Dios es Espíritu. Empezamos nuestra reflexión meditando en la grandeza de Dios que siendo Espíritu es el autor de toda la creación no solo material sino espiritual.
Y como todo lo ha hecho para su placer y su gloria, todo tiene razón de ser y así mismo cada cosa ha sido creada para un fin espiritual y por eso es necesario detenernos un poco en la Ciencia del Espíritu.
Dios estableció la creación material como una plataforma gigantesca donde Él ha colocado todas sus criaturas materiales y espirituales.
San Pablo nos da una descripción de Dios en Timoteo carta seis, versículos del quince al dieciséis como el Rey de los reyes y el Señor de los señores,
el único que posee inmortalidad, que habita en una luz inaccesible, a quien no ha visto ningún ser humano ni le puede ver. A él el honor y el poder por siempre. Amén. (1Ti 6:15)
Nos dice que habita en una luz inaccesible, porque Dios es Luz, y siendo Luz de luces, su naturaleza espiritual está más allá de todas las criaturas. Por eso la visión beatífica está reservada como la recompensa para todos aquellos que consiguen la salvación en Cristo Jesús.
El Espíritu de Dios puede describirse solo a través de sus cualidades, y lo que sabemos y entendemos de una manera muy básica es que son tres personas distintas: Padre, Hijo y Espíritu Santo y un solo Dios verdadero.
A Dios el Padre lo podemos entender como nuestro Dios poderoso, la Divina Voluntad, al Hijo como a la Palabra o decreto de esa voluntad del Padre y al Espíritu Santo como al Poder de Dios que entra en acción con el Amor del Padre y del Hijo.
Podemos empezar a entender a Dios meditando sobre sus principales cualidades o atributos divinos, pues como criaturas nunca podríamos comprender sus innumerables e infinitas perfecciones.
Entre los más predominantes atributos divinos encontramos su Inmutabilidad, Fidelidad, Gracia, Belleza, Luz, Majestad, Gloria, Paz, Misericordia, Gozo, Poder, Sabiduría, Amor, Santidad, Justicia, Verdad e Integridad.
El Espíritu en su grandeza creó la materia para sus fines, para su placer y su Gloria. Al final de la creación Dios dijo todo está muy bueno (Génesis 1:31)
Gen 2:7 Entonces Yahvé Dios formó al hombre con polvo del suelo, e insufló en sus narices aliento de vida, y resultó el hombre un ser viviente.
Dios siendo Espíritu crea la materia. De la materia crea al hombre y le da el alma, el soplo de su aliento, colocando dentro de Él una imagen de si mismo.
De la grandeza de Dios el hombre recibe una pequeña porción para poder entrar a tomar parte en el plan de Dios. Si el hombre no hubiera caído en el pecado, la glorificación de Dios por Adán y Eva, fueran nuestro lote, continuaríamos en esa inmortalidad inocente de nuestros primeros padres y estaríamos disfrutando la Gloria del Paraíso.
Pero no fue así, el pecado nos ha descompuesto ese regalo que Dios nos dio, y ahora sufrimos las consecuencias.
Regresando a la creación, Dios creó todos los elementos con un propósito determinado, pues no creó nada que no tuviera algún valor dentro de su creación.
Es como si cada cosa tiene su valor especial, cada cosa tiene su causa y efecto, tan solo Dios es la única causa sin causa y todas las cosas son efectos de su causa. En otras palabras, Dios es la causa de todas las cosas, y de todas las causas.
Para poder entender más lo espiritual, debemos entender que el Espíritu es invisible. Y aún todas las cosas materiales tienen algún tipo de espíritu que las caracteriza como únicas.
Por ejemplo. En el Reino vegetal, Las plantas y los árboles fueron creados para florecer, dar fruto, dar madera, dar sombra, dar oxígeno, ser medicinales, dar belleza a la tierra, etc. Entonces vemos como un fin, lo cual no es solo material sino espiritual, es un propósito o finalidad para el cual Dios ha creado.
En el reino mineral, vemos como estos objetos inanimados, sin vida, sirven como plataforma para los reinos animal y vegetal. Tal son los minerales, rocas, metales, la tierra, etc.
Igualmente en el Reino animal, vemos como cada animal tiene sus características que lo hacen útil para el hombre o para el medio ambiente, y que cumplen con el plan de Dios.
El aire es invisible, pero sabemos que está siempre a nuestro alrededor, a pesar de que no es un espíritu, se asemeja mucho al Espíritu de Dios que nos rodea, (Hechos 17:28) porque en El vivimos, nos movemos y existimos. Necesitamos del oxígeno del aire.
