Jesús
Hijo mío
Purifica diariamente tu vida en la humildad. Todas tus acciones y todas tus oraciones deben ser purificadas en la humildad antes de ser ofrecidas, para que le rindan a Dios el homenaje que merece su dignidad.
Purifícate en la humildad de mi Madre, medita como Ella, siendo la Madre de Dios y la Reina de toda la creación, se humillaba diariamente en adoración, se sentía con menos dignidad que el mismo polvo de la tierra, se presentaba ante Dios en lo más profundo de su nada, y por eso Dios tuvo en cuenta su humildad y la levantó del polvo a la Gloria de su Trono.
Purifícate en mi humildad, medita como Yo, siendo Dios, me humillé volviéndome hombre, asumiendo la naturaleza de mi criatura. Sufrí la pobreza, fui rechazado, fui calumniado y finalmente juzgado y condenado siendo inocente, mi vida fue sacrificada por el rechazo y el pecado de la humanidad. Pero esto era necesario para vencer el orgullo humano con mi humildad.
Purifícate diariamente en la humildad, haz que todos tus actos de piedad y de adoración siempre estén vestidos con la humildad, pues muchos me ofrecen sus oraciones desde los labios, y no desde el corazón. Sin la humildad, muchas obras buenas pierden el valor supernatural de la Gracia.
Mensajes de Jesús, María
y Dios el Padre.
Purifícate en la humildad
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