Y se llegará el día terrible, y es que ya se ha llegado parcialmente, cuando nos cierran las Iglesias como está ocurriendo en Italia y en muchos países por miedo a la plaga, castigo del Señor. Y sin darnos cuenta, poco a poco se está aboliendo el Sacrificio perpetuo de la Santa Misa.
En vista de que se nos va a llegar ese momento también a nosotros donde quiera que estemos, debemos aprender a hacer una comunión espiritual, cuando por fuerza mayor no podamos recibir la Sagrada Eucaristía.
Más adelante quiero compartirles una visión que el Señor me dio sobre la comunión espiritual.
Es que no existe algo más grande que la Sagrada Eucaristía, pues es Dios con nosotros, verdaderamente presente en la Iglesia a través del Sacerdocio.
Pero ahora que se aprovecha la oportunidad del pánico por miedo al Coronavirus o Covid 19, en vez de adorar a Dios más que nunca, nos dan instrucciones de profanar a Cristo recibiéndolo en la mano, o nos cierran las Iglesias, parece que estamos es haciéndole la guerra a Cristo y no a las adversidades que se nos presentan, pues al final la está pagando el Señor y también nosotros.
Que miedo tan terrible a perder el cuerpo, pero no hay ningún miedo de perder el alma. Que pánico por la muerte de unos cuantas miles de personas por el Covid 19 cuando diariamente mueren más de veinte mil seres humanos en los vientres de sus madres por causa del crimen del aborto.
La sangre de estas criaturas inocentes está clamando la Justicia Divina, y el Señor ha escuchado su lamento.
Por esta razón estamos ya viviendo en los tiempos apocalípticos por los profetas y también por nuestro Señor Jesucristo. Lucas capítulo 21:11 Habrá grandes terremotos, hambre y epidemias por todas partes, cosas espantosas y grandes señales del cielo.
Las siete copas de la ira de Dios ya se están sintiendo, por eso estamos sufriendo el calentamiento global, las catástrofes, tsunamis, terremotos, epidemias, hambres, guerras y muchos otros males que realmente nos merecemos.
Es que el hombre se ha apartado de Dios, y lo desafía continuamente con sus ofensas.
Oí una voz que desde el templo decía a gritos a los siete ángeles: ¡Vayan y derramen sobre la tierra las siete copas del furor de Dios!
Porque nos sorprendemos del Coronavirus o Covid 19?
Nosotros los Católicos que recibimos la fe de nuestros padres, no tenemos nada que temer. Pues tenemos a Cristo nuestro Señor y Salvador en medio de nosotros en los Sacramentos de la Iglesia, listo para perdonar, listo para alimentar nuestras almas con su cuerpo y su sangre.
Pero ay, como me duele ver el desinterés de tantos pastores católicos que están torciendo la sana doctrina enseñada por la Iglesia durante dos mil años, ay, como me duele ver la apostasía dentro de la propia Iglesia, tal como lo predijo Jesús en Lucas capítulo 18:8 Les digo que Dios sí les hará justicia, y sin demora. No obstante, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe en la tierra? No hay fe....
Yo siempre hago mi comunión espiritual varias veces al día y en la noche cuando me despierto. Eran alrededor de las doce y media de la noche, le pedí al Señor que me diera su cuerpo, sangre, alma y divinidad en comunión espiritual, el Señor me respondió con esta hermosa visión.
Estaba en el Calvario con mi esposa, todo era muy oscuro, El Señor estaba crucificado. La Virgen María se me acercó, yo abrí mis manos para recibir la comunión, ella me colocó un niñito Jesús pequeñito de unos seis centímetros de largo, el cual yo adoré con mucho gozo, luego le participó esta misma comunión a mi esposa y a San Juan el apóstol que también estaba allí.
Mi esposa se turbó por un momento y dijo, pero como así, esto no puede ser gratis. Luego, yo resulté con mi rostro a unos treinta centímetros del rostro de Jesús crucificado, quien en medio de su angustia, tuvo una sonrisa para mí y me dijo con voz baja, si, si es gratis.
Que linda comunión espiritual.
Ahora quiero participarte este mensaje que me dio el Señor sobre la Comunión espiritual.
Mensaje 904 dado en Noviembre 30 de 2018, Este mensaje dice hijo mío, pero es para cualquier alma que abra el corazón.
