Llamado al arrepentimiento y conversión - Miércoles de Ceniza - Ayuno
Llamado al arrepentimiento y conversión - Miércoles de Ceniza - Ayuno
Joel capítulo 2:11 Truena la voz del SEÑOR al frente de su ejército; son innumerables sus tropas y poderosos los que ejecutan su palabra. El día del SEÑOR es grande y terrible. ¿Quién lo podrá resistir?
Dios mismo llama a su pueblo al arrepentimiento a través de todos los tiempos, en esta Palabra a través del Profeta Joel Dios nos confirma el poder de la voz de la Justicia que resuena como el trueno, envía su ejército de ángeles para que castiguen la desobediencia del hombre. Tiene preparado un día de Juicio para toda la humanidad y todos estaremos allí, ¿Quién podrá resistir aquel momento? día en el que la oscuridad del pecado saldrá a la luz del Juicio Divino, día en el que el alma perderá su libre albedrío y verá claramente con mucho dolor las llagas de su desobediencia. Día en el que los elementos arderán y desaparecerán, el alma desnuda mostrará su vergüenza a la luz de la Justicia de Dios. En aquel día no valdrá la oración, pues ya no tendrá objeto, en aquel día solo valdrá lo que se hizo, pues el es día de las cuentas y el pago, ¿quien podrá pagar?
El profeta Joel en el capítulo 2:12 nos hace un llamado muy claro, nos dice, Ahora bien - afirma el SEÑOR -, conviértanse, vuélvanse a mí de todo corazón, no me den la espalda, regresen, con ayuno, llantos y lamentos.
El Señor nos indica la conversión como primer objetivo, Amos capítulo 5:15 Aborreced el mal y amad el bien y haced justicia en las puertas.
Esta Justicia también es la auto justicia que nos hacemos cuando nos arrepentimos. El arrepentimiento es un Juicio personal que cada uno de nosotros nos hacemos, pues no es agradable que alguien nos juzgue, y mucho menos Dios que nos está dando la oportunidad de hacer Justicia en la puerta, o sea antes de entrar en su Presencia.
La herramienta más poderosa para ayudarnos en el arrepentimiento es la conciencia, que nos indica claramente los que es bueno y lo que es malo. Pero debemos poner mucho cuidado porque si tenemos tendencias hacia el pecado, escucharemos también la voz del enemigo que nos persuadirá con sus tentaciones a vivir para el pecado. De ahí la necesidad de hacernos un examen de consciencia diariamente antes de dormirnos recorriendo todos los momentos en que no hicimos la voluntad de Dios.
El Señor nos llama a volver a él. La realidad del pecado es que nos separa de Dios. El pecado es como una pared que impide que la luz de Dios nos ilumine, entonces hace que estemos en la oscuridad.
El Señor nos llama al ayuno, al llanto y lamento.
¿Como debemos ayunar? El ayuno físico consiste en limitar el consumo de comida, es buena práctica hacerlo los Viernes a pan y agua. Es bueno no empezar a comer el pan muy temprano en la mañana para tener más resistencia, pues si comemos el cuerpo siente la necesidad a las pocas horas. Si es difícil y causa dolor de cabeza, se puede rebajar haciéndolo con pan y café, si aun queremos hacerlo y el cuerpo no da más, podemos rebajarlo a pan y milo.
Durante el ayuno debemos procurar no hacer mucho ejercicio o labores manuales. Es bueno incluir un rato de descanso durante el día.
El ayuno físico ayuda a vencer la carne, la concupiscencia y a conseguir el dominio de la voluntad para entregársela al Señor.
Aparte del ayuno físico está el ayuno espiritual que nos muestra el Señor en Isa 58:6-8 El ayuno que he escogido, ¿no es más bien romper las cadenas de injusticia y desatar las correas del yugo, poner en libertad a los oprimidos y romper toda atadura?
