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Reflexiones espirituales
José Belmore Arias

No comunión en la mano – No ofendas al Señor – no profanación – no sacrilegioNo comunión en la mano – No ofendas al Señor – no profanación – no sacrilegio

No comunión en la mano – No ofendas al Señor – no profanación – no sacrilegio

No comunión en la mano – No ofendas al Señor – no profanación – no sacrilegio

Quiero dar testimonio de la Presencia Real de Cristo en la Sagrada Eucaristía y por ese regalo infinito que Dios nos ha dado tengo la necesidad de reprobar la recepción de la hostia consagrada en la mano.

Parece que el mundo está olvidándose de esa Presencia Real de Cristo que solo los Sacerdotes pueden tocar con las manos, pues es un privilegio que Dios ha concedido a estas almas consagradas a su servicio, solamente a ellos.

Y nos dice Santo Tomas de Aquino, Doctor de la Iglesia "Para reverenciar este Santo Sacramento : La sagrada Eucaristía, nada lo toque, salvo lo que está consagrado; así como la Hostia y el Cáliz están consagrados, así lo están las manos consagradas de los sacerdotes, para tocar este Sacramento"

A Santa Brígida de Suecia le dijo "Mira, hija mía, les obsequio cinco cosas a mis sacerdotes (...), y en quinto lugar el privilegio de tocar con sus manos Mi Carne Sagrada".

El Papa Juan Pablo II, en la Carta "Dominicae Cenae" El tocar las Sagradas Especies y su distribución con las propias manos, es un privilegio de los ordenados.

Aparte de recibir al Señor en la boca, es necesario adorarlo de rodillas tal como lo dice San Pío X: "Cuando se recibe la Comunión es necesario estar arrodillado, tener la cabeza ligeramente humillada, los ojos modestamente vueltos hacia la Sagrada Hostia, la boca suficientemente abierta y la lengua un poco fuera de la boca reposando sobre el labio inferior".

Si estudiamos la vida de los santos, nos daremos cuenta de que todos ellos recibían el Señor de rodillas y en la boca. Ellos conocían la grandeza de ese tesoro y allí estaba su corazón.

Hermosos tiempos cuando la Iglesia era santa, tenía papas santos, Cardenales santos, Obispos santos, Sacerdotes santos y laicos santos.

La Iglesia de hoy tiene mucho que desear, el porcentaje de santidad en ella es muy bajo. Esta Iglesia moderna quiere imponer la profanación de la Sagrada Eucaristía forzando a los Sacerdotes a darla en la mano y a los laicos a cometer un sacrilegio recibiéndola en la mano.

Es una profanación por parte del Sacerdote dar este Sagrado Sacramento en la mano porque al hacerlo participa del sacrilegio a lo más sagrado que existe, Emmanuel, Dios con nosotros en forma de pan.

El Sacerdote es el ungido por Cristo en la Iglesia, el único ser humano autorizado para consagrar el pan y el vino y participar responsablemente este sacramento al pueblo de Dios.
En la última cena Jesús dijo a los apóstoles tomad y comed, porque esto es mi cuerpo y luego les dijo haced esto en memoria mía, o sea Jesús les dio de comer y les pidió hacer lo mismo. Jesucristo siendo el sumo Sacerdote, personalmente les dio su cuerpo y sangre. Ellos eran Sacerdotes ungidos por Cristo mismo y por esto podían tocar el cuerpo de Cristo, porque esa era la dignidad que Él les estaba participando.

Miremos claramente que Cristo teniendo tantos discípulos no los reunió a todos sino que instituyó este sacramento solamente con sus Sacerdotes. Esta es una razón muy importante, de lo contrario cualquier persona también podría ser Sacerdote y consagrar el pan y el vino como el cuerpo y sangre del Señor. Pero no es así.

La Sagrada Eucaristía es tan sagrada como la leche materna que la madre le da a su bebe directamente desde su pecho a la boca, se la da tibia, recién salida de su cuerpo, se la da en medio de esa intimidad entre madre e hijo.

Ninguna madre se siente complacida de permitir que otra persona manipule esta leche que es exclusiva para su bebe. Igualmente Cristo se entrega personalmente desde el Sacerdote a la boca de aquel que con su lengua profesa su fe en Él. No puede entregar en las manos, porque las manos son iguales a las manos de los verdugos que lo maltrataron, a los látigos que lo despedazaron, a la corona de espinas que le torturó su cabeza y a la cruz que fue el lecho de su muerte. Nuestras manos se convierten en instrumentos de tortura cuando siendo laicos tocamos la sagrada carne flagelada de Cristo.

Jesús no quiere ser recibido en la mano. Esto es algo que desde hace muchos años me pidió el Señor y que yo fielmente hago y haré hasta la muerte. Y prefiero morir que recibir a Jesús en la mano, pues para mí es el más grande sacrilegio. Me recuerda mucho esto la convicción de los Macabeos cuando eran tentados a comer carne de cerdo, no lo hacían porque debido a su fe ofendían a Dios, preferían ser martirizados que desobedecer el mandato interior.

Daré testimonio de cómo fui enseñado a recibir la Sagrada Comunión solamente en la boca y luego arrodillado.

