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Reflexiones espirituales
José Belmore Arias

María Corredentora del mundoMaría Corredentora del mundo

María Corredentora del mundo

María Corredentora del mundo

Así como el pecado entró al mundo por una mujer, y todos los seres humanos heredamos de Eva el pecado original y la desgracia. Así también, quiso Dios compensar nuestra iniquidad dándonos otra mujer y madre, totalmente diferente a la primera, opuesta a la naturaleza pecaminosa de Eva, para que fuera Madre de la Gracia y vencedora del mal.

Difícil es para muchos católicos, y más aun para los protestantes entender la mediación de María y su cooperación en el trabajo de la Salvación.

Como consecuencia de la caída del hombre por el pecado de Eva. Dios en su Justicia decretó que el hombre fuera expulsado del Paraíso y que en su desgracia regresara al polvo de donde había sido formado. Génesis capítulo tres versículo diecinueve. (Gen 3:19)

En ese momento (Gen 3:14-15) Dios también maldijo la serpiente o satanás, por haber tentado la mujer. Luego predijo una enemistad entre Satanás y la Mujer, y entre su descendencia y la de ella. Luego nos dice que esa descendencia le aplastará la cabeza aunque así herirá el talón de la mujer.

Dios predice la lucha espiritual por la salvación, en la cual necesitamos de Jesús y María.

Este primer anuncio de Salvación, también llamado el Protoevangelio es dado a Adán y Eva en presencia de la serpiente, no está hablando Dios de Eva por que su pecado la hizo indigna. Miremos como Dios nos está hablando de una nueva Mujer, una Mujer Inmaculada, libre de pecado, llena de Gracia cuyo hijo le aplastará la cabeza a Satanás.

Esta Mujer es la Santísima Virgen María, libre de pecado, que no solo concibe en su vientre el Hijo de Dios, el redentor del mundo sino que también concibe a todos los hijos de Dios en el nuevo orden de la Gracia, la Nueva Creación donde no se procrea, sino que Dios crea en la Gracia, donde los hijos no nacen de los deseos de la carne y la concupiscencia como seres humanos, sino que nacemos en la Gracia de Dios, Hijos de Dios nuestro Padre y de María nuestra madre celestial la Nueva Eva, somos hijos divinos concebidos por el poder que Cristo da a los que creen en Él.

Juan 1:12-13 Pero a todos los que recibieron la Palabra de Dios (que se encarnó y se hizo hombre, Jesús) les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre;
13 los cuales no nacieron de sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de hombre sino que nacieron de Dios.

La primera humanidad o creación generada en el Paraíso es nuestra humanidad, la cual está totalmente perdida sino aceptamos a Cristo Jesús como nuestro Señor y Redentor.

Jesús nos dice que tenemos que nacer de nuevo para poder entrar al Reino de los Cielos. (Juan 3:3)

Nacer de nuevo es precisamente entrar en el cuerpo de Cristo primero en el Bautismo, que es el único camino al Padre.

En el bautismo somos sumergidos en el agua de la Gracia, somos vestidos con la luz de Cristo, entramos en Cristo nuestro Padre Eterno para ser sus hijos, y también entramos en el vientre espiritual Inmaculado de María para ser hijos de María.

La palabra de Dios nos dice, (Mateo 6:10) “Así en la tierra como en el Cielo” en la tierra como seres humanos necesitamos de un padre y de una madre. En el orden de la Gracia como hijos de Dios, necesitamos de un Padre y de una Madre. Jesús es el nuevo Adán y María es la Nueva Eva.

Cuando hablamos de Cristo, hablamos del hombre nuevo de la nueva creación, el hombre que contiene la unión del espíritu de Dios con la naturaleza humana. Verdadero Dios y verdadero hombre.

Por esto nos dice la escritura que solo hay un mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús.
1 Timoteo 2:5-6 Porque hay un solo Dios, y también un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, hombre también. 6 que se entregó a sí mismo como rescate por todos.