Isa 58:7 ¿No es acaso el ayuno compartir tu pan con el hambriento y dar refugio a los pobres sin techo, vestir al desnudo y no dejar de lado a tus semejantes?
Isa 58:8 Si así procedes, tu luz despuntará como la aurora, y al instante llegará tu sanidad; tu justicia te abrirá el camino, y la gloria del SEÑOR te seguirá. -
Otro tipo de ayuno es la mortificación de los sentidos que podemos hacer dejando de ver la televisión, los entretenimientos, la disipación y todo lo que no nos lleve al Reino de los Cielos.
Hoy en día el ayuno ha sido tan aguado que está desapareciendo, y el pueblo de Dios no lo practica como lo hacían los santos, que bueno que podamos recuperar esta práctica espiritual tan poderosa que hasta el mismo Señor hizo durante cuarenta días.
Mateo capítulo 6:16-18 Jesús nos llama a ayunar en silencio para que solamente se de cuenta nuestro Padre Celestial que lo ve todo en secreto. El ayuno continúa siendo parte integral de nuestra espiritualidad.
Joel capítulo 2:13 Rásguense el corazón y no las vestiduras. Vuélvanse al SEÑOR su Dios, porque él es bondadoso y compasivo, lento para la ira y lleno de amor, cambia de parecer y no castiga.
Antiguamente la gente cuando sentía una emoción fuerte tal como ira, indignación, vergüenza, dolor del alma o cualquier otra emoción intensa se rasgaban las vestiduras.
Por esta razón el Señor le pide a su pueblo que no rasguen sus vestiduras sino su corazón. Claro que la sensibilidad al pecado se ha perdido tanto que ya no se siente dolor de ofender a Dios.
Si no sentimos dolor de haber ofendido a Dios es porque no sabemos que es lo que ha hecho nuestro pecado, y esto es lo que debemos de meditar constantemente. El pecado ha crucificado a Cristo y le ha causado su muerte, en efecto si yo estoy en pecado yo tengo a Cristo crucificado ahora mismo y padeciendo por mí, solamente mirando espiritualmente de esta manera se puede sentir dolor y rasgar el corazón.
Joel capítulo 2:14 Tal vez Dios reconsidere y cambie de parecer, y deje tras de sí una bendición.
Debemos recordar que es mejor vivir arrepentidos que tener que enfrentarnos en algún momento a la ira de Dios, sin embargo al arrepentirnos ganamos de nuevo la amistad divina. Nínive fue amenazada con su destrucción, pero la gente se arrepintió y el Señor no los castigó.
Joel capítulo 2:15 Toquen la trompeta en Sión, proclamen el ayuno, convoquen a una asamblea solemne.
Como signo de alarma en estos tiempos de tanto pecado, recordamos la escritura que nos llama al ayuno, no podemos ignorar estos llamados del Señor.
Joel capítulo 2:17 Lloren, sacerdotes, ministros del SEÑOR, entre el pórtico y el altar; y digan: «Compadécete, SEÑOR, de tu pueblo. No entregues tu propiedad al oprobio, para que las naciones no se burlen de ella. ¿Por qué habrán de decir entre los pueblos: “Dónde está su Dios?”
El Señor pone en las manos de los Sacerdotes la responsabilidad de la salvación de las almas.
Ellos deberían de predicar el arrepentimiento en cada homilía, los Sacerdotes son llamados a llorar por el pecado del pueblo, a sentirse responsables de la salvación de todas las almas entregadas por Dios a su cuidado, deberían de promover el examen de conciencia y el sacramento de la confesión frecuentemente.
Joel capítulo 2:18 Entonces el SEÑOR mostró amor por su tierra y perdonó a su pueblo.
- Esto ocurrió mucho antes de la venida de Jesucristo y así podría ser para toda esta generación si la Iglesia fuera fuerte en la proclamación del examen de conciencia, el arrepentimiento y la conversión, poniendo énfasis en el ayuno que la misma palabra de Jesús en Mateo capítulo 16:24 “negarse a si mismo”.
