reflexiones espirituales Belmore

Reflexiones espirituales,  Ir a lista
Reflexiones espirituales
José Belmore Arias

Rezar sin distracción, orar sin interrupciones, secreto para orar con concentraciónRezar sin distracción, orar sin interrupciones, secreto para orar con concentración

Rezar sin distracción, orar sin interrupciones, secreto para orar con concentración

Rezar sin distracción, orar sin interrupciones, secreto para orar con concentración

Esta en una revelación del gran secreto para aprender a orar sin ninguna distracción.

Es tan importante el Santo Rosario y sin embargo lo hacemos tan rápido y perdemos nuestra concentración, por es eso es de suma importancia que no nos durmamos, ni nos distraigamos, ni ofrezcamos oraciones sin sentido.

La forma más sencilla de permanecer en la oración del Avemaría durante el Santo Rosario es permanecer en estas tres meditaciones importantes.

Primera - Incluir en toda Avemaría tanto en la primera parte como en la segunda, el misterio. Por ejemplo el misterio del Nacimiento del Niño Jesús.

Segundo -Incluir en cada Avemaría el tipo de misterio que estamos meditando, por ejemplo Dios te Salve María, llena eres de Gracia y de Gozo en el Nacimiento del Niño Jesús.

Tercera - Incluir en cada Avemaría nuestra meditación de la interacción de Dios con María en la primera parte del Avemaría, más adelante miraremos una explicación completa de esto.

La oración es la comunicación con Dios, por esto requiere nuestra máxima atención.

Cuando hablamos con una persona debemos siempre hacer que ella escuche cada palabra que le decimos, no solo para que nos entienda sino para que nuestro mensaje le llegue correctamente.

Cuando oramos, debemos de pensar que Dios no nos escucha lo que sale de los labios sino lo que sale del corazón. Incluso Él sabe lo que pensamos, pero quiere que lo expresemos con el corazón. Es palabra de Dios, (Mateo 15:8) “Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí"

Esto quiere decir que muchas de las oraciones que hemos hecho han quedado perdidas en el aire. Nos dice Jesús (Mateo 6:7-8) Y orando, no seáis habladores como los gentiles, (es decir, no uséis vanas repeticiones como los paganos) que piensan ser escuchados por su mucho hablar; porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de pedírselo.

Esto nos llama a vivir la oración desde lo más profundo del corazón, pues si repetimos como una lora, la oración no tiene sentido.

Hoy más que nunca, estamos en tiempos difíciles donde la oración del Santo Rosario por petición divina se ha convertido en la oración más poderosa porque con ella aplastamos junto con la Virgen María la cabeza de satanás.

Pero el enemigo es el primero en querer que NO recemos el santo rosario, y cuando lo hacemos nos presenta una cantidad de distracciones, incluso nos hace recordar cosas que debemos hacer, hace que personas nos llamen por teléfono para interrumpirnos, para muchos causa un sueño profundo que destruye la oración y en muchos casos el demonio se sale con las suyas.

Entonces, ¿Cómo podemos orar sin distracción? La respuesta es: vivir la oración.
¿Cómo podemos vivir el Santo Rosario? El Santo Rosario tiene las tres oraciones más importantes que podemos hacer. Con solo ellas podemos encontrar refugio en el Inmaculado Corazón de María y podemos encontrar nuestra salvación, porque ellas nos llevan al conocimiento de la Verdad y la verdad nos hará libres.
La oración más destacada del Santo Rosario es el Ave María.

Pues en una década del Rosario rezamos tan solo un Padre Nuestro, diez avemarías y un Gloria.

El Padre Nuestro como la oración que nos reveló Jesús debe ser vivida recordando que Dios es nuestro Padre, debe ser una alabanza para Dios en la cual le damos bienvenida en nuestro corazón. Pedimos la venida de su reino, pero ese reino de Dios es su Divina Voluntad y solo se establece en el hombre cuando renunciamos nuestra voluntad y aceptamos la voluntad divina. En el Padre Nuestro pedimos no solo por nosotros sino por toda la humanidad, le prometemos a Dios no volverle a ofender y como prueba le perdonamos a nuestros hermanos. Luego le pedimos que nos proteja de las tentaciones, y nos aparte del maligno. Aceptamos que de Dios es todo el poder, el honor, el reino y la Gloria, ahora y siempre, todo para Él. Debemos vivir el Padre Nuestro como alabanza, agradecimiento, adoración y peticiones para nuestro bien temporal y espiritual.

