Jesús:
Yo te ilumino hijo mío cuando tu vienes a recibirme en la Sagrada Eucaristía y cuando recibes mi palabra. Yo soy la luz de cada alma. Cuando tú me recibes en la sagrada hostia, tu alma empieza a iluminarse y mi luz te hace brillar.
Recíbeme diariamente y satura tu alma con mi luz que brilla por toda la eternidad.
Yo te bendigo y brillo mi luz sobre ti.