La pileta
Durante varios años de Adoración al Santísimo en la Catedral de Armenia, me sentaba al lado izquierdo cerca de una estatua del Sagrado Corazón de Jesús.
Una noche tuve una visión en ese rincón donde estaba la estatua, pero no había estatua, había una pileta bautismal de un metro de altura, estaba llena de sangre coagulada que formaba un arco por encima de la pileta, de color café rojizo.
Encima de la pileta a unos cuarenta centímetros de altura había un crucifijo de madera, de donde chorreaba del cuerpo de Jesús la Sangre que alimentaba la pileta.
Entendí el significado de esta visión de la siguiente manera: Todos los días hacemos una devoción pidiendo a la Virgen María que nos acompañe a recoger la Preciosa Sangre de Cristo, para ungir todas las almas de vivos y difuntos, y así imploramos misericordia para la conversión de los pecadores y para las almas del Purgatorio.
Nuestra devoción tomó una forma más sólida desde que tuve esta visión.
Más tarde se la conté a una amiga muy espiritual que también recibe visiones, cuando ella estaba pensando en esa visión tuvo una visión en la cual la Virgen María salió de esa pileta con un traje rojo, a medida que ascendía se tornó dorado y comprendimos como ella nos ayuda a llevar la Sangre de su Hijo para hacer dicha unción.