Jesús
Juan Bautista es el Santo del arrepentimiento. Él preparó el camino para mi llegada al mundo llamando a la gente al arrepentimiento. Por este medio, el alma se prepara para aceptarme y permitir mi Reino en su corazón.
Sin el arrepentimiento no hay conversión, y sin conversión el alma permanece como en limbo, pues está rechazando el regalo celestial de la Salvación.
Poco se habla hoy sobre el arrepentimiento, pero este debe ser el primer mensaje con respecto a mi Reino, este prepara el camino. Así mismo el Bautismo limpia el alma del pecado original, y le concede la gracia santificante. El alma debe luchar diariamente para permanecer en mi camino, pues el enemigo no se cansa de persuadirle con los llamados al pecado.
Reza para que todas las almas experimenten el arrepentimiento y la conversión.
Mensajes de Jesús, María
y Dios el Padre.
Sin el arrepentimiento no hay conversión
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