Jesús
Hijo mío,
Para que estés siempre conmigo, quiero enseñarte como hacer una Perfecta Comunión Espiritual de mi agrado.
Cuando estés en la Santa Misa o ante el Santísimo Sacramento del Altar, recuerda que estás conmigo en el Calvario, estás ante mí, tu Jesús crucificado. Igualmente en cualquier lugar que estés, te puedes recoger en cualquier momento y hacer una perfecta Comunión Espiritual de esta manera:
Como siempre me tendrás ante ti con mi corazón abierto para que puedas entrar en mí, entonces levanta tu alma fervorosamente, y en el Espíritu entra a través de esa llaga de mi Corazón. Recorre todo mi Cuerpo, toma refugio en todas mis Santas Llagas, pues me cubren totalmente, y recuerda que por mis Santas Llagas todos son sanados.
Entra en mi Preciosa Sangre, purifícate, bebe, sacia tu sed, nada en ella y ahógate para que puedas morir al mundo y vivir solo para mí.
Purifícate en el agua de mi costado, lávate en el Agua de la Gracia para que siempre tengas mi favor.
Entra en todos mis dolores, recorre ese abismo de mi sufrimiento para que medites y conozcas cuanto te amo y con cuanto dolor he conseguido la Salvación de las Almas.
Entra en mis lágrimas, lávate con ellas para que las unas a tus lágrimas de arrepentimiento, y con ellas llora por esta humanidad tan lejos de la Salvación.
Entra en todas las angustias de mi alma, consuélame sintiendo esas mismas angustias por las almas, sufre conmigo para que siempre te encuentres unido a mi pasión.
Ama con la vehemencia de mi Amor a todos tus hermanos y de esa manera uniéndote a mi Pasión, harás continuamente una Perfecta Comunión Espiritual conmigo.
Oración de Comunión Espiritual
Señor Jesús, reconozco tu Presencia en los Sacramentos de la Iglesia a través del Sacerdocio, la Santa Misa, la Sagrada Eucaristía y el Santísimo Sacramento del Altar.
Tú has llenado mi alma con tu Cuerpo y Sangre en la Sagrada Eucaristía. Ahora que no puedo recibirte sacramentalmente, dame a comer de tu Cuerpo y a beber de tu Preciosa Sangre, llena mi alma. Tú eres Espíritu, dame tu Sagrada Humanidad quebrantada en Espíritu y en Verdad.
Vengo ante tu corazón abierto, estoy ante ti mi Jesús crucificado por mis pecados. Me recojo interiormente para elevar mi alma ante ti y unirla con la tuya.
Levanto mi alma fervorosamente, permíteme entrar en tu espíritu a través de esa llaga de tu corazón traspasado, para recorrer todas tus llagas y encontrar mi refugio siempre en ellas.
Beso y adoro tus Santas Llagas, te adoro mi Jesús crucificado y reconozco que por tus Santas Llagas todos somos sanados.
Entro en tu Preciosa Sangre; purifícame, permíteme beberla, saciar mi sed, nadar en ella y ahogarme, para morir al mundo y vivir solamente para ti.
Permíteme lavarme con el Agua de tu costado, lávame con toda el Agua de tu Cuerpo, el Agua de la Gracia, para que siempre me concedas tu favor.
Permíteme entrar en tus dolores, para recorrer ese abismo insondable de tu sufrimiento y misericordia, para entender cuanto me amas y con cuanto dolor has conseguido la salvación de las almas.
Permíteme entrar en tus lágrimas para lavarme y purificarme, para unirlas a mis lágrimas de arrepentimiento y a las de tu Madre Santísima, y para llorar con ellas por esta humanidad que está tan lejos de la Salvación.
Permíteme entrar en todas las angustias de tu alma, deseo consolarte sintiendo esas mismas angustias por las almas, quiero sufrir contigo para permanecer siempre unido a tu pasión.
Permíteme amar con la vehemencia de tu Amor a todos mis hermanos, para permanecer unido a ti en continua y perfecta Comunión Espiritual.
Señor Jesús deseo permanecer siempre contigo, entonces crucifica mi alma a tu corazón con los clavos de tu amor, de tus deseos y de tu voluntad. Amén.