|
Una rostro feliz es una buena señal, refleja lo que hay dentro. Dios no nos creó para ser criaturas infelices, de hecho, somos hijos de la Luz, hijos del Gozo del Cielo. Dios es el gozo del alma, el deleite del espíritu, la dicha eterna. Nada puede compararse con la alegría que Dios da.
Nuestra miseria se produce debido a la forma en que percibimos las cosas que nos rodean, mientras que alguien puede ser feliz y no verse afectado por una determinada situación, otra persona puede ser infeliz. Algunas personas se vuelven tan irritables que no encuentran ninguna alegría en la vida.
Entonces, ¿cuál es el problema? Algo nos falta a todos nosotros, hay un vacío en nuestras almas que solo puede llenarse con Dios. Cuando ese vacío sea llenado por nuestra conexión espiritual con Dios, la felicidad será restaurada y experimentaremos paz y gozo en nuestros corazones.
Otra causa de infelicidad es nuestra actitud hacia la voluntad de Dios. Pequeñas cosas, sin embargo la voluntad de Dios, por ejemplo, el mal tiempo, atascos de tráfico, gente fastidiosa, interrupciones, etc; si aceptamos que todo proviene de la voluntad de Dios, primero seremos felices y, segundo, nos santificaremos y nos volveremos más espirituales.
El Señor dice:
Psa 144:15 ¡Feliz el pueblo a quien así sucede, feliz el pueblo cuyo Dios es Yahvé!
Luk 1:47 y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador
1Co 2:9 Más bien, como dice la Escritura: lo que ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni al corazón del hombre llegó, lo que Dios preparó para los que lo aman.
 Yo soy la fuente de gozo de cada alma, Yo no le niego la felicidad y el gozo a nadie, pero el reino de los cielos es un tesoro escondido que tu debes encontrar. Cuando me buscas, el gozo fluye a tu corazón, la esperanza te mantiene en el camino correcto y el amor hace que tu gozo crezca.
Yo sufrí los dolores más atroces en mi sagrada humanidad para comprar de nuevo el gozo de sus almas. Ese gozo se perdió en el Paraíso con la desobediencia del hombre, pero Yo he venido para restaurar el orden de las cosas mediante mi sacrificio en la cruz, y el camino está abierto para tu gozo eterno. Yo soy el camino a ese gozo eterno.
|