Fuimos creados por Dios para conocerlo, amarlo y servirlo. Nuestro destino es finalmente regresar a Él.
Nuestra peregrinación en esta tierra es un viaje de por vida, empezamos a acercarnos a Dios cuando tenemos una conversión y tratamos de hacer la voluntad de Dios, regresamos finalmente para quedarnos en la casa del Padre cuando pasamos de esta vida a la eternidad.
El Señor dice:
El que viene a mí, nunca lo echaré fuera. Juan 6:37
De hecho, he estado esperando toda la eternidad para que vengas a mí y te quedes conmigo. Por ahora, vive el plan que he concebido para ti. Es mi alegría que mi criatura vuelva a mí.
¡Ven a mi! Mi amor está esperando pacientemente.
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