Jesús:
Un hijo de Dios no peca; un hijo de Dios no me ofende. Si, hay muchos pecados que hieren el alma gravemente, son los pecados mortales. Aquellos que los cometen muestran su completa indiferencia y lejanía de Dios. Cada hombre es un pecador, pero el hombre justo trata lo mejor para no ofender a Dios con el pecado mortal. El siempre luchará para producir fruto de acuerdo a su arrepentimiento.
El pecado tiene que ser algo despreciable en tu vista, porque tú eres mi hijo; pero si alguna vez caes, corre rápidamente a mi misericordia, Yo soy tu Dios misericordioso, siempre disponible para levantarte.
Por favor, no me crucifiques de nuevo y alístate para pelear la tentación cuando venga, discierne con tu espíritu, no con la complacencia de la carne.
Mensajes de Jesús, María
y Dios el Padre.
No me crucifiques
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