bien te ha sido declarado lo que es bueno, y lo que de ti pide Yahvé: hacer justicia, amar misericordiosamente y caminar humildemente en la presencia de tu Dios. (Mica 6:8)
Hacer la Justicia es precisamente lo que nos pide Jesús y por lo cual vamos a ser juzgados. Mateo 25:42-46
Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; fui peregrino, y no me alojasteis; estuve desnudo, y no me vestisteis; enfermo y en la cárcel, y no me visitasteis.
Entonces ellos responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, o sediento, o peregrino, o enfermo, o en prisión, y no te socorrimos?
El les contestará diciendo: En verdad os digo que, cuando dejasteis de hacer eso con uno de estos pequeñuelos, conmigo no lo hicisteis.
E irán al suplicio eterno, y los justos, a la vida eterna.
Dios nos pide amar misericordiosamente. Esto es nada menos que ser misericordiosos como Dios es misericordioso, ser perfectos como Dios es perfecto, en otras palabras Dios es Amor misericordioso y Él quiere que amemos como el ama.
Si continuamos en nuestro amor propio, amor egoísta, no lograremos el Reino de los Cielos. Debemos amar el prójimo como a nosotros mismos, esto es, debemos desear también su salvación. Así como Cristo murió por la Salvación de toda la humanidad, Jesús nos llama a ser otros Cristos, a dar nuestra vida, nuestra entrega a Dios por toda la humanidad.
La tercer cosa que Dios nos pide es caminar humildemente en su Presencia.
Y cada día que pasa nos damos cuenta de la situación de la humanidad, Dios nos llama al arrepentimiento, a la conversión y a orar por los demás.
Nuestros tiempos ofrecen una gran oportunidad para nuestra santidad, Dios nos hace responsables de los demás a través de nuestra oración, del Santo Rosario, de la Divina Misericordia y a través del ofrecimiento de la Santa Misa por la conversión de los pecadores.
Pidamos al Padre Eterno que nos de su Espíritu Santo (Mateo 7:11) para que ilumine nuestras conciencias, para que hagamos su voluntad y estemos listos para la venida de Jesucristo en su Gloria. Mateo veinticuatro, versículo treinta y seis Pues nadie sabe la hora, ni aun los ángeles del Cielo, solo Dios el Padre. (Mat 24:36)
¿Como podemos quitarnos los males que nos agobian? Segundo libro de Crónicas, capítulo siete, versículo catorce.
Si mi pueblo, que invoca mi nombre, se humilla, ora y busca mi rostro y si se aparta de sus malos caminos, Yo oiré desde los cielos y le perdonaré su pecado y sanaré la tierra. (2 Cró 7:14)
Humillémonos entonces ante el Señor, todos los que clamamos su Santo Nombre, oremos con fe y sin cesar, busquemos su Santo rostro, procuremos la santidad y apartémonos del mal. El Señor nos oirá desde los cielos, tendrá misericordia de nuestros males, nos perdonará nuestros pecados y sanará la tierra. Óigase bien, puesto que la naturaleza parece rebelada contra el hombre, en estos tiempos, Dios sanará la tierra. Bendito sea el Señor.
Mientras tanto, permanezcamos alerta. Marcos 13:35
Dios nos ama.
Aviso, milagros, castigos - fin del mundo, 3 tres dias de oscuridad