San Luis de Montfort:
Os saludo pues, !Oh María Inmaculada! Tabernáculo
viviente de la Divinidad, en donde la Sabiduría eterna
escondida quiere ser adorada por los ángeles y los
hombres; os saludo, !Oh reina del cielo y de la tierra!,
a cuyo imperio esta sometido todo cuanto esta debajo
de Dios. Os saludo, !Oh refugio seguro de los
pecadores! cuya Misericordia no falta a nadie;
escuchad los deseos que tengo de la Divina Sabiduría
y recibid, para ello los votos y las ofertas que mi
bajeza os presenta.
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