Mateo 3:1-12 En aquellos días se presentó Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea.
2 Decía: Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca. -
Arrepiéntanse, estas son las mismas palabras que Jesús dice cuando inicia el ministerio de su Palabra, dice que el Reino de los cielos está cerca y es porque está escondido por causa del pecado, reino que surge inmediatamente cuando ocurre la conversión. -
3 Juan era aquel de quien había escrito el profeta Isaías: Voz de uno que grita en el desierto: “Preparen el camino para el Señor, háganle sendas derechas.” -
El Señor desea entrar al corazón, pero cuando estamos en pecado el camino está torcido y lleno de obstáculos para el Señor, por eso le queda difícil entrar, preparar el camino es dejar el pecado para que Cristo pueda entrar directamente sin ningún obstáculo a través de un camino limpio y recto.
4 La ropa de Juan estaba hecha de pelo de camello. Llevaba puesto un cinturón de cuero y se alimentaba de langostas y miel silvestre. -
La apariencia de Juan nos llama a la sencillez y a la humildad, su forma de comer nos indica que comemos para vivir y no debemos de vivir para comer, no debemos de ser demasiado complicados con nuestra comida, es más, debemos practicar el ayuno y la frugalidad. Mucha abundancia nos hace esclavos de la comida, y es obstáculo para la liberación del alma.
5 Acudía a él la gente de Jerusalén, de toda Judea y de toda la región del Jordán. -
El nombre de Juan es sinónimo de arrepentimiento, todo el mundo lo necesita y debería buscar el arrepentimiento y la conversión.
6 Cuando confesaban sus pecados, él los bautizaba en el río Jordán. -
Cuando confesamos los pecados, las gracias del bautismo florecen de nuevo en nosotros y se nos abre de nuevo un camino para perfeccionarnos espiritualmente.
7 Pero al ver que muchos fariseos y saduceos llegaban adonde él estaba bautizando, les advirtió: ¡Camada de víboras! ¿Quién les dijo que podrán escapar del castigo que se acerca? –
Hay mucha gente que sin deseo de dejar el pecado se acerca al Señor, tan solo para tratar de asegurar su salvación, estas personas no lo buscan de todo corazón para amarle sino para usarle. Aquí no hay amor, por eso Juan Bautista dijo a los fariseos o sea los hipócritas que no podrán escapar del castigo, a menos que verdaderamente se conviertan al Señor.
8 Produzcan frutos que demuestren arrepentimiento.
El arrepentimiento es un signo de fe y confianza en Dios, pero la fe está muerta sin obras por eso el arrepentimiento nos debe llevar a la conversión, que significa estar totalmente convertido a Cristo, o sea dejando atrás todo lo que esclaviza al mundo, al demonio y a la carne para ser absolutos esclavos del amor y la voluntad de Dios.
9 No piensen que podrán alegar: “Tenemos a Abraham por padre.” Porque les digo que aun de estas piedras Dios es capaz de darle hijos a Abraham.
Los Judíos pensaban que por ser descendientes de Abrahán ya tenían el derecho de la salvación. Igualmente nos ocurre a millones de Católicos, creemos que con solo este título de ser Católicos, ya tenemos ganada la salvación, los protestantes creen que con solo confesar que Jesús es nuestro Señor y Salvador ya están salvos como ellos dicen.