El sonido es invisible, pero lo detectamos a través de nuestro sentido de audición, es un mundo bastante amplio que pasa del ruido a la armonía de la música. Puede ser molesto o puede ser muy dulce.
El dolor es algo invisible, no es algo que podemos ver, pero que si lo podemos sentir o percibir en nosotros y en otras personas, se manifiesta exteriormente pero es algo intangible, tal como lo es el Espíritu.
La alegría es un regalo de Dios, no la podemos tocar pero si la podemos sentir y compartir. Y todo esto se hace no de manera material sino espiritual, es decir, nos agrada algo, y las sensaciones pasan a un nivel invisible que es la parte espiritual del ser humano.
El miedo es algo que no podemos ver, pero que se manifiesta de tal manera que puede destruir a una persona en su pesimismo, es como una forma espiritual de la oscuridad del ser humano.
La lujuria es un placer invisible que no se materializa, pero que actúa en los seres humanos degradándolos moralmente.
La moral es una ética, una conducta, algo invisible que actúa como freno a nuestras pasiones y nos ayuda a mantenernos en el camino de Dios.
La envidia es algo invisible, es una pasión que arde interiormente deseando algo que no puede conseguir, creando actitudes y odios que destruyen el alma.
La fe es algo invisible, es creer en lo que no vemos porque Dios lo ha revelado, el creer define lo que aceptamos como concepto real y sólido, espiritualmente es un fuego que crece y crece para acercarnos más a Dios.
Y es por todas estas cosas invisibles y por supuesto son infinitas para describirlas, pero es que hay muchos que se atreven a negar la existencia de Dios.
Pues si creen en estas pocas cosas que yo he mencionado, que son invisibles, pero reales, de la misma manera Dios es invisible pero es muy real.
Y a Dios no lo podemos ver, porque Dios es Espíritu, sin embargo nos envió a su hijo Jesús, la Palabra de Dios que se encarnó y se hizo hombre.
Colosenses 1:15-17 Cristo Jesús es la imagen visible de Dios, que es invisible; es su Hijo primogénito, anterior a todo lo creado.
En él Dios creó todo lo que hay en el cielo y en la tierra, tanto lo visible como lo invisible, así como seres espirituales que tienen dominio, autoridad y poder bajo su potestad. Todo fue creado por medio de él y para él.
Cristo existe antes que todas las cosas, y por él se mantiene todo en orden.
Todo lo que existe tiene su origen en Dios que es la existencia misma Éxodo 3:14 Yo soy quien Yo soy.
Por eso todo tiene una finalidad según el plan de Dios.
Y así Dios creó el hombre, compuesto de un cuerpo y una mente. Un alma y un espíritu.
De esta manera, Dios unió la materia con el espíritu. El cuerpo se mueve, actúa, y piensa porque Dios le ha dado una mente para pensar. Pensar no es algo físico, por lo tanto la mente funciona como una parte invisible, intangible, aunque se identifica físicamente con el cerebro.
Ahora, los pensamientos son invisibles, intangibles muy cercanos a lo que es el Espíritu.
Esa mezcla de la materia con el espíritu, forma la naturaleza del hombre, pero hasta aquí apenas estamos cerca del animal. El animal piensa pero de una manera muy asociada con sus instintos animales, en cambio el hombre piensa y razona, haciendo uso de algo más poderoso que existe dentro de nosotros.
El hombre fue hecho a la imagen y semejanza de Dios, por eso aparte del cuerpo y la mente, el hombre recibió el alma que vive en el cuerpo, un ser, una identidad, un cuerpo incorpóreo que habita en el hombre, el aliento de Dios que es inmortal y eterno.
Cuando viene la criatura a la existencia por la unión del espermatozoide con el óvulo, sucede la fecundación, que en su forma material da origen a la vida, lo mismo que sucede con todas las criaturas del reino animal. Luego Dios sopla su aliento sobre el alma, esto es lo que hace al hombre diferente al animal, y el alma se convierte en el templo del Espíritu de Dios.
¿Qué es el cuerpo?
Siendo hecho de polvo, es simplemente un recipiente, un vaso de barro, una olla, que contiene un tesoro celestial.
Debido a nuestra naturaleza pecaminosa, todos estamos destinados a morir, por lo tanto, las palabras de San Juan Vianney son muy apropiadas, somos simplemente un balde lleno de gusanos.
El cuerpo con sus tendencias humanas está siempre hambriento de satisfacer los sentidos, por desgracia, eso nos lleva al pecado. San Francisco de Asís llamaba el cuerpo "el hermano burro"
El cuerpo y la mente afectan al alma con todas sus actividades, el alma está hecha de luz, pero el cuerpo la contamina con el pecado que la llena de heridas y le quita su luz.