Debido a que el Ave María se repite diez veces en cada década, cincuenta veces en un rosario, entonces debemos vivirla con mucha intensidad, pues esto es lo que Dios quiere, una devoción a la Santísima Virgen María en la cual ella vive la encarnación, vida, pasión, agonía y muerte de Nuestro Señor Jesucristo, luego nos lleva a los misterios gloriosos de la resurrección y ascensión de Cristo, del descenso del espíritu Santo y de la glorificación de la Virgen María en la Asunción y la Coronación como reina del Cielo y de la tierra. El Rosario nos invita a vivir la Palabra de Dios en la vida de Jesús y María, ya que la Palabra se hizo hombre.

El Ave María es Palabra de Dios como veremos luego, y es por medio de la meditación de esa palabra que lograremos hacer nuestras oraciones sin ninguna distracción.

Cuando rezamos en grupo, no es posible hacer esta meditación en voz alta, a no ser que se haga con pocas personas, pero si podemos todavía vivir nuestra oración mentalmente, y rezar sin ninguna distracción.

Vamos a dividir el secreto de orar sin distracción, en tres partes.

Primera parte del secreto

Esta es la más sencilla de todas, consiste en incluir en cada Avemaría, tanto en la primera como en la segunda parte, EL MISTERIO que estamos contemplando.

Por ejemplo, si estamos haciendo los misterios gozosos, y estamos meditando el misterio del Nacimiento del Niño Jesús, decimos en la primera parte de cada Avemaría: ”Dios te salve María, llena eres de gracia en el Nacimiento del Niño Jesús …etc ” En la segunda parte decimos “Santa María, madre de Dios, en el Nacimiento del Niño Jesús, ruega por nosotros…etc”

El nombre del misterio lo podemos incluir antes de la primera o segunda parte o también dentro de las avemarías.

Esta simple meditación nos ayuda a vivir el misterio, debemos recordar que fue lo que le sucedió en esos momentos tanto a María como a Jesús.

Segunda parte del secreto

Incluimos el tipo de MISTERIO, que estamos rezando, lo cual es muy fácil de recordar y que se incluye siempre en cada Avemaría, nos va a ayudar a vivir el tipo misterio que estamos rezando. Recordando que son cuatro tipos de misterios: gozosos, dolorosos, gloriosos y luminosos.

Acompañamos a Jesús y a La Virgen María también, pues esos dos corazones latían al unísono, según revelaciones dadas por la Virgen María a Sor María de Agreda, así que en la omnipresencia de Dios que le ha concedido a María, la podemos ver unida a Dios en cada misterio.

Se trata de hacer foco en el tipo de misterio que rezamos, por ejemplo:

Si estamos haciendo los misterios gozosos, decimos en la primera parte de cada Avemaría: ”Dios te salve María, llena eres de gracia y de gozo …etc” En la segunda parte decimos “Santa María, madre de Dios, madre gozosa, ruega por nosotros…etc”

Si estamos haciendo los misterios dolorosos, decimos en la primera parte de cada avemaría: ”Dios te salve María, llena eres de gracia y de dolor … etc” En la segunda parte decimos “Santa María, madre de Dios, madre dolorosa, ruega por nosotros… etc”

Si estamos haciendo los misterios gozosos, decimos en la primera parte de cada avemaría: ”Dios te salve María, llena eres de gracia y de gloria (misterios gloriosos) …etc” En la segunda parte decimos “Santa María, madre de Dios, madre gloriosa, ruega por nosotros… etc”

Si estamos haciendo los misterios luminosos, decimos en la primera parte de cada avemaría: ”Dios te salve María, llena eres de gracia y de luz …etc” En la segunda parte decimos “Santa María, madre de Dios, madre luminosa, ruega por nosotros… etc”

Tercera parte del secreto

Esto nos ayudará definitivamente a orar las avemarías sin ninguna distracción. Consiste en mirar la primera parte del Avemaría como Palabra de Dios y vivir esa interacción de Dios y María, pues esta es la realización de la unión hipostática de Dios y el hombre a través de la Santísima Virgen María.

Miremos como Dios interactúa con María:
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, (Yo Dios el Padre estoy contigo, complacido en este acontecimiento para la salvación de la humanidad):

Miremos como el arcángel San Gabriel anuncia a María, es la misma voz de Dios el Padre que ansioso anuncia a María esa relación tan grande que tiene con ella y que ella tiene con Dios.

Nuestra meditación debe sentir que Dios el Padre glorifica el nombre de María, haciéndola partícipe del trabajo de la salvación en cada avemaría y en cada misterio, el nombre de María es glorificado por Dios el Padre que le está diciendo “María, hija mía, encárgate de todo”. Dios le ha dado a María una misión muy grande, ella permite la encarnación del Hijo de Dios, el espíritu de la Palabra de Dios en su vientre y esto le complace a Dios en cada misterio del rosario con mucho agrado y nosotros hacemos eco a la palabra del Padre hablándole a María y viviendo ese misterio. Esto nos enfocados en el Ave María.

