Jesús
Hijo mío, te bendigo y te doy mi Paz, quiero que siempre estés en esa Paz y atesores este regalo celestial. La paz que Yo doy es algo más allá del entendimiento humano, pues es la disposición segura que te permite estar en mi Presencia.
El alma es como un lago, las tormentas de la vida le causan olas y movimientos que no permiten que ese lago pueda reflejar mi imagen. Cuando todo está sereno, cuando hay silencio interior, cuando nada perturba la quietud del alma, la superficie de este lago es como un espejo que puede reflejar mi luz y puede absorber mi imagen como lo hace una cámara fotográfica, mientras más quieta, más perfecta y nítida es la imagen que capta, estas miradas del alma a mi espíritu son momentos de mucha paz y permiten el crecimiento espiritual porque el alma se encuentra ante mi Presencia, me absorbe en silencio, recibiendo mi bendición.
Muchas personas lo hacen casi todo bien, pero cualquier cosa pequeña les incomoda, les inquieta, les perturba y les hace perder la paz, así mismo el enemigo es experto en causar estas molestias para que el alma este privada de mi Presencia, por esto el alma debe cooperar para establecerse permanentemente en mi Paz y no perderla por nada del mundo.
La paz no puede venir al alma llena de culpa, por eso es necesario confesar y expiar el pecado, hasta que la Paz llene el alma como fruto de su reconciliación con su creador.
Pide mi bendición y mi Paz. Yo soy el Rey de la Paz, mi Paz es fruto de mi Espíritu Santo, es un anticipo del gozo eterno. Mi Madre es la Reina de la Paz, pídele que reine en la Paz que Yo le doy a tu corazón. En la Paz se cosecha la santidad.
Mensajes de Jesús, María
y Dios el Padre.
La Paz
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