La realidad es que el Reino de los Cielos es muy difícil de poseer como lo asegura San Pablo con su santidad exhortándonos en Filipenses capítulo 2:12
Así, mis queridos hermanos, que como han obedecido siempre - no sólo en mi presencia sino mucho más ahora en mi ausencia - trabajen por su salvación con miedo y temblor
10 Y dice San Juan Bautista, el hacha ya está puesta a la raíz de los árboles, y todo árbol que no produzca buen fruto será cortado y arrojado al fuego. -
Con que certeza y justicia nos asegura San Juan Bautista el castigo que se nos espera si no producimos fruto de acuerdo al arrepentimiento. En la vida espiritual nosotros somos árboles, plantados para producir, recordemos como el Señor se indignó por la higuera que no daba fruto y la maldijo. Mateo capítulo 21:19 Al ver una higuera junto al camino, se acercó a ella, pero no encontró nada más que hojas. - ¡Nunca más vuelvas a dar fruto! - le dijo. Y al instante se secó la higuera.
11 Yo los bautizo a ustedes con agua para que se arrepientan. Pero el que viene después de mí es más poderoso que yo, y ni siquiera merezco llevarle las sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego.
El verdadero Cristiano debe anhelar el bautismo del Espíritu Santo y el fuego. En el bautismo apenas recibimos una chispa del fuego del Espíritu Santo, como todo fuego es necesario hacer que crezca y se mantenga con combustible. Nuestra oración, la vida en los sacramentos, las buenas obras, el ayuno, la mortificación y la entrega a la voluntad de Dios producen el bautismo que Cristo nos da con el Espíritu Santo y el fuego del Amor Divino que hace arder el alma en completa entrega a la voluntad de Dios.
12 Juan Bautista nos dice que Jesús tiene el rastrillo en la mano y limpiará su era, recogiendo el trigo en su granero; la paja, en cambio, la quemará con fuego que nunca se apagará. -
Ay de nosotros si no somos trigo del Señor, ay de aquellos que como la paja están listo para el fuego.
Jesús inició su misión salvífica para convertirnos con las mismas palabras de Juan Bautista, Mateo capítulo 4:17 Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca.
Examen de conciencia
Entremos a cada uno de los mandamientos del Señor para examinar nuestras vidas con la lupa del espíritu.
Perdónanos Señor, pues hemos quebrantado tus mandamientos.
1er Mandamiento. No te hemos amado sobre todas las cosas, ni al prójimo como a nosotros mismos, perdónanos Señor.
2o Mandamiento. Hemos jurado en vano y deshonrado tu Santo Nombre, perdónanos Señor.
3 er Mandamiento. No hemos guardado tu día santo, lo hemos dedicado a otras actividades, perdónanos Señor.
4o Mandamiento. No hemos honrado a padre y madre, perdónanos Señor.
5o Mandamiento. No hemos respetado la vida; perdona por todos los crímenes que se cometen, por los abortos, la indiferencia, el odio, la violencia y el terrorismo, perdónanos Señor.
6o Mandamiento. Perdona Señor la fornicación, el adulterio, la homosexualidad, el lesbianismo, la ideología de género, el abuso sexual, la pornografía, la masturbación, el abuso de los niños, el incesto y todas las leyes que atentan contra tus mandamientos, perdónanos Señor.
Perdona Señor a todos los que crean leyes en contra de tus mandamientos, y a todos los que las apoyan.
7o Mandamiento. Hemos pecado al robar, al quitarle al pobre al cometer injusticias, perdónanos Señor.
8o Mandamiento. Perdona la mentira, el engaño, la deshonestidad y la murmuración, perdónanos Señor.
9o Mandamiento. Perdona la avaricia, la codicia, la envida y el materialismo, perdónanos Señor.
10o Mandamiento. Por codiciar la mujer del prójimo, por relaciones indebidas en adulterio, perdónanos Señor.
Por todos mis pecados, me arrepiento y te pido perdón Señor....
Por todos los abortos que se cometen continuamente, perdónanos Señor, danos la gracia de enmendar nuestras vidas y hacer reparación.
Virgen María, perdónanos porque nuestros pecados son la causa de la muerte de tu hijo.
San Miguel Arcángel, perdónanos en nombre de todos los ángeles.
San José perdónanos en nombre de todos los santos.
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