Purificación de las manos
Durante mis oraciones, en un momento estaba hablándole a la Virgen María, diciéndole como sentía no poder tener la misma relación íntima que tengo con el niño Jesús, al fin y al cabo soy hombre y me siento muy avergonzado de todos mis pecados de la carne ante la ella que para mí es la pureza misma.
Le pedí perdón y ayuda. En ese instante tuve una visión en la cual mis dos manos unidas como en oración sobre mis rodillas fueron rodeadas de un agua viva iluminada que vibraba, parecía en ebullición, y se movía por mis manos para purificarlas. Era un agua cristalina que no mojaba pero que hacía su efecto penetrando en mi alma.
Inmediatamente tuve iluminación de cómo todos mis sentidos han cooperado con las manos para llegar al pecado, estuve orando mucho toda la noche pidiendo perdón por todos los pecados de mi vida en los cuales tuvieron participación mis manos, mi mente, mis deseos, y mis sentidos.