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Cuando recibimos malas noticias del médico, nos podemos asustar, pues esa enfermedad puede ser la causa de nuestra muerte. A veces, el médico le da a alguien determinado tiempo para vivir, es lo mismo que una sentencia a muerte. Debe ser un sentimiento terrible.
Nuestras vidas le pertenecen a Dios, hemos estado acostumbrados a pensar que son nuestra propiedad en lugar de aceptar que solo podemos vivir por la voluntad de Dios. Se puede lograr una gran libertad cuando nos desprendemos de nuestra propia vida, es como si una carga se levantara y nos volvemos tan livianos como el espíritu. De hecho, no somos los cuerpos tal como nos vemos a nosotros mismos, somos espíritus inmortales que vivimos en nuestros cuerpos. Si podemos pensar de esa manera nos daremos cuenta de que el espíritu en realidad es un prisionero en nuestros cuerpos que anhela ser libre. Cuando el cuerpo perecedero muere, el espíritu imperecedero se elevará. La libertad del espíritu está al regresar a su fuente, que es Dios el Padre de todos los espíritus.
Si condicionamos nuestro pensamiento de esa manera, la muerte será bienvenida como el comienzo o nuestra nueva vida eterna.
El Señor dice:
Mat 10:39 El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará.
Joh 12:24 En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto.
 Mi querido hijo, no tengas miedo.
Yo soy Dios el eterno, tu Padre que te creó para ser eterno.
Imagínate por un momento la alegría del feo gusano que se transforma en mariposa. El gusano es de la tierra, es feo como el alma humana que lleva la fealdad del pecado, la mariposa tiene la libertad de volar y la belleza en sus alas de la misma manera que el espíritu tiene la libertad eterna de la vida en el cielo y la belleza de la imagen de Dios
Es necesario que el alma se purifique para entrar en la perfección espiritual del cielo, Yo derramé mi sangre para purificar a todas las almas del pecado, para que así puedan entrar en la eternidad conmigo.
Arrepiéntete y prepárate para la hermosa vida que Yo he preparado para ti, donde no hay dolor, ni temores, ni preocupaciones, ni limitaciones; donde tu estarás en mí y Yo estaré en ti, eternamente.
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