Nota
Aunque yo recibí varios mensajes desde 1993 hasta el tiempo de estos proximos mensajes, yo los estaba tomando muy personalmente, como un modo de instruccion, pero en varios momentos yo tuve dudas de que ellos venian de Dios.
Una tarde en la devoción del primer Sabado de mes ante el Santísimo Sacramento, yo le estaba diciendo al Señor que yo temía que estos mensajes no venían de El, pero que ellos podrían venir del demonio el cual me estaba engañando.
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Entonces yo sentí un regaño del Señor quien me dijo:
José, como puedes dudar de mi? Se supone que tu eres un hombre de fé, tu le enseñas a otros a tener fé y a confiar en mí, como me puedes hacer esto?
Yo te hé dado este regalo como un gran privilegio, que aun muchas otras almas devotas no tienen.
Yo comencé a sollozar con gran verguenza, y sentí que le estaba fallando al Señor.
La próxima vez que fuí a confesarme, yo incluí en mi confesión, no como un pecado, sino como un secreto que yo estaba guardando para mi, el hecho de que el Señor me estaba hablando en mi corazón y que me estaba dando instrucciones para estar mas cerca de El.
Yo comencé entonces a recogerme mas despues de la Sagrada Comunion y comencé a recibir estos mensajes mas frecuentemente. Decidí escribirlos, para que algun día pudiera beneficiar por lo menos a algun alma, o si es la voluntad de Dios para que le enseñen los caminos de la salvacion a mucha gente.
Yo consagro diariamente estas palabras al Inmaculado Corazón de María y yo rezo para que ellas nos enseñen a escuchar a Dios y a glorificarle haciendo su voluntad.
La Santísima Virgen María:
Mi querido hijo:
Busca la perfección que la palabra de mi hijo te ofrece.. Vive el evangelio. Abre tu corazón a los misterios del Reino de Dios, el Reino del Amor.
Ama a tu Dios incondicionalmente y haz lo mismo con tus hermanos. La humanidad esta llena de imperfecciones, pero éstas solo cubren la imagen de Dios que es la parte más pura de cada uno.
Restáura esa imagen en tu corazón amando a tus hermanos y consagrándolos a Dios a través de mi Inmaculado Corazón y el Sagrado Corazón de mi hijo.
Reza por los demas, sin pensar en sus limitaciones, sus apariencias o su maldad.
El amor es lo que cuenta, amor incondicional. Yo te doy mi amor querido hijo, dalo a los demas para su salvación.
Yo te bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espiritu Santo.