Cristo Jesús representa esta nueva creación de la Gracia, que hemos mencionado en la cual nuestra naturaleza humana esta mezclada con la naturaleza divina, que toma parte de esta preciosa sangre que Cristo nos ofrece en su Redención para purificar nuestras almas del pecado y así recibir la salvación.

Hasta aquí todos señalamos a Cristo como único mediador entre Dios y los hombres, pero miremos quien es Cristo.

Cristo Jesús murió en la cruz, pero siguió vivo en su Iglesia, por eso decimos que la Iglesia es el cuerpo de Cristo. 1 Corintios 12:27 Ahora bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y sus miembros cada uno a su modo.

Cuando oramos, nuestra oración como seres humanos es levantada en el Espíritu y llega al Espíritu de Dios en Cristo. Dios no escucha el ser humano sin la acción de Cristo su Hijo, y por eso nos dice Jesús, Juan 14:6 nadie puede llegar al Padre sino a través de mí, puesto que Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida.

Dios nos manifiesta como es necesaria esa unión del espíritu y la carne en Cristo Jesús para escuchar nuestra oración a través de Cristo crucificado. Pues de esa manera es que conseguimos la redención.

María Corredentora del mundo - Cual es su papel, porque la llamamos así?

María fue la mujer más santa de todos los santos. Como primicia de la nueva creación en la Gracia, Dios le concedió el privilegio único de nacer sin la culpa del pecado original, pues desde antes de la creación de los ángeles y de los seres humanos, ya la tenía consagrada para que fuera su propia amadísima madre, su amadísima hija y su amadísima esposa en quien Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo encontró su complacencia.

La Iglesia ha aceptado a María con diferentes títulos que se han convertido en dogmas.

Primero como Madre de Dios, puesto que Jesús es Dios.

Segundo como Inmaculada Concepción, obra perfecta de Dios.

Tercero como Madre Virgen antes, durante y después del nacimiento de Jesús.

Cuarto como nuestra Señora asumida en cuerpo y alma al Cielo. Pues al no tener pecado no tuvo que descender al polvo en la maldición del Paraíso.

María Corredentora del mundo y la Iglesia

El título de María como Corredentora del mundo ha sido propuesto a la Iglesia, basado en revelaciones de la misma Virgen María, tal como fue dado a Sor María de Agreda en su obra La Mística Ciudad de Dios y también como fuera propuesto por la Santísima Virgen María en apariciones a vidente Ida Peerdeman de Holanda. Nuestra Señora pide que se le llame Maria Señora de todos los pueblos, corredentora, medianera de la Gracia y Abogada de los hombres.

Y porque es María corredentora? El Trabajo de la Salvación fue realizado por la Nueva Eva y el Nuevo Adán.

Desde el comienzo del hombre, Dios anunció a María como la Mujer, la Nueva Eva, la madre de su Hijo. En el Nuevo testamento, Dios la visita y la llama llena de Gracia, ella inicia el trabajo de la Salvación con su FIAT en el cual acepta la unión de la naturaleza divina con la naturaleza humana en su vientre, para que se realice la Redención de la humanidad.

La humanidad es redimida por la Sangre del Cordero de Dios, Jesucristo nuestro Señor. La Santísima Virgen María aportó su cuerpo y su sangre, vistió el Espíritu de la Palabra de Dios con su humanidad en esta unión entre Dios y el hombre, por eso ella también es Corredentora. La Sangre que bebemos para nuestra salvación es la Sangre de Jesús, que viene directamente de la Sangre inmaculada de Maria, puesto que ella no pecó, y concibió a Jesús por obra y gracia del Espíritu Santo.

María participó de todos los sufrimientos por la Salvación de la humanidad. Desde su nacimiento, ella oraba por la redención del mundo, ella clamaba la venida del redentor aun sin saber que ella sería su propia madre.

