Visión de la herida de Cristo en mi mano
Durante el proceso de mi profunda conversión al Señor, hace más de treinta años.
Yo siempre recibía al Señor en la mano y de pie. En ese entonces empecé a escuchar la voz del Espíritu en mi corazón, y así fue como varias veces sentía una voz que me decía “No me recibas en la mano”
Yo escuchaba esa voz, pero no le ponía cuidado, tenía dudas de que estuviera escuchando a Dios, y también me daba vergüenza recibir al Señor en la boca.
En cuanto a esas dudas acerca de la voz del Señor, después de esta experiencia el Señor me ha dado muchos mensajes y tengo que contarles después en otro video este tema y sobre una aparición que me regaló la Santísima Virgen María.
Fue así como un cierto día el Señor me dijo “No me recibas en la mano” y como de costumbre yo dudé y extendí mi mano para recibirlo.
En ese momento se me formó la llaga de la mano del Señor en mi mano, el sacerdote puso la hostia en mi mano, pero yo la recibí con mucha amargura y me di cuenta de mi dureza, de mi soberbia que por tanto tiempo me hizo recibir el Señor en la mano.
A partir de entonces recibo en Señor en la boca, y aparte de eso siempre me arrodillo.