Catequesis del demonio, Sacerdotes con mascarilla en el altar

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Reflexiones espirituales
José Belmore Arias

Catequesis del demonio, Sacerdotes con mascarilla en el altar - Comunión en la mano, no arrodillarse

Queridos hermanos y hermanas, estamos sufriendo una crisis muy grande en la fe por causa del Papa, los Obispos y los Sacerdotes. Oremos mucho por ellos.

Hoy vamos a hablar del secreto que tienen los Obispos y Sacerdotes. Se trata de que ellos están obligados a dar a los fieles los sacramentos de acuerdo a la expresión de fe que los fieles expresen. Y siendo un punto de fe que confiesa la presencia de Cristo en la Sagrada Eucaristía, ellos no tienen la potestad para evitar que una persona exija la comunión en la boca y arrodillado. Claro que pueden negarla, allá ellos, pero los fieles pueden demandarla en la boca y arrodillados, es derecho de adorar a Dios.

Pues esta es la manera de adorar a Dios que se hace presente en el altar. No se trata de un rito repetitivo que venimos a hacer cuando venimos a la Santa Misa, se trata de adorar al único Dios que ha venido a encontrarse con nosotros. Cada uno tenemos la libertad de ofrecerle a Dios la total expresión de nuestra fe sin ser amonestados por darle culto de la manera que nos nace en el corazón y que hacemos por adoración a Dios a cualquier costo.

¿Que está sucediendo? Llegó el modernismo, llegó Satanás.

Todavía algunos Obispos están dando instrucciones a los Sacerdotes de dar la comunión a los fieles que se arrodillan y la piden en la boca. Pero, óigase bien, también se está circulando una nueva catequesis del demonio que los Sacerdotes están impartiendo, se trata de borrar poco a poco la reverencia hacia el cuerpo de Cristo en la hostia consagrada.

Es un truco que invita a los fieles a ser obedientes a los Sacerdotes pero que nos lleva a profanar el cuerpo de Cristo. Es un delito espiritual, es un sacrilegio tocar el cuerpo de Cristo con las manos, y peor aún para un Sacerdote sugerirle a los fieles que se paren para recibirlo. Algunos sacerdotes solo le dan la Eucaristía a los que estén parados y de antemano les están dando instrucciones de cómo recibir a Cristo en la mano.

Esto es blasfemia, es un enorme sacrilegio. Los sacerdotes que están encargados de evangelizar y promover la fe, ahora están catequizando con estas mañas modernas la catequesis del demonio mismo, dar la comunión solo en la mano y de pie.

Los Obispos piden a los Sacerdotes acostumbrar a la gente a recibir el Señor en la mano y aprovechan la oportunidad de la supuesta pandemia para cometer este sacrilegio de recibir y dar a Cristo en la mano.

Se basan en que Jesús le dio el pan y el vino a los apóstoles en las manos, pero se olvidan que ellos eran apóstoles y sacerdotes de la nueva iglesia que Cristo fundó. Pues solamente los Sacerdotes pueden tocar el cuerpo de Cristo con las manos.

Recordemos que el Sacrilegio es cometido no solo por la persona que recibe la Eucaristía en la mano sino también por el Sacerdote que promueve esta modalidad y entrega a Cristo para que sea azotado, tal como Pilatos lo entregó a los soldados.

Como sufre el Señor que los instruyó y como se deleita el demonio, pero ellos han endurecidos sus corazones, no han entendido las palabras de Jesús. Mateo 7 versículo 6 No den lo sagrado a los perros, no sea que se vuelvan contra ustedes y los despedacen; ni echen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen.

Y además tenemos otro agravante mayor de lo que lo que hemos mencionado. Se trata de que cualquier sacerdote en el altar use mascarilla durante la consagración.

El altar es un lugar solo para personas y cosas consagradas, por lo tanto el Sacerdote debe usar vestiduras consagradas, el cáliz, el corporal y los demás ornamentos consagrados.
Bajo ninguna circunstancia debe tratar de incorporarse a los ornamentos sagrados el tapabocas.

Pues este es un elemento moderno para combatir el miedo, y para evitar contagio de alguien o contagiar a alguien. Las máscaras son famosas por esconder a los delincuentes su identidad. El Sacerdote enmascarado en el altar le está diciendo a Cristo, no creo en ti, por eso prefiero usar esta mascarilla para complacer a los hombres, no me importa tu opinión.

Pero recordemos que el Sacerdote va a altar a consagrar el pan y el vino como cuerpo y sangre de Cristo y que Cristo viene realmente al altar. ¿Pero que es lo que encuentra? Un enmascarado, un hombre sin fe, un hombre que no cree en la presencia real de Cristo cuyo sacrificio se renueva de una manera no sangrienta en el altar.

Lo más peligroso de esto es que si la intención del Sacerdote es deshonrar a Cristo, y si no tiene ninguna intención santa de tomar parte de este misterio sacerdotal, la misa puede ser inválida y esto afectaría a todos los que participan de este sacrilegio.

Cristo es la medicina para todas las enfermedades y para el miedo. Cristo viene al altar para sanar y dar vida, ¿Cómo es posible que el Sacerdote no pueda entender estas cosas y se atreva a usar una mascarilla en el altar?

La gran mayoría de Sacerdotes lo hacen por miedo a los obispos que les han recomendado esta práctica, Los obispos lo hacen por ajustarse a los protocolos diabólicos de los gobiernos que quieren acabar con la santa misa y como autoridades de la Iglesia no han protestado con firmeza. Y así todos pasan la culpa, el uno al otro, pero al final de cuentas la culpa es algo personal que se desnudará el día del Juicio y Cristo nos llamará a todos los que no le reconocimos.

Mateo 10 versículos del 32 al 33 A cualquiera que me reconozca delante de los demás, yo también lo reconoceré delante de mi Padre que está en el cielo.

33 Pero a cualquiera que me desconozca delante de los demás, yo también lo desconoceré delante de mi Padre que está en el cielo.

Oremos por los Sacerdotes, pues el pecado de ellos es doble comparado al de los laicos, Lucas 12 versículo 48 A todo el que se le ha dado mucho, se le exigirá mucho; y al que se le ha confiado mucho, se le pedirá aun más.

Estamos siendo testigos de la destrucción de la Iglesia o sea de la muerte del cuerpo de Cristo, tal como aconteció durante su pasión. Fue Judas uno de sus sacerdotes escogidos quien lo traicionó, fue Pedro el que lo negó, fueron los demás apóstoles con la excepción de Juan que lo abandonaron a morir en la cruz y no protestaron.

Y por eso ahora la historia se repite, ya tenemos todos los actores en su lugar. Pobres de ellos.

Oremos pues por los Sacerdotes para que sean fieles a su ministerio y si es necesario den la vida por Cristo y saquen la cara por él.

Mientras tanto nos estamos quedando sin sacerdotes. ¿Para que asistir a una misa que no es una santa misa? ¿Para que dejarnos robar la fe que hemos profesado? ¿Para que complacer el demonio que nos invita a ver sacerdotes con mascarilla en el altar y que nos piden que recibamos a Cristo de pie y en la mano?

Que Dios nos de discernimiento y nos ayude a encontrar sacerdotes del remanente fiel que alimenten nuestra fe con la sana doctrina del magisterio fiel de la Iglesia. Sacerdotes que vivan para agradar a Cristo, no a los hombres.

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¿Como te pareció esta reflexión? Dios te bendiga.