El cuerpo siendo responsable por el pecado, se pone de acuerdo con el alma para destruir lo que Dios creó puro. Es por esto que después del juicio final, todos los muertos se levantarán, sus cuerpos se reunirán con sus almas y los buenos ascenderán a la Gloria de Dios en cuerpo y alma, mientras que los malos se hundirán hasta las profundidades del infierno en cuerpo y alma para ser castigados eternamente en el fuego que nunca se apaga y serán atormentados por el gusano que nunca muere. (Mar 9:48)
El cuerpo siendo hecho de la tierra tiene tendencias terrenales, por otra parte, el alma fue hecha para amar a Dios y tiene tendencias celestiales, pero es dejada a merced del cuerpo, y así comparte sus debilidades.
El Espíritu participa, siendo una fuerza que ayuda al hombre a controlarse a sí mismo.
¿Qué es el alma?
El alma es el soplo de vida dada al hombre cuando es concebido, es un cuerpo espiritual que se une al cuerpo físico compuesto de elementos formados en la tierra. No recibimos un alma de nuestros padres, al tiempo que participan en la creación de Dios, el alma viene directamente desde Dios, el alma es la vida del ser creado. La materia no tiene vida pero el alma siendo de Dios da vida a todos los seres creados.
El alma del hombre hecha a imagen y semejanza de Dios es inmortal, diferente al alma de otras criaturas. Las almas de los animales y otros seres creados mueren cuando mueren sus cuerpos.
El alma tiene tres potencias que ayudan a la mente a actuar: la memoria, el entendimiento y la voluntad. La mente es la parte de la persona que lo ayuda a experimentar la vida en el mundo, interactúa con el alma y el espíritu a través de sentimientos y emociones. La mente se inclina más a la razón que a la fe, por lo tanto, plantea la primera oposición a la vida espiritual que se basa en la fe.
El alma del hombre es un cuerpo inmortal de luz, Dios se lo da al hombre puro, pero se mancha con nuestra pecaminosidad y es herida mortalmente.
El alma en su estado glorificado es la imagen y semejanza perfecta de Dios, participa de la inmortalidad y la gloria de los santos, comparte los atributos de Dios y goza de las siguientes propiedades: Claridad, impasibilidad, agilidad y sutileza.
Definiciones de la Suma Teológica . Claridad: El cuerpo resucitado en la gloria tendrá una medida de luminosidad y esplendor, de acuerdo al grado de la gloria del alma. Dice la Escritura (Mateo 13:43.): "Los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre." Esta cualidad brillante y espléndida del cuerpo resucitado es llamada su claridad.
. Impasibilidad : Los cuerpos de los justos no tendrán la capacidad de sufrir ningún tipo de dolor, tampoco experimentarán cambios sustanciales. Los cuerpos de los condenados sufrirán dolores en el infierno, y por lo tanto no son impasibles; sin embargo, estos cuerpos no sufrirán cambios sustanciales tampoco. San Pablo (1 Cor 15:42) dice: "Si el cuerpo se siembra en corrupción, se levantará en corrupción".
. Agilidad : El cuerpo glorificado será capaz de moverse con la rapidez del pensamiento de un lugar a otro bajo la dirección del alma y el mando de la libre voluntad.
. La sutileza : El cuerpo resucitado estará con toda la acción orgánica, perfectamente sujeto al alma, e instantáneamente responsivo a la voluntad, sin necesitar sustento material. Esta cualidad espiritual del cuerpo resucitado se llama sutileza.
¿Que es el espíritu del hombre?
El espíritu es la parte inmaterial del hombre, está tan conectado con el cuerpo y el alma, que está lleno de tendencias terrenales, que le llevan a las cosas del mundo y a los deseos de los sentidos. Se nutre de nuestro amor propio y trabaja en oposición directa con el Espíritu de Dios. El Señor dice: Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Nuestro corazón es puro cuando nuestro espíritu es puro.
En el bautismo recibimos el Espíritu Santo de Dios y recibimos la gracia santificante que nos ayudará a ganar la batalla sobre la naturaleza pecaminosa de nuestro espíritu humano. Dios nos ha dado libre albedrío: o vivimos por nuestro espíritu humano y entramos en la oscuridad y la muerte o aceptamos su Espíritu Santo a morar en nosotros, para que nos levante del polvo a la luz y a la vida eterna. Jesús nos llama a negarnos a nosotros mismos, a renunciar nuestro espíritu a cambio de su Espíritu, con el fin de convertirnos en sus seguidores.