En los primeros años de mi fe Católica, yo recibía el Señor en la mano, aunque el Espíritu de Dios me hablaba en mi interior y siempre me pedía que lo recibiera en la boca, un día esa voz estaba muy fuerte en mi corazón y yo aun dudaba de que fuera necesario recibir el Señor, pues sentía vergüenza de hacerlo, ya que pocas personas lo hacían. Entonces desobedecí como de costumbre y en el momento antes de que el Sacerdote colocara la hostia en la mano el Señor me dio una visión de la llaga de su mano en mi mano derecha. Esto me hizo sentir culpable y empecé a reflexionar al respecto, desde ese momento decidí no solo recibirle en la boca sino también arrodillado.

Empecé a vivir en mi corazón la palabra de Dios. Malaquías capítulo 3 versículo 2 Pero ¿quién podrá soportar el día de su venida? ¿Quién podrá mantenerse en pie cuando él aparezca? Porque será como fuego de fundidor o lejía de lavandero.

Yo firmemente creo que estoy en Presencia de Jesús vivo y real en la Sagrada Eucaristía, por eso no puedo permanecer de pie, y mucho menos osaría recibirle en la mano. Ese amor por Jesús, Dios verdaderamente presente en la Eucaristía me ha llevado a organizar grupos de adoración al Santísimo Sacramento del Altar, puedes adorar conmigo viendo videos de adoración en mi canal.

San Pablo nos enseña que al nombre de Jesús toda rodilla se arrodillará y toda lengua confesará que Jesús es el Señor (Filipenses 2:10-11) Miremos entonces como ante la Sagrada Eucaristía, no estamos solo ante el nombre de Jesús, sino ante la Presencia Real del Señor, es verdaderamente Dios, Emmanuel frente a quien estamos.

Por todo lo que he dicho anteriormente, me encuentro ahora en la nueva Iglesia post pandemia, que abre sus puertas para invitar a los fieles a profanar la Sagrada Eucaristía recibiéndola en la mano, aquí se expone lo más sagrado que tenemos al sacrilegio aprobado por la Jerarquía Eclesiástica.

Creen ustedes hermanos y hermanas que yo voy a participar de esto? NO. No lo haré.

No puedo obedecerle a los gobiernos del mundo que le han impuesto esta carga a la Iglesia, tampoco puedo ser forzado por la Iglesia a cometer este pecado. No me siento tranquilo aceptando instrucciones nuevas que me sacan de la verdadera fe.

Querido hermano Sacerdote. ¿Quieres ser fiel a Cristo o a los hombres? ¿Te interesa que la Iglesia esté abierta y a cambio entregas la Eucaristía en la mano? ¿Deseas más obedecer a tus superiores que obedecerle a Dios?

Queridos hermanos Sacerdotes. Mediten esta palabra de Jesús.
Mateo 7:6 "No deis a los perros lo que es santo, ni echéis vuestras perlas delante de los puercos, no sea que las pisoteen con sus patas, y después, volviéndose, os despedacen.
Lo más santo que existe, Cristo mismo, no se puede menospreciar entregándolo en las manos, que profanación, que sacrilegio. El Sacerdote debe creer que Cristo realmente está en sus manos y sin miedo de contaminación por un virus o sin miedo de contradecir autoridades temporales del mundo, debe obedecer a Cristo, no a los hombres, cueste lo que cueste, esto es fidelidad a Cristo.

Querida hermana o hermano laico. Crees que Jesús esta vivo en la Sagrada Eucaristía? No lo profanes recibiéndolo en la mano, no lo ofendas, no cometas el más grande sacrilegio posible. Recibes más de Cristo respetándolo que profanándolo. O lo recibes en la boca o mejor, no lo recibas. Si en tu vida ya recibiste alguna vez a Jesús en la Sagrada Eucaristía, recuerda que solo una gota de su sangre es suficiente para conseguir la salvación tuya y la de toda la humanidad, no pisotees la Sangre de Nuestro Salvador.

Si siempre lo recibiste en la mano, pídele perdón y no lo vuelvas a hacer, si de costumbre lo recibes en la boca, no vayas a recibirlo en la mano, es pecado, no profanes el cuerpo de Cristo, no seas parte de este sacrilegio global.

Recuerda las palabras de San Pablo, 1a Corintios capítulo 11 versículo 29 pues el que sin discernir come y bebe el cuerpo y la sangre del Señor, se come y bebe su propia condenación.

En la descripción de este video te dejo un enlace a un documento que revela las promesas de Jesús a todos los que le reciben en la boca y no en la mano, dicho mensaje fue dado a Catalina Rivas, vidente estigmatizada en el Libro de la Pasión, con Imprimátur de Monseñor René Fernández, Arzobispo de Cochabamba. Bolivia.

La Iglesia que forza a los fieles a recibir la comunión en la mano no es la Iglesia de Cristo, dentro de ella encontraremos muchos Sacerdotes fieles a Cristo que nos darán la Sagrada Comunión en la boca, como debe ser, también arrodillados si es que en realidad creemos en la Presencia del Señor.
Dios te bendiga.

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