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El dinero es un instrumento que nos permite adquirir las cosas que necesitamos, es muy vital para nuestra supervivencia, por lo tanto, la mayoría de nosotros confiamos en él como en un compañero muy bueno y fiel. De hecho, dependemos tanto de él que lo tratamos con amor. El amor por el dinero puede poner en peligro nuestra relación con Dios. Por esta razón es que Jesús era pobre y despreciaba las riquezas; porque cuando nos apegamos a las riquezas, las convertimos en otro dios que compite con el Dios verdadero.
No es pecado tener dinero, pero es un pecado amarlo más que amar a Dios o amarlo tanto que no lo compartimos con otros que están en necesidad. Abraham, el rey David y muchos otros grandes hombres de la Biblia eran muy ricos, pero sus riquezas no interferían con su amor por Dios y por el prójimo.
El dinero extra que tiene un hombre rico pertenece a los pobres.
Sin embargo, cuando nuestras finanzas comienzan a fallar y tenemos dificultades económicas, aún podemos recurrir a Dios en busca de ayuda.
El Señor dice:
1Ti 6:10 Porque la raíz de todos los males es el afán de dinero
Luk 16:13 "Ningún criado puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se dedicará a uno y desdeñará al otro. No podéis servir a Dios y al dinero."
Mat 6:33 Buscad primero el Reino de Dios y su justicia, y todas esas cosas (dinero y necesidades materiales) se os darán por añadidura.
 Para cualquier cosa que necesites, Yo estoy preparado para ayudarte. Si te cubriera con riquezas, tendrías muchas tentaciones que podrían destruir tu alma. El demonio me tentó con riquezas, pero Yo las desprecié, no caigas en su trampa.
En lugar de pedirme dinero o riquezas materiales, pídeme que te dé la gracia de ser santo. Déjame asegurarte qué Yo me deleitaré con tu proposición y me encargaré de tus necesidades materiales también.
Cuando una mala situación económica se cruce en su camino, reza humildemente con la oración que te enseñé. En la oración del Padre Nuestro, ora con fe "Danos hoy nuestro pan de cada día". Ten en cuenta que no quiero que pidas riquezas futuras, ten en cuenta que te animo a orar también por tus hermanos y hermanas, ten en cuenta que Yo soy amor y Yo concedo todo cuando encuentro amor en tu corazón.
Quiero que confíes en mí en lugar de dinero, el dinero pasa, pero Yo soy eterno, Yo soy la fuente de todas las riquezas. No permitas que el dinero se entrone como un dios en tu corazón, ahí es donde está mi altar, allí Yo espero tu ofrecimiento.
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