Jesús
Hijo mío, nunca te preocupes. Tú andas conmigo y no tienes nada que temer.
El alma que se entrega a Dios recibe la Gracia Divina diariamente y todos sus pasos, sus caminos y sus fines se dirigen solo a mí.
Yo soy su Dios y nada es más importante, todas sus actividades están unidas a mí, me consulta sobre todos sus proyectos, me presenta todas sus necesidades, me comparte todo momento de su vida, esa alma es totalmente mía.
Como una ovejita mansa es la preferida de mi rebaño, me causa mucha alegría y me glorifica, así mismo esa alma se llena constantemente de mi Bendición y mi Gracia.
Mensajes de Jesús, María
y Dios el Padre.
El alma que se entrega a Dios
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