Al ser templos del Espíritu Santo de Dios, debemos vivir según el Espíritu de Dios (Gal 5:16) y no según la carne, de lo contrario abrimos las puertas del alma a los espíritus malignos que se toman el templo de Dios y pervierten nuestra humanidad ayudados por nuestro pecado.
Dios es el Padre de todos los espíritus. En el bautismo somos revestidos con Cristo, recibimos el Espíritu Santo. Dios ha puesto su espíritu en el hombre como fue profetizado en Eze 36:27 Pondré mi espíritu en vosotros, y les haré cumplir mis leyes, y respetar y practicar mis juicios.
Somos templos del Espíritu Santo. 1 Co 6:19 ¿O no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo dentro de ustedes, el cual tienen de Dios, y que ustedes no son dueños de si mismos?
Así que penetrando más profundamente dentro de nuestro ser, el cuerpo tiene un corazón que da vida, esa vida viene del alma, el aliento de Dios, y el alma tiene su centro de luz en el Espíritu de Dios que es la Luz de todas las luces.
El Espíritu Santo es Dios mismo, Él es como el viento que viene de aquí o allí, no lo podemos ver, pero Él actúa en nosotros y a través de nosotros (Juan 3: 8).
Debemos cultivar una relación profunda con Dios a fin de permanecer en su presencia y convertirnos en instrumentos del Espíritu Santo. Debemos creer con firmeza y actuar con respeto como templos de Dios.
(1 Tes 5:23) Que Él, el Dios de la paz, os santifique plenamente, y que todo vuestro ser, el espíritu, el alma y el cuerpo, se conserve sin mancha hasta la Venida de nuestro Señor Jesucristo.
Que el Señor santifique tu espíritu con su Espíritu Santo, para que estando lleno de Dios, tu cuerpo y alma participen de la Santa Humanidad de Cristo, que nos mantiene irreprochables y santos. Amén
El alma fue dotada con tres potencias que la caracterizan, memoria, entendimiento y voluntad.
La memoria del alma no consiste tanto en recordar las cosas de la tierra sino recordar que fue como criatura de Dios creada para un fin, que no es personal sino que el propósito de Dios.
El entendimiento es esa parte del alma que le permite hacer uso de la razón para no ofender a Dios, para buscar la ciencia divina y no la humana. Y de aquí surge el desequilibrio que se presenta en una persona carnal que no escucha la voz del espíritu sino que se deja llevar de la mente, y en cierta forma esto corrompe tanto el alma que la lleva a la perdición.
La voluntad actúa como esa fuerza que le permite escoger entre lo bueno y lo malo, y cuando la persona es espiritual empieza a conformarse con la voluntad divina.
El alma en si, es como un ser dentro de nuestro ser, es decir, la parte espiritual nuestra esta sujeta a las decisiones de nuestra humanidad. El alma es como un espejo que está supuesto a brillar la luz de Dios, pero que se turbia con las manchas del pecado.
Así como el cuerpo actúa de acuerdo a la mente, el alma actúa de acuerdo al espíritu.
Dios nos habla en el corazón con su Espíritu Santo y nos llama a vivir la vida en el Espíritu. Pero el alma que no escucha la voz del espíritu, sino la voz de su propio espíritu mundano, empieza a mancharse y a desagradarse junto con el cuerpo.
El alma de los justos está llena de luz y es purificada en la Preciosa Sangre de Cristo para ser llevada con su cuerpo a la vida eterna en la Gloria de Dios.
El alma de los pecadores y de los perversos, está llena de oscuridad, es pervertida cada vez más por el demonio quien la espera al final de la vida para llevarla a los tormentos eternos que Dios en su Justicia ha decretado.
La materia desaparecerá según nos dicen las Sagradas Escrituras en Mateo veinticuatro, versículo treinta y cinco (Mateo 24:35) Cielo y tierra pasarán, pero mis palabras nunca pasarán. Juan 6:63 "El espíritu es el que da vida; la carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y son vida.
2 Pedro 3:10 El Día del Señor llegará como un ladrón; en aquel día, los cielos, con ruido ensordecedor, se desharán; los elementos, abrasados, se disolverán, y la tierra y cuanto ella encierra se consumirá.
Dios nos advierte que la materia no tiene nada que dar, su creación hablando en términos eternos es una obra temporal, pero su espíritu eterno es el que da vida.
El Espíritu es eterno. Dios es vida y en Él estaremos unidos por toda la eternidad.
¿Que como va a ser? Después lo sabremos, por ahora vivamos humildemente en su Presencia.