Estás adicto a la droga, el alcohol, las apuestas,

Dios es la Respuesta

Estás adicto a la droga, el alcohol, las apuestas, ¿Eres adicto a las drogas, al juego, al alcoholismo, al sexo, la pornografía, el Internet, las redes sociales, las compras, la televisión, los videojuegos, los desórdenes alimenticios, etc.? La mayoría de nosotros hemos tenido algunas de estas cosas en el pasado, pero tuvimos autocontrol y sabiduría, para no dejarnos governar por ellas.
Las drogas, los juegos de azar, el tabaco y todas estas otras cosas mencionadas anteriormente son extremadamente malas, y se nos advierte que son un mal hábito o vicio, pero lo que comienza como experimentación, como broma o simplemente para complacer a nuestros compañeros termina en una adicción incontrolable que se quedará con nosotros.
Es muy difícil superar las adicciones de conductas o las adicciones de ingestión a ciertas sustancias; el proceso de rehabilitación es propenso al fracaso porque todo depende de nuestra propia voluntad, que es débil y se entrega al placer.
Dios es la respuesta. El hombre fue hecho para el mundo, no el mundo para el hombre, fuimos creados para Dios, no para nosotros mismos. Por muy difícil que sea aceptar y entender esta filosofía, esto es lo que Cristo nos reveló.
Él es el camino a la felicidad eterna, pero nosotros tratamos de encontrar la felicidad en el mundo cuando Él mismo nos llama a negarnos a nosotros mismos a la carne, al mundo y al diablo.
Todas las restricciones a los males que destruyen nuestros cuerpos y almas están contenidas en los diez mandamientos. La ley de Dios también está escrita en nuestros corazones, y nuestra conciencia es rápida para reprochar el mal cuando se presenta, pero tiene que rendirse cuando dejamos que el mal gobierne nuestras vidas.
Si nos convertimos en víctimas de las trampas del demonio en este mundo y nos volvemos adictos a algo, no debemos buscar respuestas en el mundo, las respuestas están en nuestros corazones, Dios tiene la respuesta en su Ley, debemos temer a Dios y vencer cualquier cosa que ponga en peligro nuestra relación con Él a través de la oración.

El Señor dice:
1Co 15:33-34
33 No os engañéis: "Las malas compañías corrompen las buenas costumbres."
34 Entrad en razón, como conviene, y no pequéis; que hay entre vosotros quienes desconocen a Dios. Para vergüenza vuestra lo digo.
1Jn 2:16 Porque todo cuanto hay en el mundo - la concupiscencia de la carne, la concupiscencia de los ojos y la jactancia de las riquezas - no viene del Padre, sino del mundo.
1Co 6:12 "Todo me es lícito"; mas no todo me conviene. "Todo me es lícito"; mas ¡no me dejaré dominar por nada!
1Co 6:9-10
9 ¿No sabéis acaso que los injustos no heredarán el Reino de Dios? ¡No os engañéis! Ni impuros, ni idólatras, ni adúlteros, ni afeminados, ni homosexuales,
10 ni ladrones, ni avaros, ni borrachos, ni ultrajadores, ni explotadores heredarán el Reino de Dios.
Tit 2:12 que nos enseña a que, renunciando a la impiedad y a las pasiones mundanas, vivamos con sensatez, justicia y piedad en el tiempo presente,

Ayúdame SeñorYo miro a la humanidad con tristeza. Yo creé un paraíso para que todos lo disfrutaran, pero la desobediencia del hombre destruyó mi buen propósito.
Cada ser humano ha sido creado a mi imagen para reflejar todas mis cualidades; para ser alegre y ser una fuente de alegría para todos los demás, para apreciar el mundo que he creado y para vivir para alabarme y agradecerme, el Dios que ha creado todo por amor.
Le di a la humanidad los diez mandamientos, que resumidos en dos, son simplemente: "Ama a tu Dios sobre todas las cosas y ama a tu prójimo como a ti mismo".
La persona sin temor a Dios está tan ciega espiritualmente que Él o Ella ignora los principios más sagrados de la vida. La vida no es de este mundo como lo ve la persona del mundo, la vida es un regalo sagrado que viene de arriba. Entonces cuando el amor por el dinero, la lujuria, el placer y todas las cosas del mundo llenan el corazón, el alma les ama más que a Dios, renuncia a Dios y se entrega al tentador, al padre de la tentación y el pecado, al demonio mismo. El pecado se convierte en el alimento del alma pecaminosa y esta se vuelve tan hambrienta y glotona, que pierde su voluntad y se vuelve adicta a la corrupción y al vicio que traen la muerte eterna.
Si eres adicto a cualquier vicio, primero que todo, debes darte cuenta de que me estás ofendiendo, luego debes darte cuenta de que no te estás amando como te he pedido, en realidad te estás destruyéndo físicamente y espiritualmente.
Tu me ofendes cuando colocas dioses falsos en tu corazón. El corazón es el núcleo de tu ser físico, y al mismo tiempo es el centro espiritual de tu alma, es el altar donde debes adorar al Señor tu Dios, el lugar sagrado donde debes venir con arrepentimiento y vergüenza para confesar tu culpa Pero tú has entronado a los dioses sucios del mundo del placer, has invitado a todos los demonios del entretenimiento, la lujuria, la corrupción y todo tipo de pecado a este sagrado templo de la vida que es el cuerpo.
Ustedes están profanando sus cuerpos y mi presencia al mismo tiempo.
Yo quiero ayudarte, nunca me alejo de ti, incluso si me ofendes, soy un Padre amoroso que está muy ansioso por ver tu regreso. Regresa a mí con arrepentimiento, renuncia a tus pecados, ora constantemente y te daré la gracia de ser sanado por completo.
Le diste tu voluntad al diablo, ahora debes renunciar a él y mi gracia te liberará. Has sido esclavizado por tus propios deseos, y por tus propios pecados, ahora debes romper esas cadenas con oración y arrepentimiento. Hazlo, hijo mío, y vivirás de nuevo.
No tomes mis palabras a la ligera, debes hacerte violencia a tí mismo con el dolor de haber pecado, de lo contrario continuarás como estás y olvidarás mi petición.

Apostolado del Trabajo de Dios
José de Jesús y María Delr ©#17

Ayúdame Señor
El Trabajo de Dios
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