(Lucas 1:42) Luego Dios el Hijo alaba a María en cada Avemaría cuando por la boca de Elizabeth llena del Espíritu y sin haber conversado con María supo que ella era la madre de Dios, dijo, (Luc 1:43) ¿quien soy yo para que la madre de mi Señor venga a visitarme? exclamando a gritos “bendita tú eres entre todas las mujeres”.

Jesús glorifica a María en cada avemaría diciéndole “bendita tu eres entre todas las mujeres, madre mía”. Meditemos esta exclamación como la alabanza de Jesús a su madre en cada Ave María, que en cada misterio del rosario, le recuerda, como aquella que le da la vida, le que comparte sus sufrimientos, participa de su gloria y de su luz.

(Luc 1:42) Dios el espíritu Santo expresa su bendición para María su santísima esposa, y así como un esposo en la tierra siente gozo y se siente complacido con su esposa por haberle dado a su hijo, Elizabeth también exclama la voz del Espíritu Santo “bendito es el fruto de tu vientre”

El Espíritu Santo alaba a María en cada Avemaría, glorifica su nombre diciéndole “María esposa mía” y en cada misterio recordamos como un esposo es acompañado de su esposa en las buenas y en las malas, así que en los misterios gozosos es con mucha felicidad, en los dolorosos con el gusto y ala vez el dolor de ver como María comparte los sufrimientos de Jesús, en los misterios gloriosos y luminosos el júbilo de ver como María comparte la Luz, Majestad y Gloria de Dios.

Vamos a hacer unas cuatro Avemarías completas recordando los cuatro tipos de misterios, viviendo los dos secretos anteriores que nos garantizan completa fijación de la mente y el corazón en nuestra oración y que alejarán toda distracción; aparte de concedernos múltiples gracias y bendiciones para nosotros y para la salvación de muchas almas. El resto de las meditaciones, lo dejo para que cada uno de ustedes practique esta forma tan intensa de oración.

Primer Ave María
Misterio gozoso de la Anunciación y Encarnación, vivimos esa interacción entre Dios y María.

Primera parte.
Dios te salve María, llena eres de gracia y de gozo en la Encarnación del Señor. El Señor está contigo hija mía, encárgate de todo (le habla Dios Padre). Bendita tú eres entre todas las mujeres madre mía (le habla Dios el Hijo), y bendito es el fruto de vientre, Jesús esposa mía (Dice el Espíritu Santo)

Segunda parte, en el misterio de la Encarnación,
Santa María, Madre de Dios, madre gozosa, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Segunda Ave María
Misterio doloroso de la Crucifixión, agonía y muerte de Jesús.

Primera parte:
Dios te salve María, llena eres de gracia y dolor en la crucifixión, agonía y muerte del Señor. El Señor está contigo hija mía, encárgate de todo (dice Dios el Padre). Bendita tú eres entre todas las mujeres madre mía (dice Dios el Hijo y es consolado con la presencia de su madre), y bendito es el fruto de vientre, Jesús, esposa mía (Dice el Espíritu Santo, tú como esposa me acompañas en las buenas y en las malas.)

Segunda parte, en el misterio de la Crucifixión, agonía y muerte de Jesús,
Santa María, Madre de Dios, madre dolorosa, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Tercera Ave María
Misterio glorioso de la Coronación de la Virgen María como Reina de los Cielos y de todo lo creado.

Primera parte:
Dios te salve María, llena eres de gracia y de gloria en la Coronación. El Señor está contigo hija mía, encárgate de todo (le habla Dios el Padre). Bendita tú eres entre todas las mujeres madre mía (le habla Dios el Hijo; comparte mi Gloria y mi Reino), y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús, esposa mía (Dice el Espíritu Santo, todo lo que tenemos es tuyo, bienvenida a nuestro trono)

Segunda parte, en el misterio de la Coronación de la Virgen María como Reina soberana de los cielos y de todo lo creado,
Santa María, Madre de Dios, madre gloriosa, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Cuarta Avemaría
Misterio luminoso de la Transfiguración.

