Dios es amor. Fuimos creados en ese amor y Dios espera que crezcamos en el para que su plan nos consiga la salvación y glorifique su santo nombre.
Habla Jesús.
Desde el corazón de Dios que es el Espíritu del Amor Divino ha salido toda la creación. Ninguna obra que existe ha tenido su origen fuera del Amor de Dios. Pues fuera del Amor todo es oscuridad y muerte.
El amor Divino está unido a la Divina Voluntad para lograr su acción en el Espíritu Santo por decreto de la Palabra Infinita y Eterna.
Mi palabra continúa perfeccionando todas mis obras continuamente por la acción del Espíritu Santo. Es la Luz de Dios la que contiene y bendice todas las obras del amor, y crece continuamente en su Gloria. Podrías imaginar que existe la luz y a la vez existe la oscuridad y que el hombre ha sido puesto en medio de la luz y la oscuridad, siendo atraído a la luz cuando obra en el amor pero siendo atraído hacia la oscuridad cuando obra fuera del amor.
Mi espíritu trabaja constantemente inspirando el hombre a las obras en el amor, mientras que el espíritu del hombre se inclina a las cosas materiales y a las obras de la oscuridad que lo alejan de mi Amor.
Fuera de la Luz y del Amor solo existe el Odio y la Oscuridad.
El hombre es tentado por sus propias inclinaciones hacia la oscuridad y se deja seducir del demonio que le inspira a obrar fuera del amor. Mientras mi Espíritu lucha por mantenerle en la luz y el Amor, el Espíritu del mal le inclina a salirse del amor y entrar en la oscuridad.
Todo el que está en el pecado está caminando en las tinieblas y está teniendo como amo el desprecio de mi Ley, el desprecio de mi Amor, y el desprecio de la Luz. Esta situación, anestesia el alma y la ciega para comprender lo que está ocurriendo, entonces esa apatía hacia el amor lleva el hombre a odiarme sin darse cuenta.
El alma empieza a hundirse en la oscuridad y cada vez se aleja más de la luz y del amor. La consecuencia de esto es la separación de Dios, en la cual viven tantos seres humanos entregados al materialismo y las pasiones de la carne, tantos que tiene como único amor su amor propio, y como luz la falsa luz del demonio.
Sin mí, el alma no es nada, porque Yo soy la Luz del mundo, Yo soy el Amor del Padre y Yo soy la Vida del alma.
Ora pues querida alma que escuchas estas palabras, primero para que nunca dejes mi Luz y mi Amor y segundo para que vivas solamente para entregarte por la Salvación de todos tus hermanos.
¿Donde estamos si no estamos en el amor?
