Jesús:
Mi querido hijo; mientras más abras el corazón para recibir mis palabras y para escucharme con los oídos de tu alma, más aprendes a vivir en mi presencia.
Yo te pido que trates de estar siempre concientemente conmigo; se que es difícil y que hay muchas distracciones que se llevan tu atención. Pero todavía insisto, porque de esta manera Yo puedo establecer mi reino y mi trono en ti.
El primer mandamiento te dice que no tengas otros dioses delante de mí. Así que cuando tú vives en mi presencia haces reparación no solo por tu indiferencia pasada hacia mí, sino por la indiferencia de otros.
¿Puedes pasar el resto de tu vida en mi presencia?
Yo te bendigo hijo mío.