Primera parte.
Dios te salve María, llena eres de gracia y de luz, transfigurada con Cristo en la Transfiguración. El Señor está contigo hija mía, encárgate de todo (le dice Dios el Padre). Bendita tú eres entre todas las mujeres madre mía (le dice Dios el Hijo, comparte mi Gloria y mi Reino), y bendito es el fruto de vientre, Jesús, esposa mía (Dice el Espíritu Santo)

Segunda parte, en el misterio de la Transfiguración,
Santa María, Madre de Dios, madre gloriosa, transfigurada en la luz de Cristo, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Y ahora meditemos el Gloria

Esta oración debería decirse muy despacio por el contenido teológico riquísimo que en ella encontramos. Al meditarla podemos hacer un acto muy grande de adoración.

Gloria a Dios el Padre, Gloria a ti Padre Santo, padre bueno, padre amado, papito Dios. Señor, yo vengo a adorarte. Brilla tu luz intensa sobre mi alma, lléname de tu Espíritu Santo, reina en mi vida y lléname de tu divina voluntad y de todos tus atributos divinos. Te adoro con todo mi corazón, con toda mi mente, mi alma, mi espíritu y con todo mi ser. Te amo, te bendigo, te alabo, te adoro, te exalto, te magnifico, te glorifico y te doy gracias.

Te ofrezco el amor infinito y eterno de Dios tu Hijo y de Dios el Espíritu Santo que contigo son un solo Dios.

Te ofrezco el amor infinito y eterno de la Santísima Virgen María tu amadísima hija, el amor de todos tus hijos, el amor de los ángeles y los santos, y el amor de toda la creación. Te adoro mi Señor Dios Padre, con el amor de todo mi ser.

Gloria a Dios el Hijo. Gloria a ti mi Señor Jesús, mi Dios, mi Rey, y mi Salvador. Te adoro mi Señor, brilla tu luz intensa sobre mi alma, reina en mi vida y lléname de tu Santa Palabra, de tu Divina Misericordia, de tu Sabiduría Eterna y de todos tus atributos. Te adoro con todo mi corazón, mi mente, mi alma, mi espíritu y con todo mi ser. Te amo, te bendigo, te alabo, te adoro, te exalto, te magnifico, te glorifico y te doy gracias.

Te ofrezco el amor infinito y eterno de Dios tu Padre y de Dios el Espíritu Santo que contigo son un solo Dios.

Te ofrezco el amor infinito y eterno de la Santísima Virgen María tu amadísima madre, el amor de todos tus hijos los redimidos, el amor de los ángeles y los santos, y el amor de toda la creación. Te adoro Señor Jesús con el amor de todo mi ser.

Gloria a Dios el Espíritu Santo. Gloria a ti mi Señor, mi consolador, mi santificador. Te adoro Señor, brilla tu luz intensa sobre mi alma, reina en mi vida y lléname del amor divino del Padre y del Hijo, y de todos tus atributos. Actúa en mí, piensa en mí, muévete en mí. Desciende desde lo alto, sopla tu aliento divino sobre mi humanidad, sobre mi cuerpo mente y alma, sobre estos huesos, músculos, tendones, articulaciones, sobre mi corazón, mis órganos, mi sangre, mis sentidos. Renuévame y restáurame. Séllame con el fuego del amor divino, santifícame con el gozo de tu Presencia y con el espíritu de la Paz.

Te adoro con todo mi corazón, mi mente, mi alma, mi espíritu y todo mi ser. Te amo Señor, Espíritu Santo, te bendigo, te alabo, te adoro, te exalto, te magnifico, te glorifico y te doy gracias.

Te ofrezco el amor infinito y eterno de Dios tu Padre y de Dios, Jesús el Hijo, que contigo son un solo Dios.

Te ofrezco el amor infinito y eterno de la Santísima Virgen María tu amadísima esposa, el amor de todos tus hijos, el amor de los ángeles y los santos, y el amor de toda la creación. Te adoro Señor con el amor de todo mi ser.

En la descripción de este video encontrarás los enlaces a estas meditaciones en forma de texto en nuestro sitio web.

Gracias por tu atención. Por favor, comparte nuestro canal youtube y no olvides de hacer LIKE. Haz también clic en la campanita.
De ahora en adelante, nada te distraerá.
Bendito sea Dios.

Oracion sin distraccion - secreto para orar sin distracciones - rezar con concentracion


Abrir video en youtube para ver descripción y enlaces.

Suscríbete a nuestro canal Youtube

Rezar sin distracción, orar sin interrupciones, secreto para orar con concentración

Apostolado del Trabajo de Dios - rejba©#51

Reflexiones espirituales - LISTA TEXTO

Reflexiones espirituales Videos Youtube

Página de Facebook El Trabajo de Dios

El Trabajo de Dios
www.theworkofgod.org/Spanish

Reflexiones espirituales José Belmore Arias - Rezar sin distracción, orar sin interrupciones, secreto para orar con concentración