Acompañó a Jesús en todos sus sufrimientos desde su infancia y estuvo con él unida a su alma participando la pasión, agonía y muerte de Jesús.

Sus primeras lágrimas fueron mezcladas con la sangre de Jesús en la circuncisión, luego derramó sus lágrimas durante la profecía de Simeón. Sufrió en la huida a Egipto y lloró por los inocentes asesinados en quienes Herodes buscaba matar a Jesús. Lloró durante los tres días que el niño Jesús se perdió, cuando estaba en el templo de Jerusalén. También sufrió con la muerte de San José, luego cuando Jesús fue al desierto por cuarenta días. Sufrió durante el ministerio de Jesús, por el odio de los fariseos contra Jesús. Participó de la pasión del Señor, sufrió cuando lo arrestaron, lo amarraron, lo golpearon, lo insultaron, lo escupieron, lo flagelaron, lo coronaron de espinas, lo juzgaron y condenaron a muerte, lo hicieron llevar esa cruz pesada que tanto le hizo sufrir, sufrió también en sus caídas, luego lo desnudaron con violencia arrancándole la piel, después cuando le crucificaron, allí le acompañó durante esas largas tres horas de agonía. Sufrió con mucho dolor su muerte y luego cuando le traspasaron su corazón por la lanza, después le recibió sin vida en sus brazos y le dejó en la tumba bañado con sus lágrimas. Ella continua sufriendo por cada alma, puesto que todos somos sus hijos. Todos estos sufrimientos de la Virgen María continuaron hasta la resurrección. Todo esto que hizo la Santísima Virgen María es su participación en nuestra Salvación como Corredentora.

Ella es llamada la madre de la fe. Abraham fue justificado y llamado el Padre de la fe por haber ofrecido a su hijo Isaac en sacrificio al Señor, aunque no lo llevó a cabo, pues el ángel del Señor se lo impidió. Pero María madre de la fe, con su fe y sus obras, ofreció a su Hijo al Padre Eterno por el perdón de los pecados de toda la humanidad.
Ella participó del nuevo Sacerdocio santo del pueblo de Dios que ofrece el Sacrificio de Cristo a Dios para el perdón de los pecados.

La Santísima Virgen María es Corredentora de toda la humanidad. Ella está totalmente unida a Cristo, miremos de nuevo la palabra de Dios, (Mateo 6:10) “Así en la tierra como en el Cielo”. Y en Marcos 10:8 Y se unirá un hombre a una mujer y los dos serán una sola carne. (Jesús y María)

Dios el Espíritu se unió a María para formar una nueva creación en la Gracia, por eso María está unida a Dios de tal forma que siendo criatura goza de la naturaleza divina.

Jesús hizo esta oración al Padre en Juan 17:21 para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.

Cuando oramos con María estamos orando con Jesús, pues Jesús no se separa de María y cuando oramos a Jesús estamos orando a María, pues María no se separa de Jesús, son uno solo. - Que el Espíritu de Dios te ilumine.

Pues María ha sido vestida de luz, majestad y gloria, ha sido levantada del polvo al trono de Dios, ha sido nombrada por Dios como Señora, Reina, y Madre de Dios el Hijo y como la Nueva Eva, madre de todos los hijos de Dios en la Gracia. Ha recibido la participación de los atributos divinos, del poder, la sabiduría, el amor Divino, la Gracia, la Voluntad Divina, la omnipotencia, la omnipresencia, la omnisciencia, la paz, la misericordia y el gozo de vivir en la presencia de Dios, y muchas más hermosuras en el espíritu que en nuestra capacidad humana son imposibles de imaginar.

Oh María corredentora del mundo, medianera de la Gracia, abogada nuestra, ruega por nosotros.

Oh María concebida sin pecado, ruega por nosotros que recurrimos a vos.

María Corredentora del mundo - Medianera de la Gracia - Abogada



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